Elisa Bearzotti / Especial para El Ciudadano
Uno de los aspectos más paradójicos de estos tiempos es el modo pendular que asumen las personas cuando deben decidir entre la delegación de autoridad y la irrestricta defensa de sus libertades. En un sistema que obliga a facultar responsabilidades en nuestros gobernantes, pero al mismo tiempo exalta la capacidad individual de actuar y decidir, la carta ganadora es siempre el joker, que nos mira desde su ironía disfrazada de locura. La ecuación de la sociedad civil pareciera ser: “Votamos a nuestros representantes para que hagan lo que nos gusta, y si no nos gusta, que se vayan”, sin importar las formas legales, los tiempos democráticos o los modos consolidados por la evolución de la teoría política. Y aunque no sepan nada, eso lo saben bien todos los políticos, siempre pendientes de las mediciones de imagen, de la cantidad de apoyos o rechazos que puedan generar sus decisiones, y de lo difícil que resulta contentar a ese conglomerado informe y desigual llamado “opinión pública”. La pandemia, claro está, vino a echar alcohol sobre las llamas al restringir dos de los aspectos más caros para el ciudadano moderno: la libertad de circular y de encontrarse. Por eso, algunos gobernantes han decidido promover un cambio de hábitos.
En estos días se confirmó la noticia de que Inglaterra dará el paso final hacia la supresión de restricciones, lo que supondrá a partir del 19 de julio la cancelación del uso de mascarillas o el distanciamiento obligatorio. Para el gobierno sajón esto es posible debido al éxito de la campaña de vacunación, si bien asume que, como consecuencia de la medida, se podría llegar a los 100.000 contagios diarios. En este sentido, el recientemente designado ministro de Salud británico, Sajid Javid, (que vino a ocupar el puesto que dejó vacante su antecesor, Matt Hancock, eyectado de su cargo luego del escándalo provocado por la suma de tres variables desafortunadas, como lo fueron las cámaras de vigilancia, la infidelidad y el coronavirus) ha adelantado en declaraciones a la BBC que, a partir de las nuevas habilitaciones, se espera que los casos aumenten incluso el doble, lo que supone “unos 50.000 nuevos contagios” al día. “Cuando nos relajemos y entremos en el verano, creemos que los casos aumentarán de forma significativa y podrían llegar hasta los 100.000”, ha advertido.
La decisión de las autoridades británicas está sustentada en la baja del número de decesos provocados por el virus, lo cual ha permitido estabilizar el sistema de Salud. A partir de ahora todo quedará en manos de la responsabilidad individual. “Entiendo que algunas personas se muestren cautelosas sobre la cuestión de relajar las restricciones, pero debemos equilibrar los riesgos de un virus que ha disminuido pero que no hemos vencido, contra los riesgos de mantener estas restricciones y las dificultades de salud, sociales y económicas que sabemos trae aparejadas”, ha dicho Javid. “Esta pandemia está lejos de haber sido superada y continuaremos procediendo con cautela”, ha garantizado el ministro, quien, no obstante, reiteró que los planes para el país están funcionando y “se podrá comenzar un nuevo capítulo basado en la responsabilidad personal y el sentido común, en vez del contundente instrumento de las reglas y las leyes”.
A partir de julio también comenzó a regir en la Unión Europea una nueva medida: la utilización de la “Green Card”, un certificado que permite moverse libremente por el viejo continente garantizando que el portador se encuentra libre de covid-19. La idea de poner en marcha este instrumento fue planteada por Grecia a comienzos de año, con la intención de reactivar el mercado turístico después del desplome del sector con el estallido de la pandemia. Esta herramienta se sintetiza en un código QR con firma digital que informa si su titular ha recibido la pauta completa de alguna vacuna contra covid-19 autorizada por la agencia europea EMA o por la Organización Mundial de la Salud; si está inmunizado por haberse contagiado en el pasado, y/o tiene un test negativo reciente como el PCR o de antígenos de las 48/72 horas previas.
Mientras, en nuestro país, a pesar de las recientes declaraciones de la ministra de Salud, Carla Vizzotti, quien aseguró que “el 58% de las personas mayores de 20 años han iniciado su esquema de vacunación”, destacando además que ya está inmunizado el “85% de los mayores de 50 años y el 89% de los mayores de 60”, las medidas restrictivas siguen más vigentes que nunca, debido al temor por la circulación de la variante Delta, provocando un caos de viajeros varados en el exterior. ¿Resultará efectivo ese modo de decirle al virus “no pasarás”? ¿O es que las autoridades argentinas desconfían de pruebas que el resto del mundo avala y que permiten volver a circular, una vez comenzada la inoculación masiva?
Así y todo, quienes no han dejado de reunirse son los políticos, que finalmente terminaron de acomodar sus alianzas de cara a los próximos comicios de septiembre. Entre idas y vueltas, avances y retrocesos, en Santa Fe quedaron conformados nueve frentes provinciales que participarán de las Paso con miras a las legislativas de noviembre. ¿Sabrán los políticos de la provincia que en Rosario el costo de vida mensual para una familia de los barrios populares es de $89.254, y esto se debe a la imparable suba de artículos de primera necesidad, como aceite, carne, pollo y yerba? ¿Y que los rosarinos debieron cambiar sus hábitos de consumo a partir de la pandemia, pasando a comprar en negocios de cercanía para cuidar el bolsillo y cumplir con las restricciones sanitarias? Lo que en criollo significa “matar dos pájaros de un tiro”. Tengo la ingenua esperanza de que cada uno de los candidatos conozca la realidad del ciudadano común y no malgaste sus fuerzas sólo en alianzas y juegos de poder; como así también de que cada uno de los votantes medite a fondo su apuesta en el momento de llegar a las urnas.
El hábito, esa habilidad adquirida que nos permite automatizar tareas ahorrando tiempo y energía, puede transformarse en un arma de doble filo cuando nos sumerge en un universo de acciones impensadas. En momentos de “deconstrucciones” varias, viene bien “pensar dos veces” antes de tomar decisiones, el único modo de ser plenamente conscientes sobre las responsabilidades que asumimos. Eso vale para los funcionarios públicos y también para cada uno de nosotros. Tal vez sea un buen momento para un cambio de hábitos, para comenzar a actuar con madurez y hacernos cargo de las consecuencias de nuestras acciones… Quizás una de las mejores enseñanzas de esta dolorosa pandemia.