Un trabajador de la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) de Salta inició el trámite para cambiarse de género, y llovieron las sospechas sobre un presunto ardid para adelantar el momento de su jubilación, de los 65 años estipulados –por ahora– para los hombres a los 60 de las mujeres. El hombre, un salteño, se amparó en la ley de Identidad de Género, sancionada en 2012, que entre otras cuestiones habilita la modificación en el DNI.
Sergio L., contador público de 59 años, pidió llamarse Sergia y ser anotado como mujer en el DNI. Pero lejos de verlo como una adecuación de su propia percepción de género, sus compañeros de trabajo en la dependencia estatal sospecharon una «avivada»: ante la consulta de varios medios que se volcaron a indagar la intimidad del hombre, señalaron que estaba más tiempo con licencia que cumpliendo con sus tareas, y que «no le gustaba ir a trabajar”, de acuerdo a testimonios editados por el diario salteño El Tribuno. Con su nueva identidad, que aún no consiguió, podrá acogerse a la jubilación en un año.
El hombre inició el trámite de cambio de género en la provincia de Tucumán, porque allí quedó registrado su nacimiento, y luego presentó una nota para que su título universitario refleje también su nuevo nombre: Sergia L.
Hasta el momento, Sergio no consiguió jubilarse. El director del Registro Civil de Salta, Matías Assennato, señaló a La Mañana de Neuquén que es muy “difícil de probar” si existió un abuso de derecho por el vacío legal y que al hombre no se le puede impedir el realizar el cambio de género ya que deben cumplir con ley de Identidad de Género.