El gobierno nacional y la Federación Agraria Argentina convinieron “hacer algo en común”, luego de la apabullante elección primaria que realizó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner –incluso en las poblaciones rurales– y a modo de reducción del abismo que distanció a la Casa Rosada de la entidad agropecuaria tras la discusión por las retenciones móviles. El acuerdo quedó sellado ayer en Alcorta, donde el ministro de Economía y candidato a vicepresidente Amado Boudou, junto al titular de la cartera Agropecuaria, Julián Domínguez, firmaron un acta con Eduardo Buzzi y el jefe comunal, Vicente Martelli, para levantar un monumento que recuerde la gesta chacarera conocida como Grito de Alcorta, que cumplirá 100 años en 2012.
Durante el acto, que se realizó ayer al mediodía en la sede comunal de Alcorta, los hombres de Cristina se mostraron más sueltos y hablaron de “abrir los brazos”, de “encuentro” y de realizar “cosas en común” con las entidades del agro.
Un mensaje hacia los federados y, por carácter transitivo, a las demás organizaciones que conforman la denominada mesa de enlace, uno de cuyos cerebros, el titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA) Hugo Biolcati, razonó tras los comicios que mientras la gente mire el programa de Marcelo Tinelli y tenga dinero para comprar un televisor de plasma, seguirá gobernando la viuda de Néstor Kirchner.
En el bucólico mediodía de sábado de Alcorta, Domínguez fue más allá y sostuvo: “Yo me siento socialmente federado, filosóficamente cooperativista, soy nieto de un gringo muy pobre que con la chacra le dio de comer a ocho hijos y venimos a honrar a esta organización que es propia de Santa Fe”.
Boudou citó a Cristina para añadir: “Como decía la presidenta, necesitamos construir la unidad nacional, y se construye también en la diversidad. En momentos como este en donde encontramos una intersección para hacer algo en común, que es simbólico, pero que es el símbolo de la Argentina que viene”.
En ese escenario de aceptación de la diversidad y convocatoria a la tarea conjunta, el titular de la FAA, Eduardo Buzzi, vio angostarse el ya estrecho sendero por el que decidió transitar desde marzo de 2008.
La fórmula que encontró para no caer hacia las laderas fue el equilibrio entre el costo por la foto con el oficialismo y la crítica hacia la Casa Rosada: “Valoramos que el gobierno reconozca un hito histórico de la historia agraria; pero para ser consecuentes, deberían cambiar también esta política agropecuaria de exterminio de pequeños y medianos productores”, dijo en un comunicado oficial de la FAA.
En el acto, del que participó El Ciudadano, fue menos combativo. Sostuvo que “es digno reconocer el trabajo conjunto entre la Nación, el municipio y la Federación Agraria”.
Luego agregó: “Del mismo modo que reconocemos el pasado, hay que tratar de que en el presente la agricultura nos permita frenar los procesos de concentración, tener una política de desarrollo con valor agregado, con más producción de carnes que de granos, con industrialización y con más gente en los pueblos”.
También pidió “alentar más las organizaciones cooperativas de los productores y no la integración vertical de las corporaciones”. “Creemos –dijo Buzzi delante de los funcionarios nacionales– que hace falta eso, corregir los procesos de concentración y lograr más producción con la gente adentro de los pueblos”.
En eso coincidió con Boudou, quien dijo que “como hubo esos gringos que se rebelaron contra una situación injusta y lograron cambiar algunas cosas, nosotros estamos trabajando también para eso, y esperamos poder hacerlo con mucha gente que todos los días pone su sangre, su esfuerzo para lograr extraer de la tierra el fruto bendito que sirve para alimentarnos”.
“Eso lo vamos a hacer –advirtió el ministro– si logramos construir una nueva ruralidad, inclusiva, que genere puestos de trabajo en los pueblos, donde podamos reconstruir esos frutos de la tierra en bienes que tengan más valor agregado, para que haya más esfuerzo de manos argentinas que estén transformándolos en productos más valiosos”. En esa línea, añadió que “ése es el gran desafío que viene y que estamos tratando de construir”.
El titular del Palacio de Hacienda, que fue recibido en Alcorta por los simpatizantes del gobierno como una estrella de rock, reconoció las diferencias con las entidades del agro, pero llamó a superarlas. “A veces nos encontraremos discutiendo y otras veces será como hoy, generando un hecho para la posteridad, para que haya una estatua del Grito de Alcorta”.
“Sigamos trabajando juntos”, convocó Boudou, “sepamos que las discusiones que tenemos son transitorias, porque el eje de toda nuestra voluntad es que todos los argentinos y argentinas estén cada día un poquito mejor”.
Sin crispación ni retos, con tono afable y amistoso, los hombres del gobierno llegaron a Alcorta a mostrar la disposición de la Presidencia a suturar las heridas con “el campo”. Buzzi puso la cara para la foto a sabiendas del costo que tendrá hacia adentro de la FAA y de la mesa de enlace. De todos modos, reconoció el cambio de humor social: “Hace tres años venían acá y tenían 20 chatas puteándolos”. Cerca de donde Buzzi decía esas palabras estaba el titular del bloque oficialista de la Cámara de Diputados nacional, Agustín Rossi, otrora receptor de los insultos chacareros. También participaron del acto los candidatos a legisladores nacionales del FPV santafesino, Omar Perotti y Claudia Giacone.
El ministro Domínguez reconoció que la visita oficial de ayer a Alcorta fue para “resarcir una deuda”. “Cuando le dijimos a la presidenta que hacía un montón de años que los productores habían donado su bolsa de trigo para hacer un monumento, y que la inflación se llevó esa posibilidad, me dijo: «El monumento como sea hay que ayudarlo». Firmamos el convenio y le dejamos al municipio dos millones de pesos para esta labor”.
Además, Domínguez señaló que Cristina le pidió “que fueran muy pocas nuestras palabras y muy fuerte el testimonio después de tanto tiempo, nosotros vamos a cumplir con la palabra empeñada”.