Dieciséis días de acampe frente a los Tribunales provinciales no fueron en vano. Porque ayer fue recapturado el principal acusado de asesinar a martillazos a su hija Laura, de 27 años, y a su nieta Mía, de 4. Ése era el reclamo de Cristina Ojeda luego de que el muchacho detenido el mismo día del doble crimen, perpetrado en una humilde vivienda de barrio La Lagunita en enero de 2013, protagonizara en marzo pasado una escandalosa fuga de la seccional 13ª, que le valió una imputación penal al comisario a cargo de esa dependencia. “Esto es el principio de la justicia. Porque la justicia verdadera va a llegar cuando condenen a este doble homicida y pague por el tremendo y atroz doble asesinato de mi hija y mi nietita”, dijo Cristina a El Ciudadano momentos después de levantar el acampe que sostuvo durante 16 días consecutivos frente a los Tribunales, en Balcarce al 1600, tras la fuga de la seccional 13ª de Jonathan O., el joven de 22 años acusado de perpetrar el doble crimen.
“El acampe no lo hice ni por Laura, ni por Mía. Porque nadie me las va a devolver. Lo hice para cuidar a los ciudadanos, a todos los rosarinos de un doble homicida que mata de la peor manera. Para que no haya otra mujer desamparada por este asesino en potencia. Fue por eso mi lucha de 16 días. Por eso no tuve ni un día de paz pensando que estaba suelto”, explicó la mujer que afrontó días y noches de intenso frío y lluvias en una carpa, donde recibió la visita, entre otros funcionarios, del secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, y su par provincial, Matías Drivet.
“Quiero agradecer a toda la gente que me acompañó y al procurador de la Corte Suprema de Justicia, Jorge Barraguirre, porque puso lo que había que poner”, agregó Cristina, quien a los 42 años debió cargar con un dolor inclasificable y cuyo único consuelo, la espera de justicia, se esfumó cuando supo de la inexplicable fuga del principal acusado.
Su vida cambió la mañana del domingo 20 de enero de 2013, cuando la niñera de sus nietos, que vivían a la vuelta de su casa, la fue a buscar desesperada. La mujer corrió hasta la casa de su hija, ubicada en pasaje 1851 al 6600, y se encontró con una escena desgarradora. Primero se topó con el cadáver de su hija Laura López, de 27 años, y luego con el de su nieta Mía Valenzuela, de 4. Ambas tenían lesiones ocasionadas con un martillo y un arma blanca. Su otro nieto, Román, de 7 años, sobrevivió desvanecido del shock debajo de una cama.
Testigos dijeron haber visto a un vecino escapar con una Play Station y un DVD por un tapial, objetos que ese mismo día un niño del barrio devolvió todavía ensangrentados.
Para entonces, las miradas apuntaban hacia Jonathan O., un muchacho que conocía a las víctimas y fue apresado ese mismo domingo. Más tarde se sumó la detención de Maximiliano L., de 30 años y apodado Muqueño, quien quedó imputado en la causa como coautor.
Fuga en Bella Vista
El 20 de marzo pasado, el principal acusado del doble crimen se fugó de la seccional 13ª de Bella Vista. El comisario a cargo, Daniel Bahl, fue citado a Tribunales pero no se presentó. Su ausencia motivó a que la fiscal Cecilia Brindisi ordenara su presencia por la fuerza pública, aunque no fue necesario porque anteayer se presentó, aunque se abstuvo de declarar. Quedó imputado de “facilitamiento doloso” de evasión, en relación con la fuga del preso que ganó la calle sin forzar aberturas ni cerrojos. Ayer, el prófugo fue recapturado por efectivos del Comando en una chatarrería del Remanso Valerio, como se conoce al asentamiento irregular que se levanta a orillas del Paraná, en Granadero Baigorria.