A un año de la sanción de la ley de cannabis medicinal el gobierno Nacional publicó el jueves en el Boletín Oficial la aprobación de los requisitos para que el Estado pueda cultivar marihuana. Lo hizo a través del Ministerio de Seguridad, que quedó a cargo en la reglamentación de las condiciones que deben cumplir los predios para producir. Como dice el texto de la norma, los cultivos de cannabis estarán a cargo del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), y en la primera etapa serán para investigación.
La producción para los pacientes con epilepsia refractaria (los únicos que contempla la ley) llegará después. En diálogo con El Ciudadano referentes del debate a nivel local opinaron que la noticia implica el primer avance hacia la implementación, aunque consideraron que en el corto y mediano plazo no llegará a quienes necesitan el aceite para calmar el dolor. Desde el Laboratorio Industrial Farmacéutico Sociedad del Estado, más conocido como LIF, recordaron que esperan desde septiembre la aprobación de un pedido de cannabis importado para hacer aceite.
La figura del Ministerio de Seguridad como regulador de las condiciones de producción de los predios de cultivo y producción de aceite no estaba en el texto original de la ley. El organismo conducido por Patricia Bullrich fue incluido seis meses después de la sanción, cuando en septiembre salió la reglamentación. Desde entonces, no hubo avances en la puesta en marcha de la ley que habilita el consumo de aceite medicinal de cannabis para personas con epilepsia refractaria.
“Las organizaciones sociales y sobre todo las madres de pacientes con epilepsia venían presionando al Ministerio de Seguridad para que saque la resolución y la ley empiece a caminar. La norma dice que la producción para investigación es el primer paso para llegar a la producción nacional para el consumo, más allá de que en el mundo hay muchísimos estudios que avalarían empezar a producir sin investigar previamente. De todos modos, desde que salió la reglamentación y pusieron a Seguridad a cargo los requisitos estaba todo parado”, explicó Gretel Hilbe, integrante de la Asociación Rosarina de Estudios Culturales (Arec).
Hilbe recordó que la ley sólo contempla a quienes tienen epilepsia refrectaria y deja afuera a un amplio universo de personas con otras enfermedades. “La ley quedó insuficiente. No dio respuesta real a los usuarios medicinales y son muy pocos los beneficiarios del programa. A un año recién ahora se va a avanzar en un cultivo de investigación y aún falta el presupuesto para hacerlo”, dijo.
El diputado provincial del socialismo Joaquín Blanco opinó que la resolución es una buena noticia aunque mostró reparos similares. “La lay nacional fue la ley posible en el marco del gobierno Nacional actual, por eso interviene el Ministerio de Seguridad en la elaboración de los requisitos para investigar. Como bloque estamos mucho más conformes con el espíritu de la ley provincial pero creemos que esta resolución es un avance”, explicó.
El diputado recordó el pedido que elevó junto al gobierno provincial de una partida de 50 kilos de cannabis importado para que el LIF haga aceite. “La resolución de Seguridad es algo que veníamos reclamando desde que se aprobó la ley y va en paralelo al pedido de importación. Celebro la resolución pero no sabemos cómo va a ser la implementación. No hay presupuesto ni plazos”, agregó.
Para Guillermo Cleti, del LIF, el anuncio del Ministerio de Seguridad es el comienzo de la implementación de la ley pero no modifica en el corto plazo el acceso a la materia prima para producir aceite. “Seguridad pone las normativas que Conicet y el Inta tienen que cumplir para empezar con los cultivos. Queda que se definan los terrenos, se armen los predios, se financie al personal. Es muy a largo plazo y a un año de la ley aún no hay cultivos para que el Estado haga aceite”, explicó.
Según Cleti, el LIF aún espera el pedido de materia prima para producir. “Mientras no se de curso al pedido no podemos dar muchas respuestas a los pedidos de aceite de los pacientes”, dijo.
Producción casera
Las personas que encontraron en el aceite de cannabis el alivio del dolor no esperan. La producción de aceite casera empezó antes de la sanción de la ley. Las pioneras fueron las madres de chicos con epilepsia y otras enfermedades. Empezaron a hacerlo en sus casas a pesar del riesgo penal. Probaron y funcionó. Después llegó la ciencia, el debate y la ley para validarlas. Aún con la norma, en Argentina el cultivo y la producción de aceite son ilegales. “El que cultiva sabe que puede tener problemas con la Justicia. La ley medicinal no exime el artículo 5 de la ley penal. Siendo un usuario medicinal tenés más herramientas para que no siga la causa pero eso no significa que no te puedan allanar”, explicó Hilde.
Desde el año pasado Arec organiza en la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) las reuniones de socios terapéuticos. Los encuentros son mensuales y están destinados a personas con dolencias que quieren aprender sobre el uso y cultivo de cannabis medicinal. No se entrega aceite si no que se enseñan sus propiedades y cómo hacerlo. Las reuniones se dividen en tres capacitaciones: la farmacología del cannabis, el cultivo y la fabricación de aceite y el acompañamiento a los que consumen. “Después queda en la voluntad y las posibilidades de cada persona producir o no”, agregó Hilde. Durante 2017 por las reuniones pasaron alrededor de 130 personas. Al menos 40 producen su aceite.