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«Canela, sólo se vive dos veces» se estrena este jueves inaugurando la plataforma Puentes de Cine

La realizadora Cecilia del Valle contó detalles de la película documental sobre una arquitecta y docente trans rosarina que se podrá ver a partir de esta semana en una nueva plataforma. Parte de lo recaudado será destinado al acompañamiento de personas trans en todo el país

En la Facultad de Arquitectura había una charla sobre urbanismo. En el marco de su militancia, la realizadora audiovisual rosarina Cecilia del Valle asistió, porque la idea era ver qué aporte podía hacer cada uno y cada una a ciertas problemáticas barriales. La disertante era Canela Grandi. “La conocí hablando de arquitectura, fue lo primero que me cautivo de ella”, recordó Del Valle. “Nos fuimos acercando, haciéndonos muy amigas. Un compañero suyo me contó su historia hasta el momento en el que decidió cambiar de género a los 48 años, habiendo atravesado gran parte de su vida en el marco de la masculinidad y con tres hijes”, relató la realizadora.

Así comenzó a gestarse Canela, una película documental que este jueves inaugurará la plataforma Puentes de Cine, un proyecto de la Asociación de Directores de Cine PCI. Se trata de una sala virtual que comienza a andar en el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio que tiene a las tradicionales salas de cine con sus puertas cerradas.

Por esa razón, la película, que iba a debutar en la edición número 20 del Bafici (donde había quedado en La Competencia Oficial), encontró un nuevo rumbo solidario para su lanzamiento. Una vez disponible en la plataforma de Puentes de Cine y a través de MercadoLibre, el acceso tendrá un costo de 160 pesos de los cuales 50 serán destinados a la gestión de fondos para el acompañamiento de personas trans en todo el país, a través de las organizaciones y las redes de la Liga LGBTIQ+ de las provincias.

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Arquitecta de su vida

“Áyax Grandi, un arquitecto de 48 años, decidió ser Canela. Esta película narra el paréntesis en la vida de la protagonista, donde ella se debate entre intervenir quirúrgicamente su cuerpo o no”, resume la sinopsis del film.

“Ella empezó a cambiarse de ropa teniendo un montón de alumnos a su cargo que la conocieron como hombre. Me interesó su relación con la arquitectura, eso de ser una mujer trans en Rosario, con las características de la ciudad, pero en el marco de un oficio, porque se dedica a la construcción. Es un ambiente muy machirulo. Ella llegaba con sus tacos a las obras y yo estaba fascinada, no lo podía creer”, recordó entre risas la directora Cecilia del Valle en diálogo con El Ciudadano.

De esas imágenes surge la idea de filmar, de contar su historia. “Después, acompañándola en esos años, fueron apareciendo cuestiones que son las que rigen en el documental: el reencuentro con un viejo amor y la relación con sus hijos cuando piensa en operarse”, puntualizó Del Valle.

Es que se trata de una película de preguntas. Canela recorre la ciudad con su camioneta Apache. Va a trabajar a las obras y a dar clases a la facultad. En medio de esa vorágine se hace preguntas, consulta a profesionales de la salud sobre la vaginoplastia y escucha otras experiencias. “La película no responde, sino que se va preguntando cosas junto con la protagonista. Ella dilucida algo y la película está ahí para escucharla”, apuntó la realizadora.

Pero qué cuerpo es necesario tener para ser mujer. “Ella lo consulta con sus hijes, habla con su terapeuta, con el médico de la vaginoplastia, el de hormonización. Se encuentra con Angi que es una chica trans con la que empieza a inmiscuirse en el tema. Pero cuando está en ese dilema, se reencuentra con un viejo amor y empiezan a aparecer otras cuestiones: si realmente la operación es necesaria para sentirse la mujer que ella se quiere sentir”, contó la directora. Y agregó: “Son interesantes las tensiones que uno tiene con su propio cuerpo. Qué necesitás para sentirte atractiva, qué necesitas para sentirte mujer”.

Entre los macro temas también está que Canela es sostén de familia y se pregunta quién la va a acompañar, quiénes estarían con ella, porque es una operación que necesita mucho reposo y debería interrumpir sus actividades. “Son cosas que le pasan a mucha gente que tiene su edad, temas que trascienden el hecho de que la película habla de una mujer trans. Habla de los deseos, de la soledad, de la relación con los hijes cuando empiezan a crecer”, adelantó Del Valle.

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Emplazar la cámara

“Empecé a filmar cuando la conocí. Me presenté a los premios de Espacio Santafesino y ganamos un concurso para hacer un unitario de 28 minutos, una especie de retrato. Teniendo en cuenta que ese tiempo para un género documental es bastante complicado, lo estructuré con placas que tenían que ver con las instancias de una obra en construcción y empecé a grabar”, dijo la directora haciendo la salvedad de que en tiempos en los que la tecnología es una herramienta indispensable y filmar no resulta tan problemático, los 28 minutos del unitario no contuvieron ni la mitad de lo que se había registrado. “Entonces me presenté al Incaa y ganamos. Ahí empezó Canela, el largometraje que es el que vamos a estrenar ahora. La protagonista es la misma, pero es otra historia porque en los documentales es el tiempo el que deja su impronta”, analizó.

El cine en casa

El contexto del estreno es muy particular. El coronavirus fue declarado pandemia y el mundo entró en cuarentena. “El cine virtual es algo que me parece que llega para quedarse. Y poder ser la primera película que se estrena en esa sala virtual de directores colegas, me parece interesante”, dijo la realizadora rosarina que apuntó que la causa solidaria detrás del lanzamiento terminó de cerrar la ecuación.

https://vimeo.com/407727094

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