Lo quería, lo deseaba, lo anhelaba, y lo comenzó a construir cuando ni siquiera se sabía que existiría una Copa Tamburri. Estudiantil planeó su año con gente de la casa, desde el entrenador, con pibes que asoman, con un par de referentes formidables y con otros tantos “extranjeros” que aprendieron a querer al Celeste de calle Iriondo. Por aquel entonces los regresos de Horacio Fascia y Santiago Seveso se pensaron para hacer un buen papel en la Superliga tras el “ascenso”, objetivo cumplido con creces, pero el destino les deparaba una sorpresa, una ilusión, una cadena de situaciones felices que desembocaron en el caos celeste desatado en el Velasco, con champán derramado, espuma por doquier y agua para todos en una invasión de cancha que fue pura alegría. Estudiantil es campeón.
#Basquet 🏀 Los Rosarinos Estudiantil se quedó en la noche del miércoles con la Copa Amílcar Tamburri que cerró la temporada del básquet local. El elenco de calle Iriondo se impuso como visitante a Náutico por 76 a 67 en emotiva final@davidferrara35 @JuanjoCavalcant pic.twitter.com/Ib6cPkLTtr
— Diario El Ciudadano (@elciudadanoweb) December 21, 2023
Es que la Rosarina diagramó el certamen de fin de temporada en homenaje al recordado Amílcar (su esposa e hijos entregaron el trofeo) y para que los clubes no queden sin actividad. Algunos lo miraron de reojo, pero otros muchos apostaron fuerte, lo vieron como una posibilidad de desarrollo, de éxito, al fin y al cabo, de seguir compitiendo con todo lo que se podía. Y a la final llegaron dos que dieron todo en la campaña y que disputaron una final que movilizó a los clubes, que llenó las canchas y que tuvo el color y la alegría de definición que de alguna manera le faltó a la Superliga, deslucida por las broncas y demás.
Fue otra vez un duelo parejo, pero otra vez con Estudiantil hallando la fórmula para sacar ventaja de la mano de Fascia (20 puntos), los triples de Giaccone (15 tantos) y el juego interior de Seveso (14). A Náutico (ya sin Capra ni Móndolo con compromisos de viaje) le tocó nuevamente remar contra la corriente, pero esta vez le faltó una vía de gol perimetral para complementarse con Stegmayer (24) y aunque lo intentó no pudo concretar una reacción como la del segundo juego.
El amor por la camiseta, la pasión por un club de barrio y la Copa que se va para la calle Iriondo en un festejo que no se vivía desde 2004. ¡Felicitaciones Estudiantil!
SÍNTESIS
NÁUTICO 67: Fernando López Zamora 4, Sebastián Pereira 9, Tomás Oggero 11, Juan Pablo Stegmayer 24, Alejandro Marinelli 8 (fi), Gino Clivio 9, Tomás Arlego 0, Federico Poratti 2, Ignacio Arcari, Yago Sainz Benito, Ignacio Mastrandrea. DT: Andrés Píccoli.
LOS ROSARINOS ESTUDIANTIL 76: Horacio Fascia 20 (10 asistencias), Simón Martoccia 8, Joaquín Giaccone 15, Nazareno Borgna 6, Santiago Seveso 14 (fi), Sergio Baravalle 7, Eneas Rufino 6, Joaquín Báez, Agustín Craia, Ignacio Gil, Santiago Biscaysaqu, Juan Mugas. DT: Manuel Collatti
ESTADIO: Ricardo Velasco (Náutico)
ÁRBITROS: Marcelo Pérez, Juan Jerez y Daniel Olivera
PARCIALES: 19/16, 35/36 y 52/56
EL ÚLTIMO FESTEJO
Los Rosarinos Estudiantil se consagró campeón anual rosarino en 2004 y venía de ganar Copa también en 2003.
¿PUNTO FINAL O UN HASTA PRONTO?
Alejandro Marinelli hace unos meses decidió ponerle punto final a la actividad que lo llevó desde aquellos inicios en Nueva Era y Libertad a enamorarse de Náutico y luego a un recorrido por el básquet nacional, que a la vuelta de la esquina lo trajo otra vez a la que siente como su casa. Lo convencieron para despedirse en la Tamburri y fecha a fecha las victorias alargaron su permanencia hasta la misma final. Pero al ser muy joven (27) seguramente será sólo un impase. Por ahora punto y aparte para el básquet.
A CANCHA LLENA
Las hinchadas de Náutico y de Estudiantil la rompieron al llenar el estadio y acompañar con todo a sus equipos. En el caso del local hubo muchos ex que se acercaron en el receso a acompañar: Santi Ballarena, Nico Eydallín, Franco Fernández, Nico Marcucci y Santi Escobar. ¿Alguno volverá para el Federal?
UN LÍO
La Rosarina no le encuentra la vuelta a las entregas de premio. Siempre un caos para todos e imposible poder trabajar. Ni siquiera entender cómo ubicarse para poder sacar una foto.