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Capacitación y educación sí, pero viviendas no habrá

El municipio comenzó a evaluar la situación de las familias que estuvieron 7 días cortando la autopista.

El gobierno municipal comenzó ayer a negociar con una parte de las familias que estuvieron cortando durante siete días el ingreso a la ciudad por la autopista a Buenos Aires. Un grupo de asistentes sociales inició la evaluación caso por caso de esos grupos familiares para tener un panorama más claro de la situación social y económica en que se encuentran. En tanto, el titular del Servicio Público de la Vivienda, Raúl Álvarez, señaló que quienes no estaban censados para ser trasladados del asentamiento irregular de barrio Las Flores recibirán ayuda pero no en materia de hábitat.

El corte que realizaron unas doce familias en el acceso por la autopista a Buenos Aires durantes siete días se levantó anteayer tras un importante despliegue de efectivos de Gendarmería y media docena de denuncias –tres en la Justicia provincial y la otra mitad en el fuero federal– por parte del municipio.

En el caso interviene el juez federal Carlos Vera Barros, quien junto a funcionarios del Ejecutivo local y provincial logró destrabar la situación y conseguir que los manifestantes despejen momentáneamente la autopista.

Seis de estas familias, que habitan en el asentamiento precario que se divisa a mano izquierda saliendo hacia Buenos Aires, reclaman ser incluidas en el programa de relocalización que la Municipalidad y el gobierno provincial vienen implementando desde hace meses en la zona.

Esas tareas involucran a unas 300 familias que quedaron instaladas justo en el sector por donde se previó construir parte de la nueva colectora de avenida y Circunvalación. La obra ya está en marcha y también comprende allí un área de descanso y predio parquizado.

Ayer esas seis familias (que en su momento no fueron censadas por el Ejecutivo ya que no se registraron como habitantes del asentamiento de barrio Las Flores) comenzaron a ser entrevistadas por asistentes de la Secretaría de Promoción Social. La idea es establecer un diagnóstico sobre su situación social, económica, educativa y de salud.

“Acordamos que se analizará caso por caso la situación de cada familia y se estudiará darles contención a través de los programas sociales, sanitarios y de capacitación laboral que hay en marcha. Pero no habrá para ellos propuesta de soluciones habitacionales”, señaló Álvarez en diálogo con este medio.

El funcionario insistió que, en los registros, “las familias que están reclamando aportes para construir una vivienda no figuran como habitantes de la zona que se está liberando”.

“No fueron incluidas en el censo y el listado para ellos está cerrado”, indicó, tajante, el titular de Vivienda.

Del piquete que obstaculizó el tránsito en el acceso a Rosario también formaron parte hasta el miércoles otras seis familias que sí estaban incluidas en el plan de relocalización, pero se habían sumado a la protesta ante el temor de un incumplimiento oficial.

“Como no había tal cosa entraron en razones y este sector se retiró antes del corte de ruta”, contó Álvarez.

Distintas alternativas

El municipio viene implementando un acuerdo para despoblar distintos asentamientos existentes en lugares donde debe abrirse la traza para las calles colectoras de la autopista y la avenida de Circunvalación.

Algunas de esas personas ya fueron trasladadas a pequeñas viviendas que se están construyendo en la zona oeste de la ciudad. Otras estás recibiendo un mínimo subsidio para que puedan alquilar mientras se termina de edificar ese complejo.

Finalmente, el municipio también está entregando aportes a un tercer grupo, integrado por quienes prefirieron mudarse a viviendas de sus parientes que tenían terreno disponible para ser ampliadas.

Fein gestionará solución habitacional para quienes ocupan vías

El lunes, cuando viaje a Buenos Aires para gestiones en distintas dependencias nacionales, la intendenta Mónica Fein abordará con los funcionarios del gobierno federal la situación de cincuenta familias asentadas en precarias viviendas levantadas donde se construye la estación Apeadero Sur para el tren que conectará con la Capital Federal.

Tal como informó El Ciudadano, el Servicio Público de la Vivienda y el Hábitat (SPVH) evalúa posibilidades de relocalización a efectuarse antes de marzo, cuando está programado que se habilite el servicio.

El titular del SPV dijo luego que no conocen aún el posible destino de estos grupos familiares pero aseguró que “hay alternativas intermedias al traslado, pagando un alquiler o llevándolas a otros inmuebles de la zona”.

Según indicó Raúl Álvarez, las personas que deben ser reubicadas “conocen en general que el área debe ser despejada”. Pero el funcionario admitió que una reunión con ellas aún está pendiente hasta que se sepa qué se les puede ofrecer.

Cabe recordar que las primeras veinte familias que estaban en la zona del Apeadero ya fueron relocalizadas en un sector cercano de Circunvalación y Pineda.

Viene el tren

De acuerdo con lo anunciado por el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, el nuevo servicio Rosario-Buenos Aires comenzará a funcionar en el primer trimestre de este año.

De allí, insistieron desde el municipio, el apuro por resolver el tema pendiente.

Cortaron en Molino Blanco asentados de dos barrios

Un grupo de familias de los barrios La Paloma y Parque Sur mantenía ayer un corte en el acceso a Villa Gobernador Gálvez por calle Ayacucho para reclamar por viviendas.

La mayoría eran jóvenes y explicaron que las precarias casas donde moran están ubicadas a orillas del arroyo Saladillo y cada lluvia –aunque no sea torrencial– implica para ellos perder lo poco que tienen, además de vivir con sus hijos entre ratas, víboras y alacranes.

Ayer por la tarde, en el piquete, sostuvieron que iban a mantener el corte hasta que algún funcionario los reciba.

El mes de enero en curso está siendo sorprendentemente lluvioso. Las pérdidas no se dan sólo en las áreas rurales de la provincia sino también en los barrios de la ciudad. Las familias que reclaman desde el miércoles viven en barrio La Paloma y en el Parque Sur, a orillas del arroyo que sirve de límite entre Rosario y Villa Gobernador Gálvez. Su pedido no es por colchones, ni frazadas, ni ropa. Es que llueva mucho o poco el agua sube y se lleva sus pocas pertenencias.

La lluvia, un drama

“Siempre que llueve perdemos todo”, sintetizó Noelia, representante de los vecinos que cortan uno de los accesos de la zona sur.

El piquete está ubicado en la zona de Ayacucho y Circunvalación, el límite entre la zona sur rosarina y Villa Gobernador Gálvez. La zona, de ambos lados del mapa, es de viviendas precarias y yuyos altos, basura y chicos jugando al borde del arroyo, donde están sus casas.

La gran parte de los mayores que estaban a cargo del piquete eran mujeres y madres jóvenes. Sus hijos estaban ahí, aguantando al sol.

“Estamos reclamando por vivienda. Cada vez que llueve nos inundamos; el agua nos llega a la cintura. Después, vivimos entre víboras, ratas y alacranes”, explicaron.

Una esperanza

Su pedido por una solución concreta para vivir tranquilos y dignamente parece que será escuchado hoy a las 9.30 en una reunión prometida en el jardín “Pajarito remendado” de Villa Gobernador Gálvez por funcionarios municipales.

El piquete se levantó ayer por la intervención disuasiva de efectivos de Gendarmería que acudieron al lugar, pero los manifestantes no descartaron volver a cortar.

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