Un escenario inesperado que vuelve a generar cierta tensión en los trabajadores. Así podría sintetizarse la situación que atraviesa la automotriz General Motors, quien anunció que suspenderá las actividades durante cinco días en su planta de Alvear para “adecuar el volumen de producción a las fluctuaciones del mercado”. El hecho también encendió la alarma en el sindicato del sector.
“Con el objetivo de adecuar el volumen de producción a recientes fluctuaciones de mercado, la planta suspenderá actividades del viernes 27 de abril al viernes 4 de mayo, retornando a la actividad normal el lunes 7”, informó la compañía a través de un comunicado.
Según fuentes gremiales, la empresa pagará esos días de suspensión de actividades a sus operarios aunque no concurran a la planta, ubicada a 25 kilómetros de Rosario.
Sin embargo, la noticia generó un alerta en la seccional Rosario del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata).
“Tememos que atrás de esto se quiera reducir personal”, dijo ayer el secretario general local de Smata, Marcelo Barros.
Añadió que la preocupación gremial se centra en que la automotriz reduzca la producción a un solo turno de trabajo y explicó que según le confió la empresa se “cayeron 5.000 unidades de venta previstas a Brasil”.
Ese es el principal destino del Chevrolet Cruze que se produce en la planta santafesina de GM.
Caída
Desde principios del 2016, cuando se dejó de fabricar el popular Corsa y el Agile, modelos que lideraron las ventas en el mercado interno y tenían una muy buena inserción en Brasil, la producción decayó de 30 unidades por hora a menos de la mitad.
Los tres turnos que se necesitaban para cumplir con la demanda de producción de los modelos básicos se redujeron a dos para la fabricación exclusivamente del Cruze, un auto de alta gama que en promedio en Argentina se patentan 1.800 unidades por mes.
A esto se le suma –justamente- la profundización de la crisis política y económica en Brasil, principal mercado de GM. De hecho, las últimas partidas que se mandaron al país vecino aún están stockeadas, según publicó ayer el portal La Política Online.
Ya a fines de 2017 la empresa tuvo dificultades para mantener los dos turnos para producir los 240 autos diarios en las dos versiones Cruze -sedán y cinco puertas- y terminaron adelantando vacaciones.
Ahora, con el nuevo panorama que planteó GM, en el gremio esperan llegar a un acuerdo el próximo martes 24 de abril cuando habrá una audiencia en el Ministerio de Trabajo.
La idea es conciliar una estrategia que permita mantener a todos los obreros en planta y se programen bancos de horas para evitar despidos.
«Primero queremos tener la certeza de cuánto descendió la producción y ver de repartir las horas de producción a lo largo del año, priorizando mantener los dos turnos, no queremos que se reduzca a uno solo» advirtieron desde el sindicato.
El panorama que se presenta en General Motors es diferente al de otras terminales como Toyota o Fiat, que están trabajando al límite con tres turnos y horas extras, mientras que la Volkswagen viene de suspender 150 personas el mes pasado.
Voz oficial y contexto
En tanto, en su escueto comunicado, GM no brindó precisiones sobre su situación, aunque asegura que la suspensión de actividades tiene por objetivo “adecuar el volumen de producción a recientes fluctuaciones de mercado”.
La planta de GM emplea a unos 2.000 colaboradores y en 2017 superó las 50.000 unidades producidas.
Un anuncio lejano
El último trimestre del año pasado General Motors anunció una inversión de 500 millones de dólares para la fabricación de un nuevo modelo. Se trata de un utilitario tipo Trafic. La puesta en marcha del proyecto sería útil para paliar la inestable situación actual.
Es que según el presidente de la compañía en Argentina, Carlos Zarlenga, el nuevo modelo permitiría generar más empleos. La idea es que el 80 por ciento de ese producto se exporte a Brasil.
Sin embargo, aún habrá que esperar para encontrar resultados. Es que faltan casi dos años para que la firma termine de desarrollar la iniciativa.