En la provincia de Buenos Aires, la madre de todas las batallas por el número de electores y su poder simbólico, Cambiemos demostraba que su avance contra datos económicos y cimbronazos como el de la desaparición de Santiago Maldonado: en la categoría de Senadores, revertía el resultado de las Paso con la lista encabezada por el poco carismático Esteban Bullrich, que aventajaba por 8 puntos a la nómina de la ex presidenta Cristina Fernández. Hasta en Capital el oficialismo no acusó recibo de los exabruptos de su postulante, Elisa Carrió, quien arañaba el 51 por ciento de los sufragios. Se trata de la mitad del escrutinio, pero todos los actores daban las tendencias por definitivas.
De acuerdo a los primeros cómputos oficiales, los candidatos a senadores Bullrich y Gladys González sumaban el 42,48 por ciento de los votos contra la lista de Cristina y Jorge Taiana que sumaban el 36,08. Esto, con el 59 por ciento de la mesas escrutadas. La marca Cambiemos pudo compensar, y con creces, el deficiente desempeño proselitista del ex ministro de Educación. Incluso, lo mandaron callar en el último tramo de la campaña, que cargó sobre sus hombros la gobernadora María Eugenia Vidal.
En la ciudad de Buenos Aires la lista oficialista Vamos Juntos, encabezada por Elisa Carrió, obtenía un contundente triunfo con el 50,96 de los votos cuando se había escrutado el 98 por ciento de las mesas contadas. En el mismo distrito, Unidad Ciudadana, con Daniel Filmus, se aseguraba el segundo lugar con el 21,73 por ciento y en el tercero se ubicaba Evolución, de Martín Lousteau, con un 12,33.
El cuarto lugar lo ocupaba el Frente de Izquierda y de los Trabajadores de Marcelo Ramal, con 5,80.
Cambiemos también se imponía con holgura en la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza, que junto con el territorio bonaerense son los principales distritos electorales del país.