Empresarios del sector inmobiliario consideraron que la crisis del sector a nivel nacional podría comenzar a resolverse el año siguiente, en consonancia con las próximas elecciones legislativas y presidenciales. En rigor, reconocieron que la definición de las candidaturas y la propuesta de nuevas políticas en materia económica favorecerán que la población vuelva a recuperar la confianza en el mercado. Además, explicaron que si bien en Rosario la comercialización de propiedades retrocedió por primera vez en los últimos años en un 16 por ciento durante el primer semestre de 2014, en el interior de país la situación dista de ser similar a la de Capital Federal donde este año, según revelaron desde la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA), casi 900 empresas de este rubro cerraron sus puertas.
“Por primera vez en los últimos años tuvimos una caída del 16 por ciento, aunque eso no significa que el mercado esté dormido porque tenemos productos que se venden, como los terrenos Procrear o los proyectos al pozo. Estamos en conflicto con los inmuebles usados y con aquellos que están dolarizados, que son los menos”, analizó Carlos Rovitti, presidente de la Cámara de Empresas Inmobiliarias de Rosario (Cadeiros).
En igual consideración con esta postura, el titular de la Corporación Empresas Inmobiliarias de Rosario (Ceir), Marcelo Gustafsson, estableció que más allá de que la situación en la ciudad está lejos de ser la ideal “se realizan operaciones aunque son más trabajadas, no tan fluidas como hace algunos años”. De acuerdo con su criterio, esta retracción en la demanda se produce principalmente por “un cambio de expectativa” de la población en lo que refiere al contexto económico en general. “Nuestra actividad está íntimamente relacionada con la cuestión cambiaria y la cotización del dólar. Cuando se ve movimiento en ese sentido, es normal que haya tiempos de espera o impasse. Mucha gente, ante la variación de su poder adquisitivo, decide esperar un poco para ver si con sus ahorros puede comprar más metros cuadrados”, estimó.
“Una crisis terminal”
Las declaraciones de los empresarios rosarinos se producen luego de que desde la porteña la Cámara Inmobiliaria Argentina manifestaran que “el mercado está en una crisis terminal”, al tiempo que vaticinaron que la recuperación del sector podría llegar recién en 2017. Una explicación para semejante diagnóstico es que, a diferencia de lo que ocurre en casi todo el interior del país, en Buenos Aires no se acepta otra moneda que no sea el dólar como consecuencia de que la pesificación impulsada por el sector finalmente no llegó a concretarse. Este escenario implicó una merma en las ventas superior al 50 por ciento que derivó en el cierre de 884 inmobiliarias.
“Lo que pasa en Buenos Aires nada tiene que ver con lo que sucede en el resto del país. Ellos tienen un mercado totalmente dolarizado y pocos emprendimientos nuevos por falta de terrenos. En Rosario, el 90 por ciento de las operaciones se hace en pesos y aquí tenemos una gran cantidad de emprendimientos al pozo, que ellos no tienen”, destacó Rovitti.
A modo de ampliación, el titular de Cadeiros observó que “la devaluación, una inflación de casi el 40 por ciento y un receso de la economía en líneas generales” fueron los principales obstáculos que frenaron la comercialización de inmuebles. No obstante, se mostró optimista al señalar que las elecciones que se desarrollarán en 2015 “van a aclarar un poco el panorama” porque permitirán tener certeza de las medidas que desarrollarán en materia económica. “Cada cambio de gobierno es, como establece el dicho, ‘escoba nueva barre bien’. No creo que haya que esperar hasta 2017. Quizás podamos hablar de esa fecha para que la economía esté a pleno, pero creo que después de abril vamos a empezar a tener novedades”, sintetizó.
En igual sentido, Gustafsson contó que “la situación puntual de Buenos Aires se da por un mercado mucho más dolarizado”, aunque fue aún más optimista que su colega en cuanto a las perspectivas económicas del sector a futuro: “No veo por qué no se pueda revertir esta situación en uno, dos, tres o cinco meses. Lo que necesita el mercado es un cambio de expectativa y un panorama más claro para poder retornar al ahorro para la compra de propiedad”.
Clase media: deuda eterna
Carlos Rovitti aseguró que en materia de viviendas “la deuda sigue siendo con la clase media”, producto de la ausencia de créditos hipotecarios accesibles. “Es ahí donde vamos a tener que apuntar, y la banca privada tendrá que prestar atención para ver de qué manera va a otorgar créditos, a medida que se vaya reacomodando la economía, para poder paliar esa situación”, indicó el titular de Cadeiros. En tanto, Marcelo Gustafsson, de la Corporación Empresas Inmobiliarias de Rosario, consideró importante “avanzar en ampliar el mercado locativo” imponiendo, entre otras medidas, que las nuevas viviendas que se construyan estén destinadas, durante un lapso de ocho años o diez, para alquiler. “Esa puede ser una medida que incentive la actividad y además la mano de obra”, concluyó.
LOCALES COMERCIALES
Marcelo Gustafsson se refirió a la gran cantidad de locales comerciales vacíos y el cierre de numerosos emprendimientos como consecuencia de los altos costos que representa el alquiler del espacio. Si bien reconoció que este contexto resulta novedoso, esto se produce por “un cambio de visión de los comerciantes que empezaron a evaluar cómo iba a ser su actividad en el futuro”. “Empezaron a facturar menos, su actividad fue menor y, previendo su inversión, notaron que la expectativa de ingreso no resultaba viable. Esto es algo que se da en todo el país”, detalló.