Por: Mario Cordo, desde Sudáfrica / Especial para El Hincha
Argentina se sacó de encima a Corea del Sur, el rival más incómodo que en la previa debía enfrentar en la primera fase del Mundial. Lo hizo con claridad, con superioridad, con armas nobles y por sobre todas las cosas, dejando una imagen aun mejor que la que había exhibido en el debut ante Nigeria.
Le costó romper el cerrojo, pero encontró el camino rápidamente. No sólo por el gol en contra, sino también por el coraje de Tevez para jugar y luchar, por la firmeza de Mascherano y por lo activo de Maxi en lugar de Verón.
A partir de la ventaja Argentina fue creciendo y nuevamente por una de las mejores armas que tiene, la pelota parada, Gonzalo Higuaín se encontró con su primer grito del torneo.
Todo estaba sobre rieles hasta el final del primer tiempo, cuando Demichelis cometió un grosero error y le dejó servido el gol a Lee Chung Yong. Injusto descuento. Pero el máximo déficit apareció en el primer cuarto de hora del complemento, un lapso en donde Higuaín y Tevez tuvieron oportunidades de gol, pero donde Argentina sufrió y hasta casi lamenta el segundo gol de los surcoreanos.
Otra muestra más del desconcierto se vio con las tres amarillas que mostró el belga De Bleeckere a Jonás (segunda tarjeta, no estará con Grecia), Mascherano y Heinze. El trámite pedía cambió, enderezar el barco y lejos de imaginar una modificación defensiva Diego apostó a atacar, Agüero por Tevez y el Kun no necesitó de entrada en calor. Participó de la jugada de los dos últimos goles, tuvo varios encuentros con Messi y dejó sobre la mesa la tarjeta, avisando que cuando Argentina lo necesite, él está preparado.
El optimismo surge desde el inevitable ejercicio de la comparación y cuando se mira alrededor de Sudáfrica 2010, nadie tiene más que Argentina. La selección llegó al Mundial con el mejor futbolista del mundo y ya tiene al goleador de la competencia, Higuaín, que mostró contundencia a la hora de marcar pero también capacidad para participar de los mejores encuentros ofensivos del equipo.
En frío, el cuerpo técnico deberá poner la lupa en la falta de sincronización de mitad de cancha hacia atrás, en analizar cuál será la decisión que se tome con el lateral derecho: Jonás es un muy buen volante externo. Y un ítem que nadie debe dejar de tener en cuenta: esto es un Mundial, no hay que excederse en el triunfalismo, hasta acá Argentina ni siquiera consiguió el objetivo primario. Por ahora sumó dos triunfos en una Copa del Mundo. No es poco, puede festejar.