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Cambios en la oferta e inseguridad: los hostels acusan recibo de la transformación en la noche rosarina

Más allá de la creciente inseguridad o las complejidades económicas, la hostelería está sufriendo el impacto de la transformación en la actividad nocturna y los cambios de hábito en los consumos culturales locales

“Se rompió una economía”, deslizó Omar Ortiguela, referente de la Cámara de hostels en Rosario, al analizar la crisis que atraviesa un sector que necesita de la nocturnidad para sobrevivir. La incipiente merma en la oferta de boliches, las modificaciones horarias en la gastronomía rosarina y el factor inseguridad fueron relegando la actividad de los hostels: en menos de una década, la cantidad de plazas se redujo más de un 200%.

El sector verificó un comportamiento muy diferente al de la hotelería tradicional de la ciudad, que arrancó el año un 20% arriba respecto al año pasado. Esta diferencia ratifica que, pese a factores a considerar como la creciente inseguridad o las complejidades económicas, la hostelería está sufriendo el impacto de la transformación en la actividad nocturna y los cambios de hábito en el consumo local.

Durante la semana los referentes del sector hostelero fueron recibidos en el Concejo Municipal y tuvieron la posibilidad de poner sobre la mesa todas las dificultades que están atravesando. Un sector de concejales de la oposición aprovechó para recordar que la normativa sobre la nocturnidad es un tema pendiente en el Palacio Vasallo, y que puede significar una herramienta para mejorar la situación de los hostels. Desde el oficialismo consideran que, si bien puede aportar, es necesario un abordaje más amplio, que incluya políticas de seguridad e hicieron un llamado a bajar los niveles de estigmatización sobre la ciudad.

Muchas de las miradas están puestas en el funcionamiento de la actividad nocturna en Rosario. Es que el público mayoritario que pernocta en un hostel pertenece a la franja más joven. Por eso la oferta de boliches, bares y algunos restaurantes determina el pulso para ese tipo de alojamiento que supo predominar en la oferta rosarina para extranjeros hasta no hace mucho tiempo.

Para muchos sectores de la economía la pandemia marcó un antes y un después. Particularmente para la gastronomía local fue un factor determinante, durante el momento más complejo de contagios pero también hasta la actualidad. Mientras que algunos locales no sobrevivieron, las restricciones horarias de aquel momento moldearon el esquema de cierres que predomina hasta hoy. Durante la semana es difícil encontrar opciones más allá de la medianoche, sobre todo en el centro, y los fines de semana la extensión no va mucho más allá de ese horario.

¿Cómo llegaron a esta situación?

En ese contexto, los hosteleros ven serias dificultades para sostener su actividad. En diálogo con El Ciudadano, Omar Ortiguela, referente del sector y dueño de un hostel céntrico repasó el camino que los llevó hasta la actualidad y mencionó los factores que determinaron el presente para la actividad.

“Esto viene de antes de la pandemia, no solo con la inseguridad, sino también con la falta de un plan turístico y oferta nocturna para los jóvenes. Seguimos teniendo una guía nocturna pero que no le llega ni a los tobillos a la de Buenos Aires o Córdoba, ya salimos de ese ranking. Rosario era número uno en ese sentido. Ahora hay que empezar de vuelta, pero lo cierto es que se rompió una economía”, sostuvo.

Atendiendo a la realidad social que atraviesa Rosario, agregó: “La última escalada de inseguridad y la llegada masiva de medios de afuera también impactó mucho. Rosario sigue teniendo opciones para que la gente venga, pero también hay una sensación de que somos lo peor, eso hay que revertirlo con políticas y consensos. No hay que minimizar la industria del turismo porque tracciona la economía”.

Los hosteleros tocaron fondo luego del fin de semana largo de Pascuas, en el que volvieron a registrar caídas en el nivel de reservas. El propio Ortiguela reconoció que fue “el peor” fin de semana de Pascuas desde que tiene su local. También calculó que hace una década, en su mejor momento, eran más de 40 hostels, mientras que hoy son 18. Pasaron de 2.000 plazas en aquel entonces a las 650 actuales, una caída superior al 200%.

El sector apunta casi en simultáneo al deterioro de la guía nocturna como a la inseguridad y su proyección a nivel internacional. En ese sentido, el entrevistado contó: “Nosotros teníamos la temporada israelí todos los años con turismo personalizado. De pronto eso desapareció. Sacaron a Rosario de su ruta. Hay un montón de cosas para ofrecer, pero la inseguridad y la falta de oferta en la nocturnidad nos pasó por arriba. Pareciera que Rosario quedó fuera del mapa, y eso hay que hablarlo. No puede ser que las temporadas sean cada vez más cortas y venga cada vez menos gente”.

Más allá de la decepción por el presente, los referentes de esta industria local intentaron transformar la decepción en una agenda de trabajo para sacar la situación adelante. Durante la semana estuvieron en el Concejo Municipal, donde se reunieron con los integrantes de la comisión de Gobierno para abordar el tema y tratar de encontrarle una salida a la situación o al menos sortear los obstáculos.

¿Alcanza con una ordenanza?

La titular de la comisión de Gobierno, Caren Tepp, recordó que desde Ciudad Futura vienen planteando un debate profundo sobre la nocturnidad, incluso antes de ingresar al Concejo. “Tenemos el mismo diagnóstico”, reconoció, en relación con los planteos de los referentes del sector.

Precisó que “todos los bloques han presentado proyectos” para modificar la normativa sobre nocturnidad. Por otra parte consideró a la hostelería como “una industria” y resaltó asimismo la necesidad de construir “consensos” para lograr una nueva normativa.

Los referentes del oficialismo municipal en el Concejo suscriben al diagnóstico y comparten que la nocturnidad tiene que ser debatida, aunque sostienen que cualquier modificación en ese sentido no será suficiente al considerar que el factor gravitante en este caso tiene que ver con la inseguridad y hasta con la estigmatización de la ciudad.

Nadia Amalevi, de Arriba Rosario, manifestó: “Hay que hacer urgente una revisión de la ordenanza de nocturnidad, pero el cambio de una norma no va a modificar absolutamente la realidad. Hay que revisar el tema inseguridad y generar un plan integral para combatirlo, no hay noche sin seguridad”.

También analizó la realidad rosarina proyectada a nivel nacional y evaluó: “Además de la realidad difícil que atraviesa Rosario en materia de inseguridad, se da el fenómeno de periodistas golondrina que vienen a montar un show ridículo con legisladores que se supone que representan a la provincia pero vienen a magnificar esa realidad. Eso también va en desmedro del turismo y la actividad económica”.

A futuro, Amalevi planteó: “Vamos a ver cómo evoluciona la situación del sector. Debe haber un plan de seguridad integral desde la provincia, acompañado por la Justicia y que aborde el tema integralmente, no es un tema menor a la hora de salir de noche”.

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