El Senado canadiense aprobó esta semana la legalización del cannabis –con 52 votos a favor, 29 en contra y dos abstenciones–, una victoria largamente esperada por el primer ministro Justin Trudeau. La nueva norma entrará en vigencia el 17 de octubre, cuando esté permitida la producción y el consumo en el país norteamericano.
De esta forma, Canadá se convierte formalmente en el primer país del G20 –el ente que agrupa a las 20 mayores potencias del planeta– en autorizar el libre consumo y producción de marihuana.
Canadá pone así fin a la prohibición que pesaba sobre el cannabis desde 1923. El uso medicinal estaba permitido desde 2001. La legalización total de la marihuana formaba parte del programa electoral con el que el hoy primer ministro, el liberal Justin Trudeau, ganó las elecciones de 2015.
La regulación sobre la producción de cannabis se aplica a escala federal, pero en el caso de la venta, las autoridades estatales y locales tienen un mayor poder de acción tanto sobre los establecimientos de titularidad pública como sobre aquellos de propiedad privada.
La ley estipula, entre otros puntos, que el cannabis sea producido por compañías autorizadas –muchas de ellas se dedican ya a la marihuana de uso medicinal– y que la venta tenga lugar en tiendas propiedad de las distintas provincias –en un caso similar a los establecimientos que expenden alcohol–.
Además, la norma también señala que la posesión no puede ser superior a los 30 gramos y establece la edad mínima de compra y consumo en los 18 años, aunque algunas provincias ya han indicado que en sus territorios será a partir de los 19 años de edad, como sucede con las bebidas etílicas.