Una semana de terror. Es lo que han vivido desde la tarde del sábado pasado algunos vecinos de la Vía Honda, quienes reclaman la presencia del Estado ante los reiterados ataques de un clan de la zona, al que le atribuyen imponer su presencia a sangre y fuego, basado en el poder que le da manejar búnkers de droga ante la inacción policial. A la muerte de Patricia Obregón, una joven de 25 años que agonizó cinco días tras recibir un tiro en la cabeza, le siguieron disparos contra la casa de la víctima y una amenaza de muerte para una vecina de esta muchacha, con una advertencia que cumplieron a medias ayer por la tarde: le matarían a un hermano. Efectivamente, B.P., de 14 años, fue atacado a tiros cuando fue a una verdulería a la vuelta de su casa y una bala le impactó en la ingle, a milímetros de la arteria femoral. Anoche ya estaba en casa de un pariente, aunque su familia denunció que los narcos del barrio, comandados por un tal Willy (el mismo al que acusan por el homicidio de Patricia) pasaron por la zona todo el día, armados, luego de haber amedrentado con tiros al grupo de gente que anteanoche cortó bulevar Seguí en pedido de Justicia. “La Policía escuchó los tiros pero no hizo nada”, dijo un familiar del chico baleado.
La saga de sangre empezó el sábado 11 al mediodía. César M., de 24 años, estaba por comer con su familia en el patio de la casa de sus padres, en la zona de Felipe Moré al 3500 cuando aparecieron Willy, Patito y Jorgito y discutieron por viejos problemas, según contó el muchacho. César les dijo que salieran a la calle y una vez afuera Willy, identificado como Rubén Darío L., empezó a dispararle con un arma. César pudo correr, pero su cuñada, Patricia Obregón, recibió un tiro en la cabeza que le provocó la muerte cinco días más tarde en el Heca. El padre de César fue herido en una pierna en el mismo incidente, pero como una hermana de Willy recibió una herida leve por una perdigonada César terminó preso, con prisión preventiva por 20 días, y acusado de tentativa de homicidio. Según sus familiares, en realidad la hermana de Willy, Yamila L. –ambos tienen acusaciones por homicidio en sus prontuarios– fue herida en forma accidental cuando a un allegado se le escapó un tiro.
Más intimidaciones
Cuando la familia de César regresó al barrio, las amenazas no cesaron. La misma noche de la balacera, la esposa de César fue amenazada por Willy, quien le puso un arma en la cabeza y le dijo que abandonara su casa. La chica se fue con sus tres hijos a la vivienda de sus suegros y a los pocos días le saquearon la vivienda. Según los vecinos, la familia de Willy está hace 20 años en La Vía Honda y se dedica a la venta de drogas. También ocupan casas en forma violenta, amenazando a los vecinos que terminan yéndose a otro barrio, reiteraron ayer los habitantes de la zona. En paralelo con la noticia del fallecimiento de Patricia, el jueves pasado, y minutos después de que cronistas de El Ciudadano se fueran del barrio tras relevar las acusaciones de estos vecinos, los agresores volvieron a hacer de las suyas: dispararon contra la vivienda de la víctima. Las mismas voces volvieron a apuntar contra Patito como autor de los tiros.
Último ataque
Marisol P. tiene 19 años, una hija de uno y está embarazada de siete meses. Durante la semana fue amenazada de muerte por Willy, según denunció en la comisaría 19ª, quien le dijo que le mataría a su hermano, B.P. En el atardecer de anteayer, mientras el chico de 14 años había ido a comprar mercadería a una verdulería ubicada a la vuelta de su casa, en la zona de bulevar Seguí (al 5000) y Matienzo, tres hombres que iban en dos motos lo atacaron a tiros. Uno de los plomos le impactó en la ingle izquierda. Su cuñado paró un taxi y lo llevó hasta el hospital Carrasco, donde lo estabilizaron y determinaron que no corría riesgo de vida. Ayer había vuelto a casa de familiares. “Lo tenemos que tener escondido porque lo van a matar”, dijo un pariente anoche, quien contó que las amenazas contra Marisol se repitieron poco antes de la agresión armada y también ayer, cuando pasaron haciendo exhibición de armas en autos y motos. Otro vecino identificó a Willy como quien baleó a B.P., quien según esta versión estaba acompañado por el ya mencionado Jorgito y Darío L., tío de Willy. “Con la misma arma que mataron a Patricia le tiraron a B.P.”, precisó.
Tras el nuevo ataque, los vecinos cortaron anteayer bulevar Seguí al 5000 y prendieron fuego algunos neumáticos en pedido de justicia. La situación se puso tensa cuando se escucharon tiros, ante la presencia de cuatro patrullas policiales. “No hicieron nada los milicos”, dijo un vecino. Otro añadió: “Estamos cansados de que nos amenacen. Porque dicen que los miramos o no. Y encima llamamos a la Policía y ni se acercan. Están entongados con ellos”. El clan comandado por Willy ocupa una decena de casas sobre un lado de la vía, mientras que los vecinos que lo denuncian viven del otro lado. En la madrugada de ayer, la escalada violenta también terminó con algunas casas de la familia L. prendidas fuego por los vecinos que dicen estar cansados de los narcos del barrio.