El gobierno de Santa Fe espera la autorización de la Nación para importar 50 kilos de marihuana de Uruguay y producir 2 mil frascos de aceite de cannabis medicinal. Quiere reemplazar a los preparados que llegan de afuera y sirven a mejorar la calidad de vida de las personas con epilepsia refractaria. La idea es que el Laboratorio Industrial Farmacéutico Sociedad del Estado, más conocido como LIF, haga una prueba piloto en Rosario y después lo incorpore a los 100 millones de medicamentos que produce por año y van a la salud pública santafesina y de otras provincias. La segunda etapa es aumentar el volumen y no depender de tener que comprar de afuera a valores de un dólar que no para de subir.
“Es un sueño personal y de la institución. Tengo la esperanza de que podamos hacerlo para dejar de depender de lo que viene de afuera. Trabajamos para hacer un medicamento como bien social y como posibilidad de crecimiento económico de la provincia”, dijo a El Ciudadano uno de los directores del LIF, Guillermo Cleti.
En la actualidad, hay 37 personas en Santa Fe que reciben el aceite importado desde 2016, pero el uso, tal como mostró este medio en distintos artículos, va más allá de tratar la epilepsia y gana popularidad en la tercera edad. La propuesta del LIF se suma a los cultivadores de marihuana que transforman las flores de la planta en aceites caseros. Muchos son testeados por la Universidad Nacional de Rosario (UNR) porque existe un mercado negro y los médicos necesitan saber si los que usan sirven y cómo pueden mejorarlos para los tratamientos.
A mitad del río
Hace dos años autoridades de la Facultad de Bioquímica y Farmacia de la UNR, el LIF y la Universidad Nacional del Litoral (UNL) estudiaron cómo hacer aceite de cannabis. Prepararon un proyecto alineado con la ley que permitió el uso en Santa Fe y después replicó la Nación en 2017. Averiguaron y definieron comprar una máquina en Estados Unidos por 5 millones de pesos para procesar 50 kilos de flores de marihuana.
En los cálculos pueden sacar 2 mil frascos de aceite con una concentración de 50 miligramos por mililitro de CBD, uno de los componentes de la planta que meses atrás fue admitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como buena para tratar epilepsia y otros padecimientos.
El año pasado la provincia pidió autorización a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) y la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos (Anlap). En paralelo, cerró una compra con un proveedor de Uruguay ya que el cultivo está prohibido en Argentina. “Cumplimos con todo lo que nos pidieron. Hasta vimos que Nación hizo una licitación por 7 mil frascos (que al no tener productores locales la ganará un extranjero). Quedamos varados”, explicó a este medio uno de los directores del LIF.
En la primera etapa el proyecto entre universidades y el gobierno de Santa Fe es fabricar un aceite idéntico al Charlotte´s Web, que es usado por 37 afiliados del Iapos y algunos van por la cuarta entrega. Todos por sufrir epilepsia refractaria. Pero entre ingenieros y bioquímicos encontraron la forma de combinar los extractos de la planta para hacer otros aceites y ayudar a pelear más enfermedades como Parkinson, Alzheimer, fibromialgias y artrosis, entre otros. La segunda etapa del proyecto santafesino será avanzar en una producción a escala industrial junto a la UNL. Mucho más aceite y más variados para hacer lo que hacen con los analgésicos y antibióticos desde hace casi 10 años: derivarlos a la salud pública local y venderla a la Nación y al exterior. “El proyecto cumple con la ley provincial y nacional. Es un anhelo. En noviembre tuvimos la última respuesta y esperamos que lo ejecuten. Depende de su voluntad de ejecutar lo que está en el presupuesto”, concluyó Cleti.
Interés foráneo
Según publicó la empresa Aphria de Canadá, que produce 10 mil kilos de cannabis al año, existe la intención de desembarcar en Argentina. A fines de 2017 señalaron a través de un comunicado que es uno de los mercados atractivos junto a Alemania. El lugar señalado por la firma creada en 2013 para instalar la planta sería Mendoza por los suelos, las rutas, el sistema de riego y logística que tiene la industria del vino. Los aceites de Aphria, que se podrían comprar por internet y entregados a todo el país, no tienen el componente alucinógeno THC de la planta sino sólo CBD.
¿Peligrosos y adictivos?
Tres meses atrás la OMS sacó un comunicado donde informó que el CBD no es una sustancia peligrosa. Al contrario, tiene un alto potencial terapéutico. Después de 82 años el Comité de Expertos en Drogodependencia hizo una revisión a partir de evidencia científica durante 2017. Entre el 6 y 10 de noviembre reunieron a los expertos que trabajaron y oficializaron el informe sobre la sustancia que aún está prohibida a nivel mundial. Los científicos dijeron que el CBD no genera dependencia. “Ningún estudio asistido reportó potencial dependencia del CBD en humanos”, señalaron y confirmaron lo que los médicos clínicos ya sabían: los mejores resultados se dan al usarlo contra la epilepsia. “Hay evidencia preliminar de que el CBD puede ser eficaz en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, cáncer, psicosis, Parkinson y otros”, agregaron en el informe y pidieron quitar al CBD de la clasificación de sustancia peligrosa.