La saga de ataques a balazos contra domicilios de magistrados o sus familiares vinculados al juicio que en abril pasado terminó en condenas contra los cabecillas de la banda Los Monos escaló en el blanco elegido. En la madrugada de este sábado, dispararon al menos siete veces contra el Centro de Justicia Penal de Rosario con análoga modalidad que en casos anteriores: dos hombres en moto abrieron fuego contra los cristales del edificio donde se llevó a cabo el proceso a miembros del clan Cantero.
El nuevo atentado reconoce un antecedente cercano, penúltimo de la serie: el ataque, también a balazos, a dos frentes en direcciones relacionadas a la jueza Marisol Usandizaga, integrante del tribunal que condenó a los máximos referentes de Los Monos.
El gobernador Lifschitz y los ministros Pullaro y Silberstein se reunieron en el lugar con la fiscal Haurigot
El nuevo ataque, perpetrado entre la 1.30 y 1.40 de la madrugada, remite al pasado reciente pero también al futuro inmediato: la sede del Centro de Justicia Penal será, desde el próximo martes 14 de agosto, el escenario de las audiencias de apelación a las condenas del clan Cantero. En la misma locación, a la vez, evalúan realizar otro proceso contra la misma banda, esta vez por narcotráfico y a cargo de la Justicia Federal, en septiembre.
Gustavo Franceschetti, Defensor Regional de Rosario, informó a El Ciudadano que la mujer que realiza la limpieza fue la primera persona que vio los impactos de bala. “Cinco disparos atravesaron los vidrios, fueron 7 balazos en total”, detalló el funcionario judicial. La gravedad de este último mensaje con tintes mafiosos quedó expuesta por la temprana presencia, en el edificio de Sarmiento y Rueda, del ministro de Seguridad de la provincia, Maximiliano Pullaro, su par de Justicia, Ricardo Silberstein, y hasta el propio gobernador, Miguel Lifschitz. Los tres se reunieron con la fiscal que interviene en el caso, Valeria Haurigot, quien estaba de turno en Flagrancia.
Franceschetti agregó que seis de los tiros impactaron en la planta baja del edificio, sobre la fachada que da a calle Rueda, donde se encuentra la sala de espera. Otro dio en el frente sobre Sarmiento, pero en este caso –puntualizó– no perforó el vidrio: “Son gruesos, todas las balas no traspasaron, pero sí generaron daños y perforaciones en dos sillas plásticas donde la gente se sienta a esperar”, relató el defensor.
La Policía de Investigaciones (PDI) es la fuerza que intervino primero en las pesquisas del ataque. Se levantaron siete vainas calibre 9 mm que fueron enviadas a peritar. Fiscalía, en base a testimonios de testigos, informó que los disparos partieron de los ocupantes de una moto que pasó rauda y en contramano por calle Rueda, en dirección a Sarmiento.