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Campesinas e indígenas del norte, las protagonistas de un proyecto de empoderamiento económico

Campesinas e indígenas del Norte Argentino presentaron durante un encuentro en Formosa sus proyectos sociales que son potenciados con capacitación y financiamiento que les permite sostenerlos en el tiempo
Silvina Molina
Campesinas e indígenas del Norte Argentino presentaron durante un encuentro en Formosa sus proyectos sociales que son potenciados con capacitación y financiamiento que les permite sostenerlos en el tiempo, en una alianza que reúne a ONU Mujeres, Google y las organizaciones sociales Gran Chaco y Pro Mujer.

La iniciativa que ya se está ejecutando en Chaco, Formosa y Salta contempla capacitaciones en habilidades digitales y financieras a campesinas e indígenas para el desarrollo de sus emprendimientos colectivos, la incubación y aceleración de negocios, y el acceso a microcréditos para impulsar sus proyectos.

Lideresas de estos proyectos se reunieron en la ciudad de Formosa para compartir sus trabajos en territorio y mostrar sus producciones.

Norma Rodríguez es wichi, habla pausado y en voz baja para relatar la potencia de la tarea que realiza como presidenta de la Cooperativa de Mujeres Artesanas del Gran Chaco (Comar), integrada por mujeres wichi, qomle’ec y pilagá.

Hacen carteras, mochilas, alfombras, almohadones, chales y bijouterie en chaguar (planta característica de la región del Gran Chaco) que combinan con cuero, telas y otros elementos y que se comercializan en Argentina y el exterior a través de la marca Matriarca Alternativo.

Comar está integrada por 36 socias que son las delegadas elegidas por una red de 26 asociaciones que en conjunto engloban a 2.400 mujeres de Formosa, Chaco y Salta.

«Aprendimos mucho en estos años, vendemos por redes, nos va bien, y ahora necesitamos seguir capacitándonos y tener más movilidad para los traslados en la zona», dice Norma.

La mujer es presidenta de la asociación Hinaj de Lote 8, en el departamento Ramón Lista, donde Formosa limita con Salta, y allí también elaboran productos con harina de algarroba.

«Con las chicas y chicos estamos haciendo proyectos con algarroba», cuenta y da dimensión también del objetivo que tienen de involucrar y transferir cultura y conocimiento a las nuevas generaciones de las comunidades.

Otra de las voceras del proyecto es Analía Rodríguez, de Chaco, lideresa indígena del pueblo qom de Fortín Lavalle, donde conformó la Asociación Civil Qomlashepi Onataxanaxaipi (Mujeres Indígenas Trabajadoras) que nuclea a casi 50 artesanas.

«Estamos capacitándonos en atención al público. Éramos muy cerradas nosotras. Había mujeres que se avergonzaban de su trabajo. Ahora, lo valoran, saben que hay que ponerle un precio, que su tiempo y trabajo, valen», comparte.

Hay un nexo con la juventud de sus comunidades porque «hijos y nietos de artesanas nos están ayudando con redes sociales para vender», una de las patas de este proyecto: la inclusión digital.

Analía además es productora caprina, trajo al encuentro queso, dulces y alfajores hechos con leche de cabra y harina de algarroba, y hace trabajos con hojas de palma. «Nosotras usamos dos o tres hojas de cada planta, para no matarla». resalta.

Como el de Lucía Ruiz de Salta, referente campesina, presidenta de la Asociación Civil Unión y Progreso y cofundadora de la Coordinadora Zonal de Tierra de la Ruta Nacional 81.

«Trabajamos en armonía con el medio ambiente, es esencial para nuestra producción, para la vida. Hacemos pozos para conseguir agua, y cada vez tenemos que cavar mas profundo porque hay empresas petroleras, mineras que nos quitan el agua subterránea. Y cuidamos los árboles nativos que nos dan humedad, a ver si al menos recuperamos algo», dice y así dibuja su territorio en el departamento salteño de Rivadavia.

En 2019, Lucía Ruiz fue la voz de las campesinas en el Congreso Internacional por el Cambio Climático de España y en 2020 recibió el premio Berta Cáceres, entregado por el Senado de la Nación por su lucha en defensa del medio ambiente, los derechos de la tierra y el territorio de las familias campesinas y originarias del Chaco Salteño.

Es productora caprina, trabaja en comunidad y resalta que «las pequeñas productoras siempre estuvieron relegadas».

«Ellas criaban el ganado y los hombres lo llevaban al pueblo y lo vendían, por eso estamos trabajando para que se valorice el trabajo de las productoras», resaltó y con esto se refirió a otro de los ejes del proyecto, que es el empoderamiento económico y la educación financiera.

Desde Salta también llega Francisca Tolaba que tiene un comercio que se fue adecuando a los cambios sociales y económicos gracias a créditos de Pro Mujer, una empresa social que es parte de este proyecto.

También salteña, Fabiana Funes resumió su proceso de 20 años con el emprendimiento textil Lagrimas Sonrientes, que fue creciendo con créditos de Pro Mujer.

«Ir a pagar las cuotas cada mes significó conocer a otras mujeres», valora esta diseñadora, que elige vestir ropa diseñada por ella misma, para el evento.

Un proyecto codiseñado con las comunidades

El proyecto que se presentó ayer en Formosa es financiado por Google, a través de su brazo filantrópico Google.org, por un total de un millón de dólares, en dos fondos de 500 mil dólares cada uno otorgados a ONU Mujeres y Pro Mujer.

«Nos enorgullece acompañar a organizaciones sociales que trabajan para reducir la brecha de género y ofrecer más herramientas y oportunidades económicas a las mujeres de distintas provincias del norte argentino», explicó la decisión de Google, Tamar Colodenco, gerenta de Políticas Públicas y Asuntos Gubernamentales de la compañía para el Cono Sur.

ONU Mujeres destinó los fondos a la creación de «Womek (venta en wichi) emprendedoras del Gran Chaco», un proyecto con implementación territorial de la Fundación Gran Chaco para incrementar la autonomía económica de las mujeres de esta región.

Para ello se impulsarán las actividades productivas y los emprendimientos locales colectivos a partir del desarrollo de habilidades digitales y empresariales que permitan a las mujeres acceder al financiamiento y fortalecer sus negocios.

«Esta iniciativa permitirá incrementar la autonomía económica de las mujeres del Gran Chaco, permitiéndoles digitalizar sus negocios, generar mayores ingresos y oportunidades de empleo», señaló durante la reunión Verónica Baracat, oficial a cargo de ONU Mujeres en Argentina.

Fabiana Menna, presidenta de la Fundación Gran Chaco, consideró «las transformaciones se dan cuando hay procesos colectivos de autonomía económica, acceso a derechos y participación en la toma de decisiones. Las capacitaciones de este proyecto se están codiseñando con las comunidades, adaptándolos a su realidad».

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