Los comerciantes de calle San Luis no tuvieron un buen fin de 2018 y menos un auspicioso principio de año. Después de las fiestas de Navidad y Reyes Magos las ventas no repuntaron y aun les sobra parte del stock comprado para estas fechas. Según estimaron, las ventas minoristas cayeron cerca de un 20 por ciento respecto al 2018. El mayor golpe lo sufrieron los comercios mayoristas, cuyas bajas fueron cercanas al 28 por ciento. Atribuyen el fenómeno a que los minoristas dejaron de comprarles porque quieren “liquidar” el stock y muchos comerciantes de los barrios les cuesta afrontar el costo del pasaje de colectivo al centro. En paralelo, la venta en pequeños negocios de barrio o con pymes apareció como una salida alternativa a la crisis para sortear el camino de llegar a fin de mes.
“Los comerciantes no reponen mercadería porque les quedó de temporadas anteriores. El aumento del boleto de colectivo generó un gasto extra para las personas de los barrios que venían al centro a comprar productos para sus negocios. La crisis marca con mayor profundidad la diferencia de clases”, dijo a El Ciudadano, Miguel Rucco, presidente de la Asociación de Comerciantes de Calle San Luis.
Rucco es la tercera generación de jugueteros que trabaja en su local de San Luis al 1400. Vende productos nacionales y extranjeros, desde los clásicos y básicos de 30 pesos hasta los más costosos y publicitados en Internet. Pasada la fiesta de Reyes Magos le sobraron los más caros. Según explicó, la inflación, el aumento de los alquileres y de los servicios junto a la pérdida de poder adquisitivo llevó en una baja en las ventas de más de un 20 por ciento para los comercios minoristas. Y para los mayoristas fue de un 28 por ciento. “Si antes el 70 por ciento de los negocios vendía al por mayor, hoy la mayoría sumó la venta por menor y sólo un 10 por ciento de los comercios se focaliza en la venta mayorista”, agregó Rucco.
Época
La principal diferencia, señaló Rucco, es que la venta minorista se mantuvo porque los precios de los comercios de calle San Luis son más bajos que en otros centros comerciales de la ciudad. La oferta que creció fue la apuntada a quienes privilegian el precio antes que la marca. “Llega gente desde los countries a comprarnos porque tenemos mejores precios que en las jugueterías del centro o los shopping. Vienen en busca de precios reales y productos de menor valor, como lo hacen con las segundas marcas en los supermercados”, explicó Rucco.
Según el comerciante, los rubros más afectados fueron relojería y joyería, seguido por toallas, sábanas, colchonería y electrodomésticos. El ticket de compra promedio de los últimos dos meses fue de 500 pesos y aclaró que si bien trabajaron con promociones de tarjetas y bancos, privilegiaron los descuentos por pago al contado. “Somos el centro comercial más popular de la región. Convoca a gente del interior de la provincia, de los pueblos y los barrios que viene más allá de las fechas puntuales. Cuando anda bien, la economía calle San Luis explota. Hoy vemos que no hay gente y eso es signo de la crisis”, concluyó.
El problema, la oferta
El presidente honorario de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Elías Soso, dijo que la caída de ventas en los comercios de calle San Luis superó la media nacional. “La facturación es parecida a la de 2001. Más que los porcentajes, importa la tendencia que va en baja porque falta poder adquisitivo y no hay consumo”, explicó el comerciante a El Ciudadano. También señaló que los rubros más afectados fueron las jugueterías, que no llegaron a vender el stock previsto para navidad y reyes, junto con la indumentaria y el calzado.
Para Soso, la solución a este modelo económico está en el pasado de la historia argentina. “Hay que copiar lo que hizo Arturo Frondizi en 1958. Emitió moneda, devaluó, pidió créditos internacionales y armó un plan de viviendas que reactivó la mano de obra. Hay que sacar la plata de los sectores financieros, mandarla a Vaca Muerta para generar recursos y aprobar una ley para nacionalizarlos. Primero va a generar saldos en rojo pero después se va a acomodar y a frenar la inflación. Lo importante es que haya poder adquisitivo, no inflación. El problema está en la oferta, no en la demanda”, opinó.
A los comerciantes les preocupa la baja de ventas y de persianas