Lucas C. tiene 36 años y ayer fue detenido junto a su chofer de 35 en Villa Gobernador Gálvez. El personal de la División de Contrainteligencia de la Policía de Investigaciones (PDI) seguía a Lucas por un pedido de captura por orden de la jueza de Ejecución Penal Luciana Prunotto. Lucas fue el protagonista de un violento robo tras el cual lo condenaron a 12 de prisión en 2008 y fue señalado como el autor intelectual del crimen de Cepillo, un histórico vecino del barrio, ocurrido en 2015. El mismo día que lo detuvieron, su banda rival, Los Gorditos, quedó casi desarticulada cuando la Justicia provincial ordenó quince allanamientos y hubo nueve detenidos en la zona sur.
Anteayer los uniformados de la PDI hicieron guardia en la esquina de Mendoza y Fornieles de la vecina localidad. Con dato certero, a las 17 los pesquisas vieron salir a Lucas, quien se subió a un Chevrolet Agile. El chofer arrancó por Fornieles, hizo cuatro cuadras y ambos fueron detenidos. De la requisa, los detectives de la PDI hallaron un arma de fabricación casera similar a una ametralladora con cuatro balas en su interior. Después se conoció que no era apta para el disparo.
Los voceros judiciales indicaron que tanto al prófugo Lucas C. como al conductor, Roberto L., de 35, el fiscal de la Unidad de Flagrancia Mariano Ríos les formó una causa por tenencia de arma.
Una de las condenas
El último caso que se conoció en las crónicas policiales sobre Lucas fue en 2007. En junio de ese año había recuperado la libertad tras cumplir una condena por robo en la cárcel de Coronda. Sin embargo, no pasó ni un mes y lo volvieron a detener sindicado por tres robos y el abuso sexual de una de las víctimas.
El más grave de estos delitos ocurrió el domingo 17 de junio de 2007. Eran las 8 de la mañana del Día del Padre cuando un hombre de 40 años estaba en la puerta de su taller cerca del barrio de Fuerte Apache mientras su esposa e hija de 2 años se encontraban en el interior de la casa que quedaba detrás. En ese momento, apareció Lucas para pedir un vaso de agua y, cuando la mujer se lo dio, sacó un arma de fuego de entre sus ropas y bajo amenazas, obligó a la familia a entrar. “Le puso un revólver en la cabeza a la criatura, los llevó al baño, los maniató con cables y los dejó encerrados. Estuvo tres horas adentro, revolvió todo buscando plata, pero antes de irse sacó del baño a la mujer y abusó de ella”, describió en su momento un vocero de la pesquisa.
Por este último caso, la jueza de Sentencia Nº 7, Carina Lurati, lo condenó a 12 años de prisión por el delito de robo en concurso real con el de abuso sexual agravado por el uso de arma de fuego. Y en diciembre de 2008 la sala II de la Cámara Penal, integrada por Juvencio Mestres, Adolfo Prunotto Laborde y Ramón Ríos, confirmó el fallo.
La bronca con Cepillo
En 2015, se produjo un quiebre en la zona de Fuerte Apache y la lindera villa Flammarión. Un veterano dedicado al narcomenudeo, Sergio Fernández, apodado Cepillo, y sus vecinos Lucas C. –detenido anteayer– y Adrián, incipientes competidores empezaron una disputa por el liderazgo del territorio. Para inclinar la balanza, Cepillo convocó a un grupo de jóvenes a quienes luego apodarían Los Gorditos, contaron en el barrio. A Cepillo lo mataron el 4 de diciembre de ese año en España y Lamadrid. Sus conocidos dijeron que para ese tiempo ya no vendía, sólo se dedicaba a hacer trabajos de albañilería. Sí seguía en el negocio su banda, conocida como Los Nietos de la Doris (ex mujer de Cepillo). En esos meses, conocidos de Cepillo contaron que Adrián le disparó dos veces en el pecho y que el autor intelectual había sido Lucas. Esta afirmación no fue confirmada por los voceros judiciales. Tras el crimen, los sospechosos desaparecieron y durante el velorio de Cepillo el negocio de Lucas ardió en Fuerte Apache. Ese fue el día en que Los Gorditos se apoderaron de la zona y también desplazaron a Los Nietos de la Doris, banda que ya venía debilitada tras algunas detenciones, mentaron vecinos y confirmados fuentes del caso.
Siempre en el medio de los tiroteos y las disputas estuvieron los vecinos, quienes sufrieron la violencia y fueron víctimas de usurpaciones.
Unas horas antes de que atraparan a Lucas, la Justicia provincial hizo el último operativo contra sus rivales: Los Gorditos. Con 15 allanamientos personal de la Policía Federal apresó a nueve personas, entre ellas a uno de los cabecillas, y realizó un procedimiento en la celda de otro de los jefes en la cárcel de Piñero. Los operativos fueron en Presidente Roca al 5100 (Fuerte Apache) y también en Dinamarca al 500 bis de barrio Saladillo. Todos quedaron sospechadas de realizar amenazas y tiroteos para quedarse con las viviendas de los vecinos. “Uno de los líderes está prófugo”, dijo un vocero de la pesquisa.