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Cada vez más turistas visitan las aguas termales con piletas de piedra que hay en el norte argentino

Crece la búsqueda de sitios en la naturaleza donde relajarse y conectar con el entorno. Estas termas son un paraíso

A través de 17 Rutas Naturales los visitantes pueden descubrir las maravillas que la madre naturaleza sembró en todo el territorio argentino. Cada uno de estos senderos recorren a lo largo de todo el país rincones únicos que hipnotizan a todo visitante. Uno de estos destinos se ubica en el Norte argentino y tiene aguas termales imperdibles.

En Catamarca, al recorrer de una de las rutas que surca el Norte, es posible visitar las dunas de Tatón, Saujil y Medanitos, al norte de la localidad de Fiambalá. Las dunas de este lugar lo llevan a uno a viajar directamente al desierto del Sahara, estas altísimas formaciones de arena se imponen y lo llevan a uno a vivir un viaje sorprendente. Pero además allí, se encuentran las aguas termales reconocidas por sus acciones terapéuticas.

Las termas se ubican al sudoeste de la provincia de Catamarca, a 12 Kms. de la ciudad de Fiambalá, 63 Kms. de Tinogasta, y 342 Kms. de San Fernando del Valle de Catamarca. Se llega a ellas a través de la Ruta Nacional Nº 60.

Fiambalá, en lengua de los pueblos originarios “agua que penetra en la montaña”, tiene piletas naturales de agua termal que bajan de la montaña, el agua oscila entre temperaturas que van de los 38º C hasta los 70º C y sus propiedades minerales las hacen altamente recomendadas por su poder curativo y medicinal.

Estas espectaculares aguas terapéuticas están bordeadas por una vegetación típica de la zona, lo que convierte a este atractivo en un paraíso. Las piscinas están al aire libre y sus “baños de chorro” permiten el acceso de los visitantes a las aguas termales hipertérmicas, alcalinas, hipotónicas y ricas en algas verdes.

Sus propiedades sedativas y oxigenantes son altamente recomendadas para el tratamiento de afecciones nerviosas, estrés, artritis, reumatismo y afecciones de la piel.

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