Desde 2002 el Registro de Cáncer local superó los 10 mil diagnósticos en efectores públicos. Los tipos más habituales en adultos son los mismos que en el resto del país: colon y próstata en hombres, de cuello uterino y mama en mujeres; y en ambos sexos, de pulmón. Los especialitas de la salud pública señalaron que se trata de tumores detectables, tratables y curables. El que más destaca, a nivel local y nacional, es el cáncer de cerviz (cuello uterino), que se encuentra en niveles altos.
A futuro, la comisión tripartita –municipio, provincia y la obra social Iapos– que elabora protocolos de acción para enfrentar la enfermedad desde la salud pública planea sumar al registro las experiencias de los propios pacientes en tratamiento. Para los especialistas será un paso clave para mejorar la atención en los centros de salud.
“Es una enfermedad que se previene, se diagnostica y se cura. Requiere energía para quitar los miedos. Hombres y mujeres deben hacer sus controles médicos periódicos y cuidarse con preservativo”, señaló Gabriela Quintanilla, integrante de coordinación de Salud en cáncer.
Tiempos modernos
10.371. Ese es el total de pacientes de cáncer diagnosticado a 10 años de la creación del Registro de Cáncer de Rosario (Recader). La cifra se conoció ayer en el marco del Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer. Para los especialistas, el 70 por ciento de esos tumores derivan del modo de vida moderno. Con la excepción del cáncer de colon y recto –que posee un 25 por ciento más de probabilidad conforme a antecedentes familiares–, la enfermedad es producida por hábitos insalubres y asimilados en la cotidianidad cada vez más sedentaria. Qué se come, qué se bebe, cuánto se fuma y el no uso del preservativo son los principales disparadores de la enfermedad.
Según estimaron desde el comité sanitario, los tipos más frecuentes de cáncer son similares a la media nacional e internacional. La preocupación de los especialistas que trabajan en el Recader es el cuello uterino. “Es una enfermedad que no debería existir. Es propia de los países en desarrollo. De transmisión sexual, se evita con el uso de preservativo y los controles y medidas preventivas: papanicolau y vacuna”.
En Rosario, insistieron desde el Ministerio de Salud, no existen grandes diferencias con los indicadores de otras ciudades.
La funcionaria Quintanilla contó que el grupo de trabajo ha sido convocado por miembros del Concejo Municipal y otros referentes de distintos barrios de la ciudad que se pensaban “como los más perjudicados por la instalación de antenas telefónicas”, ante el temor que las emisiones de estas estructuras generen algunos tipos de cáncer como muchos temen. “No hemos encontrado nada en términos epidemiológicos que relacione las antenas con los casos de cáncer. Aún los estudios internacionales tampoco confirman que sea una causal. Cada comunidad piensa que tiene más cáncer que otro lugar. Esto se batalla con índices epidemiológicos, como los de cualquier enfermedad”, explicó la coordinadora.
Público y privado
En 2010 se creó el comité asesor de enfermedades oncológicas de Santa Fe. Encargados de generar protocolos de tratamiento, está formado por jefes de oncología de todos los hospitales públicos de Santa Fe, donde la mayoría son rosarinos. En detalle, se analizan las conductas más apropiadas para combatir cada tumor. Esta información, disponible en la página web provincial, es una usina de datos para los efectores públicos. Según confiaron desde el gobierno local, el listado de tratamientos y fármacos provisto a los pacientes de cáncer en el sistema público –con aporte del Ejecutivo provincial y nacional– es el mismo que en los sanatorios privados. Un plusvalor de este comité es que cuenta con la participación de la obra social Iapos. “Es único en el país. Pensamos que no tiene que haber ciudadanos de primera y segunda clase. Aspiramos a que los protocolos también sean adoptados por las prepagas”, sostuvo Quintanilla.
Tal como denunció hace dos años el ministro de Salud Miguel Ángel Cappiello, la deuda del pretendido sistema integrado de relevamiento y tratamiento del cáncer es el sistema privado. Quintanilla admitió que persiste cierto retaceo de información de los laboratorios locales encargados de detectar la naturaleza de los tumores. Se trata de la única localidad que no aporta por completo los números estadísticos al Registro de Cáncer (Recasfe). “Estamos trabajando sobre esto. Hay reticencia por el cuidado de los datos personales. Tienen que entender que es un registro muy respetuoso”, explicó Quintanilla, quien calculó que por esto al Estado le falta censar “un tercio del total de pacientes”.
A futuro, los registros de cáncer buscarán procesar otro tipo de información sobre los pacientes de cáncer. Más relativa a un seguimiento clínico, reunirán la calidad de atención en los efectores para modificar, en caso de ser necesario, las condiciones de trabajo. Este sistema está en funcionamiento desde hace poco, pero en pacientes infantiles atendidos en el Hospital Víctor j. Vilela, Centenario y Provincial.
Prevención
Entre las recomendaciones generales, desde el municipio instaron a reducir las grasas, consumir más verduras y frutas, evitar las bebidas de muy alta temperatura, y cuidarse al tener sexo con preservativo. Sumado a esto, la detección precoz aumenta la posibilidad de ganarle a la enfermedad y se realiza mediante una mamografía y papanicolaou en mujeres, y una colofibroscopía más un examen urológico en los hombres. Para Quintanilla, el problema es que muy pocos rosarinos de más de 45 años se someten al estudio, que se debe realizar de forma anual. “En líneas generales, las consultas por chequeos de salud en hombres son una rareza. A muchos los detiene el miedo de encontrar algo. Se debe vencer esto y entender que el diagnóstico a tiempo ayuda”, fundamentó la funcionaria.