l jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, se refirió a sus dichos de ayer cuando habló de «cortes rotativos y programados» ante las masivas interrupciones del servicio eléctrico que se producen en el área metropolitana, y aclaró que en realidad quiso decir que serían «preventivos», en sintonía con las declaraciones del ministro de Planificación, Julio De Vido.
En ese marco, el jefe de Gabinete dijo que «el gobierno no es vocero de las empresas» energéticas, y en cuanto a los cortes de luz, consideró que «vincular esta situación con la época de Alfonsín es una patraña», un «ejercicio periodístico de baja calidad».
En la habitual conferencia de prensa de todas las mañanas en Casa de Gobierno, el jefe de ministros aclaró que «las interpretaciones (sobre el ahorro de energía) no implican ningún tipo de confrontación» con el Ministerio de Planificación, porque «trabajamos en conjunto con el ministro De Vido respecto al uso adecuado de la energía. Las aclaraciones del ministro fueron correctas, técnicas y adecuadas a la cuestión», puntualizó.
Sobre la expresión «corte programado», dijo: «Fue incorrecta de mi parte, en el sentido de que no hay restricciones en el suministro de energía por los megavatios sumados en los últimos años pero el problema son los cables de media y alta tensión, donde las empresas privadas tienen que invertir, así como en estaciones transformadoras y subestaciones transformadoras para atomizar el riesgo».
«Pretender vincular esto con la época de Alfonsín es una patraña, un ejercicio periodístico de baja calidad, hay que ver las cosas con claridad», pidió.
También se refirió a los opinadores en los diarios, «uno, un exsecretario de energía» y «muchos de los que pregonan sus expresiones en los medios, cuando ejercieron, fueron gestores de estrepitosos fracasos en la gestión pública».
Además, agregó que «muchos pregonan hasta con cierto fanatismo el ajuste tarifario, pero hay que dar un gran debate sobre lo que significa el subsidio», y mantener un nivel de «solidaridad con el prójimo para que el servicio sea justo».
Capitanich dejó en claro que «la prestación del servicio público lo hacen las empresas que tuvieron concesión antes de la gestión del gobierno», y que el rol del Estado es «controlar y aplicar las sanciones» en caso de que correspondan.
«El gobierno agregó 10 mil megavatios en los últimos 10 años en la oferta energética pero las inversiones (en tendido de media y alta tensión) y la comunicación con el público y los usuarios la tienen que hacer las empresas», dijo.
En este sentido, dijo que «el Gobierno no es vocero de las empresas, ellas tienen que cumplir el servicio», y además remarcó que «en los balances se observa que han tenido crecimiento importante en la cotización de sus acciones».
Asimismo, Capitanich defendió el actual nivel de las tarifas energéticas, que tiende a «brindar competitividad», «mejorar el poder adquisitivo del salario» y «proteger el nivel de ingresos disponibles de los que menos tienen».
Además, volvió a exhortar a los ciudadanos al «uso racional de la energía» y a «ser cuidadosos como usuarios respecto a no malgastar el servicio».
Por otro lado, el jefe de Gabinete aseguró que el Gobierno trabaja para concretar el acuerdo de precios para el próximo viernes, y afirmó que «se fustigará duramente a quienes especulen y no respeten» lo pactado.
«Estamos trabajando para la concreción de un acuerdo para el próximo viernes, si es posible coordinar los 187 productos. Hemos observado maniobras de parte de empresas a partir de productos como la leche, la lavandina y la yerba mate. Nosotros vamos a fustigar duramente a quienes especulan no respetando los acuerdos de precios», dijo Capitanich.
Agregó que el gobierno va a ser «extremadamente riguroso», como también tendrán que serlo «los usuarios y consumidores», para cuidar la capacidad adquisitiva de su salario.