El aislamiento social obligatorio por la pandemia del nuevo coronavirus ha llevado a los músicos a momentos jamás imaginados, lejos de los shows y de su público en forma presencial, pero Catriel, uno de los cantantes urbanos en boga desde hace unos años, aprovechó para conectarse consigo mismo, algo que le «pegó muy bien».
«El aislamiento social me pegó increíble. Estoy lleno de ansiedad, claro, pero esa ansiedad la transformo en cosas hermosas como canciones e ideas. Paso el tiempo conmigo mismo y no con otras personas entonces mis ideas no se mezclan con otros pensamientos. Mis pensamientos son míos y no están infectados con lo que sucede afuera. Entonces me pegó muy bien», dijo a Télam el vocalista y compositor.
Acostumbrado a la actividad permanente con conciertos y ediciones de materiales, además de ser parte del grupo del popular rapero Wos, este 2020 lo encontró lejos de todo eso. Ya sea por el confinamiento o decisiones propias, en lo que va del año, Ca7riel solo publicó el simple Polvo, algo poco común en él.
«Se fue dando. Improviso con todo lo que puedo. Odio estudiar», dijo, a la vez que aclaró: «Siempre estoy editando y creando material, pero cerraron todos los negocios y aproveché a cerrar las cortinas del mío. Un rato. Estoy durmiendo todos los días en la misma cama, me acomodo mucho la mente y calmo mi alma».
Durante la cuarentena, Ca7riel estuvo colaborando con diversos artistas, y para Polvo (lanzado a inicios de septiembre) contó con el trabajo de Tomás Sainz, músico, productor y baterista de Javier Malossetti y Kevin Zeta (Ibupirac 666).
En este simple, el cantante echó mano a la oscuridad que envuelven a sus primeras canciones, como también algo de «CVE7E» (de 2015), donde sonaba hip hop bien clásico, junto a riffs hardcore y una intro de electrónica.
A su vez, comentó que al equipo con el que trabaja no lo ve desde que se inició el aislamiento, el 20 de marzo, y que el único contacto con ellos es mediante el intercambio de memes.
De todas formas, Ca7riel aclaró que no es feliz en crisis, sino que la respeta. «A la crisis hay que aceptarla. Es el cambio y si no cambiás no te podés adaptar a las cosas que suceden. Entonces a mí me recontra sirve crear porque hablo de todas las boludeces que no estoy hablando en este momento, lo convierto en canción», sostuvo.
“Compongo muchísimo más cuando hay crisis. Cuando la paso mal o el mundo se está destruyendo, o sea absolutamente en todos los momentos de la vida, a mí eso me inspira para cambiar. La polilla o la mariposa, para que le salgan alas y salga volando, antes fue un capullo. Entonces adentro de eso fue una crisis constante. Le duele, seguramente debe sufrir un montón porque imaginate que te salen alas y estás cambiando tu cuerpo y estás encerrado en vos mismo. Tal vez la polilla no piense, tal vez sí, no tengo ni la menor idea, pero a mí me viene increíble y soy muy feliz”, sostuvo.
Respecto de la crisis a nivel artístico, en un gran parte debido a la pandemia, el artista advirtió que esta mala racha puede durar tres años: “Yo creo que, máximo, podremos estar así tres años. Cuanto antes se pueda mejor para mí, pero viendo como están las cosas yo creo que dos o tres años”.
Además, de atrevió a anunciar cómo será la nueva normalidad: “La escena va a cambiar porque el escenario se hizo pelota. Entonces cambia la película. En lo que respecta a mí, prepárense para hacer pogo con barbijo”.