El 13 de junio se cumplió un año del comienzo del Gran Hermano rosarino. No se trata de la franquicia televisiva globalizada que nació en Holanda en 1999 a partir de mansillar los preceptos orwellianos del clásico libro “1984”. Al igual que en otros grandes núcleos urbanos del país y el mundo, se implementó un sistema de vigilancia en tiempo real mediante las primeras 23 cámaras de video ubicadas en distintos lugares estratégicos de la ciudad. Rosario se sumó a la herramienta de observación con el único fin de poder brindar respuesta inmediata a accidentes de tránsito y presuntos delitos. Sea un banco de plaza pintarrajeado, o un arrebato de cartera, los ojos del municipio –tan envidiados como peticionados por los distintos canales de televisión de la ciudad– sirvieron para activar poco más de 2.100 veces los mecanismos de Seguridad Ciudadana y Atención Sanitaria, otrora supeditado al llamado del 911, 107 o más atrás aún, el viejo 101. Pero las oficinas del Centro de Monitoreo y Atención Ciudadana, ubicadas en Ricchieri y Zeballos, el primer piso de la Guardia Urbana Municipal (GUM), no sólo reciben a sus operarios. Por lo menos tres veces por semana un representante de la división Judiciales, de la Policía o un juez visitan las instalaciones. En un año, la Justicia local pidió más de 100 veces material audiovisual captado por los ojos municipales. Sin embargo, la ley provincial que reglamente su funcionamiento y demanda la creación de una comisión de garantías para verificar el funcionamiento, entre otras medidas, no ha sido promulgada: aún espera por ser reglamentada. Desde el municipio confirmaron que los registros han ayudado para identificar a ciudadanos que han robado o dañado el mobiliario urbano. Por lo pronto, y a diferencia de lo que ocurre en otras localidades argentinas, lo captado por las cámaras no está disponible para los medios televisivos locales. Y la intención es que permanezca de ese modo.
Números
Desde que vieron la luz, los aparatos detectaron 307 delitos, de los cuales la mayor parte –88 alertas– responden a robos. También se captaron 67 hurtos, 59 arrebatos, 30 riñas en la vía pública, 21 daños al mobiliario urbano, 11 actos de vandalismo y 3 casos caratulados como violencia de género. Capítulo aparte para los 28 presuntos delitos federales registrados. Entre ellos, supuestos secuestros exprés y consumo de sustancias prohibidas.
En diálogo con El Ciudadano, el director de la repartición, Patricio Campbell, también destacó una tentativa de robo de placas de bronce pertenecientes al mobiliario del Monumento a la Bandera, que al ser jurisdicción de la Nación constituiría delito federal. Cabe recordar que durante el mismo período las videocámaras colocadas en distintos puntos de la ciudad detectaron 1.763 contravenciones y 114 accidentes de tránsito.
Casi un 40 por ciento de los delitos detectados –114 oficios– se tradujeron en pedidos formales y por escrito de los juzgados de Instrucción, Correccional y Federal, este último, en menor medida. Por fuera de este número, Campbell aseguró que por lo menos tres veces por semana reciben la visita no programada aunque bienvenida de jueces, la División Judicial de la Policía santafesina y la Policía federal.
Perecedero
Cada 30 días, si es que ninguno de los mencionados actores lo solicita, las 24 horas de los 23 espacios de la ciudad desaparecen del registro municipal. Así está estipulado por el mismo software de vigilancia, y coincide con el artículo 13 de la ley provincial que reglamentaría el uso aunque nunca obtuvo la firma del Ejecutivo. De acuerdo con Campbell, el tiempo de la Justicia va detrás del tecnológico, ya que muchos pedidos han llegado después de que el temporizador del software desencadene el borrado de los videos. Sin embargo, resta conocer cuantos fallos desde junio del 2011 contienen los registros audiovisuales con copyright del Ejecutivo. Por lo pronto, Campbell confirmó que el material ayudó en las investigaciones de delitos de daño a mobiliario urbano, robo y hurto.
Cada día más
El director elaboró dos balances de la gestión de las cámaras por semestre. Entre las ventajas y mejoras que propuso Campbell se menciona la intervención de los dispositivos estatales sobre focos de infracciones –la venta ambulante en los senderos peatonales o las picadas en la zona de la Florida, donde funcionan tres cámaras–, y posibles hechos de violencia; por ejemplo, en la zona de Parque de España, donde están activados dos ojos más. “El gran valor es la posibilidad de contar con unidades de seguridad ciudadana con GPS incorporado, lo que permite detectar que móvil está más cerca de la alerta y ganar tiempo”, aportó el funcionario.
La última novedad del monitoreo diario, permanente y en expansión es la detección en el último año de 43 situaciones de peligro en trabajos en altura, esto es, obreros de la construcción sin medidas de seguridad colgando de las edificaciones de la ciudad. Situaciones, que según Campbell, no hubieran sido detectadas por el ojo humano y derivaron el despacho de inspectores de seguridad en obras con el mandato de clausura.
Además de las 77 cámaras que se agregarán antes del inicio del 2013, Campbell anunció que la semana que viene saldrá una licitación para brindar el stream –canal de video en vivo– a las oficinas del 911 de la Policía provincial. El funcionario aclaró que no podrán modificar el ángulo, amplitud o zoom de las cámaras, sólo contarán con la imagen. La medida fue anunciada en primera instancia por el ministro de Seguridad santafesino, Raúl Lamberto.
En cuanto a la infraestructura del espacio de monitoreo, desde el municipio informaron que ya está en funcionamiento una nueva isla con cinco puestos, más uno para el supervisor y un plasma nuevos. Se sumaría, siempre según las mismas fuentes, un operario proveniente del sistema de emergencias 911.