La campaña de prevención del síndrome urémico hemolítico (SUH) viene con un saldo sumamente positivo dado que no se han registrado casos fatales, pero la enfermedad llegó a una endemia, “por el alto consumo de carne que se realiza en el país”. Desde el Servicio de Educación del Instituto del Alimento aseguran que la ciudad no ha tenido casos graves “gracias al cuidado que se tiene al preparar las comidas, pero es necesario seguir con esta medida y, sobre todo, no alimentar a los niños menores de 3 años con comida rápida”, señaló el licenciado Jorge Baigorri, coordinador del servicio municipal.
La enfermedad puede ser provocada por la bacteria Escherichia Coli Enterohemorrágica que afecta en mayor frecuencia a niños pequeños, comprendidos entre los 6 meses y los tres años; se caracteriza por comenzar con diarrea mucosa, que luego es seguida de diarrea con sangre, palidez significativa por la anemia producida por ruptura de glóbulos rojos, y afectación renal, por la cual el niño puede llegar a padecer insuficiencia renal aguda, siendo éste un período crítico para su vida.
En sintonía con este dato, Baigorri aseguró que, inclusive en pacientes adultos, “la mayoría de los casos de trasplante hepático se debe a esta situación”.
Sobre los alimentos peligrosos se alistan la carne picada poco cocida, agua no potable –incluso bajo forma de hielo–, leche cruda y derivados lácteos sin pasteurizar; jugos envasados sin pasteurizar, incluso aquellos ligeramente ácidos ya que la bacteria tiene la capacidad de ser ácido tolerante. Cabe señalar que también son riesgosas aquellas frutas y verduras que puedan haber sido regadas con agua no potable y no hayan sido suficientemente lavadas y desinfectadas con gotas de lavandina diluida en el agua del lavado. Además, un dato importantísimo es que la bacteria sobrevive seis meses aun en el freezer, por eso lo extremo del cuidado.
Jorge Baigorri expresó: “El principal problema de esta bacteria es que se instala en la carne picada; cuando hablamos de un trozo entero de carne es probable que el mal no permanezca mucho tiempo en su superficie, por eso quedan en la mira las hamburguesas y recomendamos no alimentar a los chicos con estas preparaciones”.
Al mismo tiempo, el responsable del área del Instituto del Alimento explicó que una manera de conservar un poco más la carne picada es condimentándola con diferentes especias y sal: “Estos son conservantes naturales que estiran un poco más el estado de la carne, pero lo mejor es cocinarla correctamente; estamos hablando de una bacteria muy peligrosa, sobre todo para los niños”. Esta observación tiene como argumento que los niños, antes de los 3 años, “tienen aún en desarrollo su sistema digestivo, por ende una bacteria de este tipo provocaría lesiones graves. En el caso de los adultos, donde uno ya come otro tipo de comidas, los casos son menos severos, pero igual es necesario el cuidado”.
La responsabilidad compartida
Baigorri detalló que depende la época del año los controles en materia de alimentos se intensifican de acuerdo con el rubro. En el caso del invierno las inspecciones aumentan en los sectores de fábrica de pastas. Mientras que más cerca de la primavera y el verano aumenta la visita a los espacios relacionados con la fabricación y/o venta de hamburguesas, sándwiches y demás comidas rápidas. “Más allá de los controles de rutina, que no se dejan de realizar más allá de la época del año, aumentamos los análisis para fomentar la prevención de este tipo de enfermedades”, dijo.
Pero también pidió tener un grado de conciencia mayor acerca del modo de alimentarse de los rosarinos: “Nosotros hacemos los controles y sancionamos a quienes no cumplan con las reglas de sanidad que se solicitan y necesitan para manipular alimentos, pero pedimos que la gente sea responsable de su elección a la hora de comprar un producto. No podemos perseguir a cada persona para que elija dónde comprar su comida, o si debe dejar o no de alimentarse en los carritos que andan por ahí, sin conocer la procedencia del alimento que se consume; pedimos que la responsabilidad sea compartida”.
“En el país la enfermedad es endémica por el alto consumo de carnes rojas y en su elaboración con carne picada, como empanadas, hamburguesas y albóndigas. Esto remite a una cambio de hábito en la alimentación de los argentinos, sobre todo en los niños, porque décadas atrás era impensado que un chiquito se alimente con hamburguesas. Por eso pedimos que esta globalización del mal comer tenga un coto”.
Lápiz y papel
Ante esta situación, insisten desde la cartera sanitaria local en transmitir a la población que es importante reforzar la higiene personal y la correcta elaboración de los alimentos como forma de evitar las infecciones producidas por la bacteria escherichia coli, causante –entre otras enfermedades– del SUH.
Las recomendaciones más importantes a tener en cuenta tienen que ver con el lavado de manos con agua y jabón, antes de comer y manipular alimentos, después de ir al baño, y cambiar pañales.
Es necesario utilizar agua potable para beber, cocinar y durante el lavado de frutas y verduras y tener utensilios limpios al momento de manipular los alimentos para su preparación, como así también evitar el contacto entre alimentos crudos y cocidos.
Al descongelar un alimento, se recomienda ponerlo directamente a cocinar, o bien descongelarlo en una bandeja dentro de la heladera o microondas para no cortar así la cadena de frío. Si no se cuenta con agua potable, deberá hervirse para su uso y consumo.
Las carnes deberán ser cocidas en su totalidad, sin dejar segmentos rosados, ya que la bacteria no se destruye si no llega la temperatura indicada a su interior.
En el caso de verduras para ensaladas, es necesario lavar hoja por hoja minuciosamente, al igual que la verdura envasada en bandejas.
En caso de padecer de síntomas de diarrea, vómitos o dolor abdominal, será necesario evitar el contacto con alimentos, y desechar los pañales en bolsas individuales y en doble bolsa en caso de diarrea.
Ante los síntomas de diarrea, vómitos y palidez, consultar en forma inmediata al médico y no automedicarse. Sobre esta acción típica, Baigorri alarmó sobre las consecuencias fatales que puede traer la automedicación: “En los últimos casos de SUH en Europa, muchas personas murieron a causa de la automedicación, dado que el organismo muerto libera una toxina que resulta ser incontrolable, por eso es necesaria la atención médica para poder capturar la bacteria y tratarla, no matarla para evitar daños mayores, inclusive mortales”.