Gonzalo García – Universidad Nacional de Rosario (UNR)
Por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 19 de octubre se celebra el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama con el objetivo de crear conciencia y promover que cada vez más mujeres accedan a controles, diagnósticos y tratamientos oportunos y efectivos. Después del cáncer de piel, el de mama es el tipo más común diagnosticado en mujeres. Las estadísticas nacionales muestran que una de cada ocho mujeres durante el curso de su vida puede contraerlo.
“En Santa Fe se ha trabajado fuertemente para disminuir los índices. Si bien la mortalidad es alta todavía, se ha descendido en este parámetro en comparación a la media nacional. Probablemente porque se detectan con más anticipación los casos y han mejorado notablemente los tratamientos”, comentó Gabriela Quintanilla, directora de la carrera de posgrado de Oncología Clínica de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR. Quintanilla además trabaja dentro de la Agencia de Control de Cáncer del Ministerio Salud de la Provincia de Santa Fe.
Claudia Intile, que también integra la Agencia de Control de Cáncer y es profesora universitaria, puso el énfasis en derribar un mito de que la detección precoz pasa por el auto examen. “Es una falacia porque por el auto examen puede detectar un bulto avanzado. La detección temprana es impalpable. Esto es fundamental y si se puede palpar hay que ir urgente al especialista”, señaló Intile.
A tiempo
La detección temprana por definición es la identificación de la enfermedad, o sea corresponde a una fase pre clínica. Permite reducir la mortalidad de la enfermedad y mejorar la chance de curarse. “La mama es accesible a diferencia de otros órganos que están en medio del cuerpo. La mamografía permite detectar bultos de micrómetros. No hacer una detección precoz es no valorar la vida y el autocuidado”, expresó Quintanilla.
Ambas profesionales advirtieron que después de los cuarenta años las mujeres deben ir al ginecólogo para consultar por este tipo de problemas, ya sea por antecedentes familiares o cuestiones particulares. Desde los cincuenta es necesario que el control se haga más frecuentemente.
“No hay factor específico que sea causante del cáncer de mama. Entre un diez y quince por ciento los casos son hereditarios. Se pueden identificar a tiempo y salvar vidas. Detectar familias con tendencias hereditarias fuertes es una labor muy importante”, aclaró Quintanilla.
Ellos
Los hombres también pueden padecer cáncer de mama. Aproximadamente son un diez por ciento de los casos y, al igual que en mujeres, es fácil de detectar. “Los casos son pocos, pero igual de mortales. Probablemente la incidencia de la enfermedad aumente un poco en los hombres teniendo en cuenta la población trans”, adelantó Intile.
Las profesionales insistieron en la detección temprana y hablaron de que es una tarea que no puede hacerse sólo un día al año. “Los gestores de cada uno de los lugares deben trabajar para visibilizar la necesidad del tratamiento. Hay que eliminar la barrera de acceso a los estudios. Es elemental descentralizar la atención y que las pacientes puedan hacer los exámenes más cerca de sus casas para no aglutinar personas en turnos interminables. Sólo así podemos asegurar aumentar los controles”, agregó Intile.
Vivirlo
La médica Dolores Marc dirige el centro de salud 7 de Abril de la UNR. También es docente de la Facultad de Ciencias Médicas. A Marc le tocó vivir la enfermedad en primera persona. “Por descendencia genética tenía posibilidades de tenerlo. Me lo detectaron por hacer controles preventivos anuales”, contó. Ella no había tenido ningún síntoma que le hiciera sospechar. “Hice una biopsia y fue positiva. Lo agarré muy a tiempo y eso te da chance de encararlo de otra forma, incluso hasta el tratamiento es menos agresivo. Es muy importante en esta situación la fortaleza que uno tenga y pueda tomar del resto. El entorno cumple una función primordial en lo que es el desarrollo del tratamiento y la recuperación”, comentó la médica.
El apoyo de la familia, amigos y compañeros de trabajo fue fundamental para transitar el proceso de Marc. “Me acompañaron a la primera quimio y luego me esperaron a que saliera. Esto te carga de una energía muy positiva. Vivirlo me dio una segunda oportunidad de reparar en esas cosas de la vida cotidiana que a veces nos quejamos y debemos agradecer”, señaló la médica.
La directora del 7 de abril pasó de ser médica a paciente y eso cambió su forma de trabajar. “Viví en carne propia lo que se sentía estar en ese lugar. Lo tomé como un reto que me planteaba la vida. Me habían dicho que no podía trabajar, lo que trae un gran problema porque pasas de ser una persona activa a no hacer nada. Eso te carcome la cabeza. Comprendí situaciones que viven los pacientes y hoy abordo las situaciones con una perspectiva más consolidada”, confesó.
Marc buscó actividades que le provean energía positiva y que no le impidan disfrutar de su familia y amigos. “Empecé un 14 de diciembre el tratamiento y viví todo el verano a pleno. Me sentí con mucha energía y no me privé de hacer nada. Fui a todas las marchas docentes e hice cosas que a me interesaban y que por cuestiones laborales no podía”, narró.
Energía
La palabra “cáncer” viene cargada de una connotación negativa que con su sola presencia limita la posibilidad de pensar un futuro. Es sinónimo de deterioro y muerte. “Hay que naturalizar el término. Hay que hablar de cáncer sin eufemismos y dejar de tenerle miedo. Tiene una estigmatización cultural, como anteriormente ocurrió con otras enfermedades. Mucho más difícil de tratar son las enfermedades como la depresión y las crisis de angustia”, opinó Quintanilla.
“Por el tratamiento uno se va quedando pelado y yo tenía el pelo hasta la cintura. Fue el mayor impacto que tuve. Era verano y estuve pelada sin ocultarlo: nada de pañuelo ni pelucas. Me planteé el por qué uno se pone esas cosas en estas situaciones y la respuesta que me di es que pasa por el miedo de enfrentar a la sociedad. Pero no perdí de vista que sin pelo o con pelo, era la misma persona”, recordó Marc.
A comunicar
La UNR llevará adelante una campaña con el objetivo de prevenir el cáncer de mama este miércoles 30 de octubre en la plaza Montenegro de 9.30 a 16. Será abierta a la comunidad y contará con múltiples actividades entre las que se incluyen diversas charlas en la que participarán profesionales de las distintas unidades académicas y representantes del Colegio de Psicólogos y Médicos de Rosario. También estarán presentes tatuadoras que se especializan en pezones y el grupo Tijeras Solidarias Rosario, una iniciativa espontánea de un grupo de profesionales de cuidado del cabello que busca ayudar a diferentes iniciativas sociales.