Este viernes comenzó a regir la fuerte suba de tasas de interés que fijó el Banco Central (BCRA), de 60% a 69,5% para depósitos a plazo fijo en pesos de hasta 10 millones realizados por personas. El mismo aumento fijó para las Leliq que les ofrece a los bancos.
El nuevo piso garantizado de tasa nominal anual (TNA) pasó a ser del 69,5%, contra el 61% anterior, para los depósitos a 30 días. Esto representa un rendimiento mensual del 5,79% y un rendimiento anual efectivo –computando intereses sobre interese si la plata se deja un año inmovilizada– del 96,5%.
Para el resto de los depósitos a plazo fijo del sector privado la tasa mínima garantizada es del 61%, lo que representa una tasa efectiva anual de 81,3%.
Si una persona hace un plazo fijo por 30 días de 100.000 pesos, al finalizar el plazo de un mes recibirá 105.791 pesos. Pero si decide al final de ese plazo fijo hacer uno nuevo por 30 días con los 105.791, obtiene 111.917 pesos, sumando un interés sobre interés de 6.126.
En caso de no haber cambios en la tasa de interés durante el próximo año, si ante cada vencimiento la persona volviera a hacer un nuevo plazo fijo por 30 días con el capital inicial y los intereses ganados, en 12 meses tendría 196.525 pesos, lo que da la tasa efectiva del 96,5%.
En un comunicado, el BCRA argumentó que es «necesario incrementar una vez más la tasa de política monetaria y acelerar así el proceso de normalización de la estructura de tasas de interés activas y pasivas de la economía para acercarlas a un terreno positivo en términos reales, en consonancia con los Objetivos y Planes para 2022 establecidos en diciembre de 2021».
Analistas y economistas ven un riesgo en el fuerte aumento de tasas, que están cerca de ser positivas (por encima de la inflación estimada y de la devaluación lenta pero constante): complicaciones para las empresas en la financiación por los aumentos de tasas consiguientes en las líneas de préstamos. Y, como conseccuencia, un enfriamiento de la economía por baja de la actividad.
