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Buscar “la cura” al coronavirus obliga a pensar en los tiempos y la inversión en ciencia

El caso de una mujer de 87 años que fue dada de alta por Covid-19 en Paraná en dos días puso el ojo en la posible salida a la enfermedad. “Imagino investigadores en todas partes del mundo avanzando, pero desconozco del tiempo para un tratamiento definitivo”, dijo el secretario de Salud

“Datos, no opinión”, dice la gente joven cuando quieren argumentar. Un dato, no opinión, que explica cómo funciona la sociedad, es que el 3 de marzo, cuando se confirmó el primer argentino contagiado de Covid-19 –aquel que había viajado a Italia y tenía 43 años–, la búsqueda en Google de los términos “cura” y “coronavirus” tenían una popularidad de 19%, según las estadísticas de esa empresa que gobierna buena parte de la vida virtual. El 14 de marzo la búsqueda “cura” y ”coronavirus” en Argentina creció al 53%. Un día antes había muerto la segunda persona en el país por la enfermedad: un hombre chaqueño de 60 años. El pico más alto de popularidad (100%) de la búsqueda en Google de esas palabras fue entre el 15 y 21 de marzo, justo cuando Nación confirmó que empezaba el aislamiento preventivo y obligatorio.

El crecimiento de la búsqueda en Google en Argentina fue igual para las palabras “coronavirus” y “tratamiento”, siempre según refleja su gestor de estadísticas y tráfico Google Trends. El dato virtual habla de algo real: la necesidad de saber que hay una solución a la enfermedad para calmar la angustia. Por eso, la noticia de Ana F., una mujer de 87 años de Paraná que tenía el virus, la trataron con un cóctel de drogas y fue dada de alta en dos días, llamó la atención de las agencias de noticias, que saben de la ansiedad de quienes consumen información. Esos días la popularidad de las palabras hidroxicloroquina y azitromicina –dos de las drogas que habrían usado en Paraná para tratar a Ana F.– creció en Google.

Hay

En diálogo con El Ciudadano, el secretario de Salud municipal, Leonardo Caruana, fue consultado por el tratamiento usado en Paraná. Hombre de ciencia y años en la gestión pública, respondió con cautela. “Todavía no hay conclusiones con investigaciones científicas sobre cuáles son los tratamientos. Esto (por el Covid-19) es estudiado desde diciembre y hay que profundizar la evidencia para evitar equivocaciones al tratar”, dijo.

“Hay varias propuestas de tratamiento a nivel internacional con esas drogas, pero estamos siguiendo definiciones a partir de protocolos nacionales, acuerdos provinciales y sugerencias locales. Para pacientes críticos abordaremos los casos en función de la evidencia que exista”, aclaró el secretario de Salud. La semana pasada, según publicó Infobae, las drogas usadas en el caso de Paraná habían sido puestas en marcha en pacientes de México.

Consultado por los tiempos en que una investigación con casos exitosos como de Paraná llegan a volverse un protocolo de tratamiento, Caruana volvió a ser cauto. “Depende de los trabajos de investigación y lo concluyente de la evidencia. Imagino investigadores en todas partes del mundo avanzando, pero desconozco del tiempo para un tratamiento definitivo”, advirtió.

Indirectamente Caruana giró la discusión de “si hay una cura” a cómo surgen los tratamientos. La respuesta más sencilla es que vienen de la ciencia y quienes la hacen. Y no es soplar y hacer botellas. Es necesaria inversión, algo olvidado por la gestión de Macri que terminó hace solo 5 meses.

Repunte

Según explicaron desde Conicet Rosario, desde el Ministerio de Ciencia (que había sido degradado a Secretaría con Macri) están en comunicación desde hace semanas con los equipos de investigación de todas partes del país para aportar soluciones a problemas urgentes del Covid-19. El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Roberto Salvarezza, creó la Unidad Covid-19 para encontrar respuestas a problemas de la enfermedad. Entre los más importantes está hacer kits de diagnóstico más confiables y accesibles para la salud pública.

El ministro dijo a Tiempo Argentino este martes: “Nos propusimos buscar soluciones a corto plazo, de uno a tres meses. La primera fue pensar en proyectos tecnológicos que estuvieran en ejecución. Detectamos tres empresas de base tecnológica que están avanzadas en métodos de detección más cortos a los actuales. Trabajan con material genético del virus, y en uno o dos meses podrían ser validados por la ANMAT. También identificamos al menos siete laboratorios de instituciones como universidades, INTA y Conicet, que están aptos para sumarse a la red nacional que tiene Salud para diagnóstico de muestras, descentralizando lo que realiza el Malbrán. Esos siete podrían hacer 2500 exámenes por día en total”.

Otra respuesta científica es, también para calmar la ansiedad y guiar las políticas del Estado, cómo impactará la pandemia en Argentina. Entonces pusieron a trabajar a matemáticos y físicos en proyecciones epidemiológicas y demás profesionales que hacen informes para los ministerios en una unidad que coordina Alejandro Grimson.

“Sólo para hacer diagnósticos se presentaron más de 600 investigadores. Hay casos paradigmáticos, organismos e instituciones en los que el macrismo se ensañó en despedir personal médico y técnico, y que hoy salen a colaborar en todo, como el INTI y el Hospital Posadas, elegido por la OMS para probar la hidroxicloroquina. El sistema científico quedó dañado, pero sale a la cancha a enfrentar la situación”, concluyó el ministro de Ciencia.

Mientras

“Habrá que esperar”, cerró su explicación Caruana cuando fue consultado por los tratamientos. Podríamos sumarle otras definiciones: respetar el aislamiento, cuidarse y cuidar a los demás, incluido quienes hacen ciencia y hoy son desde donde vendrán las respuestas a la ansiedad y la enfermedad

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