Miqueas Julio Córdoba era el último prófugo por el caso del tesorero Héctor Cornalis, que el pasado 16 de abril fue muerto a golpes cuando fue asaltado por un grupo de maleantes en la cooperativa láctea 22 de Marzo, de la pequeña localidad de Eustolia, en el departamento Castellanos. Este martes por la mañana personal policial entrerriano dio con él en una vivienda en las afueras de Victoria, donde además secuestraron más de 300 dosis de cocaína listas para la venta. El fiscal, que ya tiene a cuatro imputados en la causa, incluido un ex trabajador de firma –señalado como ideólogo del robo frustrado–, acusará al detenido en las próximas horas.
A ocho meses del crimen que conmocionó a la localidad de María Juana, cercana a la cooperativa láctea, el fiscal Carlos Zoppegni solicitó la extradición provincial y acusará a Córdoba, bajo sospecha de ser uno de los tres hombres que le quitó la vida a quien fuera el calderero y tesorero de la fábrica recuperada por sus trabajadores en mayo de 2016.
Córdoba, de 25 años, fue detenido temprano este martes por personal policial de la Jefatura Departamental de Victoria, que irrumpió en una vivienda ubicada en zona de calle Hernandarias, con una orden judicial librada por el juez entrerriano Alejandro Callejas. Allí lo habían ubicado efectivos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), a cargo de Zoppegni. La vivienda era una especie de búnker de drogas, ya que según fuentes policiales fueron hallados 339 gramos de cocaína distribuidos en bochas y balanzas de precisión.
La hipótesis del funcionario del Ministerio Público de la Acusación (MPA) señala que Roberto Martín «Sombra» Andini, un ex trabajador que había sido echado por hurtar mercadería de la planta, contrató a tres personas (Nicolás Bustamante, Hugo Segovia –imputados en mayo– y Córdoba) para que llevaran adelante el robo de un botín que, sabía, se trataba de una suma millonaria porque estaba destinada al pago de sueldos.
Los tres contratados por Sombra Andini, oriundos de Paraná, debían secuestrar a Cornalis y robarle el dinero. Según la investigación, llegaron a la terminal de Santa Fe tres días antes del crimen, fueron buscados por el remisero Clemente Lencina (ya imputado) quien los llevó hasta la casa de Sombra, en Estación Clucellas.
El fiscal Zoppegni detalló que “cuando llegaron, se bajaron en la casa del imputado, se quedaron en la vivienda hasta cerca de las 3.30 del viernes”; luego “los trasladó por un camino de tierra en un vehículo marca Fiat Spazio blanco hasta la puerta de ingreso a la cooperativa donde cometieron el delito”.
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Según el investigador, los ladrones no tenían armas de fuego. Cuando cruzaron a Cornalis alrededor de las 5, lo golpearon salvajemente, y lo maniataron con precintos en tobillos y muñecas para trasladarlo en su propio auto y contra su voluntad camino a su casa de María Juana.
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“Mientras se trasladaban en el vehículo con Cornalis en el asiento trasero, vieron un móvil policial que circulaba en sentido contrario al que iban ellos”. La Policía se dirigía hacia la cooperativa porque el sereno había alertado de la agresión. Entonces, los tres prófugos giraron en U y se colocaron detrás del móvil policial sin sobrepasarlo, explicó el fiscal, quien completó: “Una vez que el auto de la Policía ingresó a la planta de la cooperativa, aceleraron hacia la autovía 19.
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Cornalis fue hallado más tarde en la zona rural de Colonia Cello en el asiento trasero ya sin vida, y en el baúl de su auto estaban los 8.674.750 pesos que pretendía llevar esa mañana a la cooperativa.
Algo había salido mal en el plan de los atracadores. Fueron, según el fiscal, “razones ajenas a los imputados; esta frustración de los objetivos motivó que, para procurar su impunidad, golpearan con elementos contundentes a Cornalis hasta quitarle la vida”.
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Oriundo de San Benito, Entre Ríos, Miqueas Córdoba había sido condenado a fines de 2019 en la megacausa por narcotráfico que involucró al ex intendente de Paraná Sergio Varisco, ya fallecido. El 20 de diciembre de 2019 le dictaron una pena de tres años de ejecución condicional; el Tribunal Oral Federal en lo Criminal de Paraná lo declaró culpable por el delito de comercialización de estupefacientes en carácter de partícipe secundario. Se demostró durante el juicio su estrecho contacto como “asistente, colaborador, distribuidor y vendedor” en relación con Miguel Ángel “Titi” Celis, hermano del principal investigado y condenado a 13 años: el asaltante y también narco Daniel Andrés “Tavi” Celis.
