Un nuevo capítulo en la causa del Café de la Flor, donde en octubre del año pasado murió el músico Adrián Rodríguez al recibir una descarga eléctrica, se conoció ayer tras presentarse las acusaciones a los ya imputados por el delito de homicidio culposo en calidad de coautores. Se trata de Ariel S., dueño del local, para quien el Ministerio Público de la Acusación solicitó una pena de 4 años de prisión de ejecución efectiva y 10 años de inhabilitación para ejercer actividades comerciales. Por el mismo delito se acusó a Fernando C., el electricista que trabajó en la instalación eléctrica del lugar, para quien la Fiscalía solicitó la pena de 5 años de prisión de ejecución efectiva y 10 años de inhabilitación para ejercer como electricista o cualquier otro tipo de actividad relacionada.
Una tercera acusación recae sobre Pablo A., el último inspector municipal en firmar los papeles para que siguiera abierto el bar, imputado en marzo por incumplimiento de los deberes de funcionario público. Para este delito las penas son de un mes a dos años de prisión e inhabilitación, y la acusación se presentará la semana próxima y por separado, al tratarse de otro tipo de delito.
La investigación la lleva adelante la fiscal Valeria Piazza Iglesias y todavía no hay fecha de audiencia preliminar. La familia del músico participa como querellante en la causa.
Las acusaciones
El dueño del bar, Ariel S., fue el primer imputado por el caso, a fines de octubre del año pasado, por homicidio culposo. El empresario, que permanece en libertad, se negó a declarar en aquel momento, por lo que era fundamental el resultado de las pericias hechas en el lugar del siniestro para que la fiscal Piazza Iglesias pudiera evaluar la pena por la que iba a acusar. En aquel momento, la fiscal había adelantado que se trataría de una pena de ejecución condicional, ya que el acusado no poseía antecedentes previos, pero en la presentación de ayer, con el resultado del peritaje en manos de la Fiscalía, Piazza Iglesias solicitó una pena de ejecución efectiva, de 4 años de prisión, más otros 10 de inhabilitación para ejercer actividades comerciales.
En la imputación se le atribuyó al propietario el “haber causado, por negligencia e inobservación de los reglamentos y deberes a su cargo, la muerte por electrocución de Adrián Rodríguez, producto de desperfectos en el sistema eléctrico, al no estar debidamente conectado el interruptor diferencial en dicho comercio”. Por tal conducta, se lo acusó de “violación del deber de cuidado exigido a un comerciante que brinda un servicio de espectáculos en vivo”, lo que se consideró como “riesgo jurídicamente desaprobado en razón de no haber tenido las condiciones adecuadas al sistema eléctrico del comercio que administra”, delito que encuadra como “homicidio culposo en calidad de autor”.
Por el mismo delito, fue imputado en abril de este año Fernando C., de 34 años, electricista que, según la fiscal, violó el deber de cuidar a los músicos al desconectar el interruptor diferencial –también llamado disyuntor– del tablero principal. Según los primeros testigos, el lugar presentaba inconvenientes eléctricos con cortes de energía intermitentes, por lo que la desconexión del disyuntor garantizaba que la luz no se cortara durante el show, bajo las peligrosas consecuencias ya conocidas.
Para el técnico, la Fiscalía solicitó la pena máxima para este tipo de delitos (que va entre 6 meses y 5 años más inhabilitación) de ejecución efectiva y 10 años de inhabilitación para ejercer como electricista o cualquier otro tipo de actividad relacionada.
El tercer imputado es un inspector de la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana, Pablo A., quien fue el último agente municipal en revisar las condiciones eléctricas, edilicias, técnicas y de seguridad del lugar, en abril del año pasado, seis meses antes de la tragedia. La acusación para el inspector imputado por incumplimiento de los deberes de funcionario público se conocerá la semana próxima e irá a otro juicio por tratarse de un delito distinto.
En tanto, los integrantes de la banda Raras Bestias informaron a este diario que mantendrán el silencio hasta que comience el juicio oral.
La descarga que mató a Adrián Rodríguez
Adrián Rodríguez era bajista de la banda de rock Raras Bestias. Recibió una descarga eléctrica en un micrófono cuando promediaba el show previo al feriado por el Día del Respeto de la Diversidad Cultural, el 12 de octubre. Según testigos, el primero en ser alcanzado por la corriente fue el guitarrista. Rodríguez habría intentado asistirlo y murió.
Testigos y amigos de la banda comentaron que días antes el bar había tenido problemas con la electricidad. Una de las hipótesis es que el electricista desactivó el disyuntor para que pudiera continuar el show a pesar de fallas o pérdidas de corriente. Esta maniobra se conoce como “hacer un puente” o “puentear”. Si el disyuntor funciona correctamente, ante cualquier problema en el circuito corta la energía que llega desde la calle. Eso significa que las luces y los instrumentos se apagarían en medio del recital.
La muerte de Rodríguez generó gran alarma entre los músicos locales. Un grupo de artistas autoconvocados marchó cuando se cumplió un mes del hecho para pedir justicia y exigir mejores condiciones de trabajo y seguridad. Desde entonces esa iniciativa no se reeditó.