La sensación térmica, un índice que representa el grado de confort del cuerpo humano, volvió a protagonizar el inicio del verano con valores récord que superaron los “60 grados” en la ciudad en Santa Fe, según un comunicado difundido por ese municipio, una marca que luego fue desmentida por especialistas, quienes señalaron que no fue calculada con el sistema oficial. De cualquier modo, el calor fue más que agobiante si cabe la figura, calor que parece burbujear en el cuerpo y, si se toca, la piel parece hervir y comienza a pesar el mismo cuerpo haciéndose difícil sostenerlo con el escaso humor que se apodera de todo el mundo, que va convirtiéndose paulatinamente en un estado de ánimo. A la noche, con los mosquitos en modo kamikaze el padecimiento se tornará incontrolable y el calor no cederá un milímetro, por lo que será imposible para la mayoría andar por ahí. Las opciones no serán otras que, para quienes pueden, encerrarse en una habitación con aire acondicionado, o pasar una noche en pileta de material, si se tiene, o de lona. Eso pasó anteayer en la ciudad de Santa Fe, pero además casi toda la provincia fue azotada por una ola de calor devastadora y la sensación térmica comenzó a medirse en estados de ánimo, es decir, lo inaguantable de la temperatura en aumento disparaba la imaginación a grados de “sensación térmica”, lo que vox populi primero, y más tarde a través de un comunicado municipal, se convertiría en los 65 % que se abatieron sobre la ciudad capital de la provincia y la octava más poblada del país. La laguna Setúbal y los ríos Salado y Paraná generaron un intenso impacto húmedo que dio más veracidad a la altísima temperatura.
Diferentes variables
“La sensación térmica no se mide, sino que se calcula ya que se trata de una fórmula matemática que tiene en cuenta diferentes variables”, explicó Cindi Fernández, meteoróloga del Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Y agregó que, en los días calurosos de verano, su valor depende de la temperatura y de la humedad, mientras que en invierno recurre solamente a la variable “humedad”, agregó la especialista sobre la fórmula de la sensación térmica que está homologada y es la misma para todos los países que la implementan, aunque no en todos tienen el hábito de calcularla. La meteoróloga también afirmó que muchas de las estaciones automáticas en el país no utilizan esa fórmula y apelan a otras con cierta similitud. En esta línea, la especialista sostuvo que el SMN no iba a responder por los datos difundidos por el municipio santafesino, que dio cuenta de una sensación térmica de 65,7 grados cuando el reloj marcaba las 15 y utilizando un sistema de medición propio que no está homologado por el SMN. “Nadie discute el calor que suele hacer en Santa Fe”, dijo Fernández, pero señaló una notable diferencia entre esa marca y la calculada por el SMN en Santa Fe”.
Tarde de botellas plásticas
Ya alguna gente que era entrevistada en plazas o paseos públicos arrojándose agua a la cabeza con una botella plástica sostenía que esa medición de la sensación térmica proveniente de la estación municipal no era nada confiable y que la única medición confiable para la ciudad de Santa Fe estaba en la estación meteorológica que el SMN tiene en el aeropuerto de la ciudad, y esta medición sólo había llegado hasta los 46 grados aproximadamente en su punto máximo. Un hombre que mojaba un pañuelo en una fuente y lo pasaba por su cara y cuello y que tenía un saco y una corbata acomodados a su lado dijo que se podía tomar otra medición medianamente confiable más adentro de la ciudad, sobre todo en la estación meteorológica que la Universidad del Litoral tiene en el barrio El Pozo, y que, según este hombre, había llegado a los 54 grados como máxima de sensación térmica. La meteoróloga consultada especificó que para calcular la sensación térmica en verano se tienen que dar determinados requisitos. En principio que la temperatura ambiente supere los 26 grados, ya que si es inferior empata con la temperatura del aire, y la humedad relativa tiene que trepar por arriba del 40%.
Calor irreal
Dos jóvenes mujeres que habían abandonado la práctica de running, o de salir a correr, por el excesivo calor pese a estar vestidas con la indumentaria adecuada y contar con botellas de agua refrigeradas, y que descansaban bajo la sombra de un ombú, dijeron que algo había fallado en la marcación de la estación municipal, porque nunca pudo haber marcado 15 a 20 grados más que el resto de las estaciones de referencia profesional. Y se quejaban de que informaban muy mal a la gente porque la Municipalidad había comprado instrumentos de baja fiabilidad y gran error. Para abundar en más datos dijeron que el espacio municipal está ubicado en un pésimo lugar y en un entorno complicado para tomar datos del clima local. Del mismo modo, el responsable del Servicio de Hidrometeorología del Instituto Nacional del Agua (INA), Luis Dopazo, relativizó las marcas récord de temperatura y sensación térmica difundidas por el municipio santafesino al expresar que no reflejaban la realidad, porque las estaciones de medición municipales fueron instaladas con la finalidad de medir lluvias. Asimismo comentó que en la ciudad de Santa Fe hay una sola estación meteorológica homologada con todos los parámetros, instalada en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), que había registrado una temperatura de 38,5 grados y una sensación térmica de 50 grados.
Cuestión de cálculo
“La sensación térmica representa la temperatura que siente una persona frente a una determinada combinación de temperatura del aire y humedad relativa u otra variable de humedad”, explicó la especialista y añadió que para su cálculo se utiliza una fórmula empírica que se considera como un estereotipo. Todo indica que se trata de un método que “no es el mismo que usan las estaciones meteorológicas automáticas, las cuales brindan directamente el valor, como si midieran la sensación térmica, que en realidad es algo que se calcula”, comentó la meteoróloga del SMN. También aclaró que eso no significa que las estaciones automáticas no sirvan sino que sus datos no entraban dentro de la base de datos oficiales. “Las estaciones automáticas funcionan bien pero necesitan mucho mantenimiento, y no podemos asegurar que sea el correspondiente, por ejemplo con el tema de la calibración, que es muy difícil hacer que funcione con máxima precisión”, mencionó. En cambio, la forma de realizar las mediciones homologadas en todas las estaciones del mundo cuenta con un revisor humano que monitorea posibles errores y además permite obtener datos comparables que terminan dando datos con cierta razonabilidad, salvo sucesos extraordinarios. “El dato que tomo en la actualidad lo puedo comparar con un dato de hace 100 años atrás y allí verificar la situación de cada época”, señaló la especialista.
En la ciudad de Santa Fe se hace imposible dilucidar cuándo comienza exactamente el verano, más allá de fecha de calendario acordada y aceptada en este hemisferio. Lo que sí es cierto es que el calor va más allá de una sensación que ocurre en determinada estación sino que el pensamiento y el movimiento de la gente quedan prisioneros de una sofocación que secuestra, justamente, toda sensación de bienestar y hunde en la más grande desazón más allá de que se midan 45 o 65 grados.