Lucas Jesús Sánchez tenía 26 años cuando lo acribillaron a balazos el mediodía del 11 de noviembre de 2017. Estaba en las casitas ubicadas detrás del Mercado Productores, en barrio San Francisquito. Lo encaró a plena luz del día un chico que descargó una ráfaga de disparos contra él. Lo llevaron al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez, donde murió a las pocas horas del ataque. Diez meses después, luego de una investigación que incluyó testimonios reservados e información de calle, detectives de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones ubicaron al sospechoso de haber disparado. Con una orden de allanamiento autorizada por la fiscal Georgina Pairola, los efectivos irrumpieron en un domicilio de Villa Gobernador Gálvez y detuvieron a un joven de 19 años que será sometido a una audiencia imputativa en la que se intentará develar las motivaciones del crimen.
Fuentes policiales y judiciales relataron en su momento la saga: aquel 11 de noviembre de 2017, Sánchez, quien vivía en Valparaíso al 2600, se encontraba en Virasoro y Constitución, en el sector de Villa San Francisquito detrás del Mercado de Productores. Los investigadores aún no saben por qué fue atacado a balazos. Quedó tendido en el piso, agonizante. Allegados lo trasladaron en un auto hasta el Heca, donde le diagnosticaron múltiples heridas de arma de fuego que le comprometieron órganos vitales. A pesar del esfuerzo médico el joven falleció pasadas las 15.15.
Poco después del crimen, efectivos encontraron en el lugar un revólver calibre 22 y una moto que, especulan, era de la víctima y que fue peritada. En la investigación participaron efectivos de la comisaría 18ª, PDI y el entonces fiscal Rafael Coria. La pesquisa quedó luego a cargo de Georgina Pairola. Las pistas, según indicaron desde el Ministerio de Seguridad, llevaron a Villa Gobernador Gálvez.
Diez meses después, durante la madrugada de este martes, la PDI allanó una vivienda en Simón Bolívar al 2600, en Villa Gobernador Gálvez. En ese domicilio dieron con Ezequiel G., de 19 años. Es el sospechado de haber gatillado los disparos que terminaron con la vida de Sánchez. A Ezequiel G. se le secuestró un revólver calibre 32 largo con doce cartuchos del mismo calibre, de los cuales cinco estaban en el interior del arma, indicaron las fuentes del caso.
La fiscal Pairola ordenó que Ezequiel quede detenido e incomunicado y se le forme causa por el delito de homicidio agravado. La audiencia imputativa está prevista para este jueves, según indicaron fuentes judiciales.
