El Ministerio de Seguridad de Santa Fe anunció la desarticulación de una banda narcocriminal con sede en barrio Guadalupe de la ciudad capital y el secuestro de 147 kilos de cocaína, lo que el ministro Maximiliano Pullaro calificó como “la incautación más grande en la provincia en los últimos años”. De acuerdo con la información oficial el secuestro se dio en el marco de siete allanamientos efectuados este jueves por la noche en los que hubo ocho personas demoradas que quedaron a disposición del juzgado federal Nº1, a cargo del magistrado Reinaldo Rodríguez. Además en los allanamientos se secuestraron 120 mil dólares, 300.000 pesos, 30 celulares, 3 vehículos y un arma. Voceros de la causa dijeron que la organización era comandada por Vanesa Marcela “La Curandera” Saravia, sindicada como la continuadora del negocio que dejó el prófugo Vicente Pignata.
Entre los detenidos se encuentra un sargento de 43 años que cumple funciones comisaría 13ª de la localidad de López, identificado como Germán Héctor Dogañeli. De acuerdo con las fuentes, cayó en un domicilio de Echague al 5900 de Santa Fe, con elementos para preparar dosis de droga.
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En conferencia de prensa, el ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro, explicó el valor de la droga incautada y cómo fueron los procedimientos realizados por PDI Antinarcóticos. «Es la incautación más grande en los últimos años en la provincia de Santa Fe. Estamos hablando de un valor aproximado de 75 a 150 millones de pesos», indicó el funcionario a los medios capitalinos.
Se supo de fuentes oficiales que el secuestro de cocaína se produjo en Los Ceibos al 10.400. Los 147 kilos estaban en 29 panes y 120 bolsas. Allí también fue secuestrada una prensa hidráulica.
Según publicó el portal Zona Crítica citando fuentes de la pesquisa, la Curandera Saravia, de 34 años, tenía la base de operaciones en un caserón del barrio residencial de Guadalupe, en Echagüe al 6900 donde dirigía el negocio con su pareja Martín Albaristo, de 38. Tenían el dominio de varios inmuebles desde donde movían drogas y dinero en diversos autos. Los más frecuentes eran el templo Umbanda de San Gerónimo al 7800; San José al 10400, Tarragona al 200, dos garages ubicados en Boneo 637 y la citada vivienda de Los Ceibos al 10400. De los casi 150 kilos de cocaína secuestrados, la mayor parte se encontraban dentro de autos de alta gama que estaban bajo el dominio de Saravia, entre ellos una Toyoya Hilux, una Ford Ranger, un Peugeot 308, un mini Cooper color gris y un Jeep Patriot, color blanco. Los viajes más frecuentes se hacían entre la casa de Guadalupe y la de San José al 10400. La banda de La Curandera tenía, al menos, a dos policías encargados de realizar viajes y camuflar dinero o drogas en ruedas de auxilio de los coches utilizados. La red contaba con colaboradores de menor rango que movían la droga en mochilas o bolsos en colectivos de media y larga distancia, de acuerdo al seguimiento que hicieron los pesquisas a cargo de la investigación. La cocaína se vendía en dos modalidades: si era por mayor a través de un contacto telefónico y por bolsitas en kioscos de la zona.
