A ocho meses del inicio de los controles del gobierno a la compra de dólares, el Balance Cambiario del segundo trimestre de 2012 difundido por el Banco Central mostró que la fuga de capitales cayó a 1.966 millones de dólares durante esos meses. La cifra es un 68 por ciento menor a la registrada en el mismo período de 2011.
El dato se ve, a primera vista, muy positivo. Sin embargo, la desaceleración interanual de la técnicamente llamada “Formación de Activos Externos del Sector Privado No Financiero (SPNF)” (nombre técnico con el que se conoce a la “fuga de capitales”) contrastó con el aumento de la salida de divisas por otros conceptos.
Si bien las restricciones derivaron en un superávit de cuenta corriente de 5.333 millones de dólares entre abril y junio de 2012, la cuenta financiera cambiaria arrojó en cambio un déficit de 6.032 millones. Así, los casi 700 millones de brecha fueron cubiertos por la autoridad monetaria.
La consultora Federico Muñoz y Asociados (FM&A) diagnosticó que como contrapartida al menor drenaje de dólares por la vía tradicional, “comenzaron a salir divisas por otros canales que, hasta ahora, estaban cerrados”. FM&A destacó que el renglón Préstamos Financieros, positivo en los nueve trimestres previos, reportó una salida de 1.296 millones de dólares y, en ese sentido, se preguntó si se trató de empresas matrices que “cierran el grifo” a las filiales argentinas.
Además, en el rubro Préstamos de Organismos Internacionales, el último Balance Cambiario difundido por la autoridad monetaria mostró que la salida neta fue de 1.058 millones de dólares, mientras que la fuga de depósitos en dólares de las entidades financieras (dentro de Otros Movimientos Netos) arrojó una merma de 2.599 millones, según el informe.
Precisamente, la primera medida de impacto del gobierno en el mercado de cambio se remonta al 28 de octubre de 2011, cuando el Banco Central creó, mediante la comunicación A 5239, el Programa de Consulta de Operaciones Cambiarias. De este modo, la Afip comenzó a supervisar todas las solicitudes de compra de divisas. En ese momento la medida no impidió la adquisición de dólares, pero inquietó a los ahorristas, que comenzaron a retirar sus depósitos en moneda extranjera.
La primera ola de sangría de depósitos ocurrió entre noviembre de 2011 y mayo de 2012, cuando los ahorristas vaciaron de sus cuentas unos 2.800 millones de dólares de las entidades financieras privadas (los depósitos cayeron de 14.900 millones a 12.100 millones, 19 por ciento). La segunda, a partir del 4 de mayo, cuando la Afip bloqueó el acceso al mercado de cambios, una situación que fue regularizada un mes después por el Banco Central con la prohibición de la compra de moneda extranjera para el atesoramiento (5 de julio). Entre el 4 de mayo y el 10 de agosto últimos, los bancos privados perdieron otros 3.600 millones de dólares, casi 30 por ciento. En suma, en ocho meses desde el 28 de octubre, los ahorristas retiraron un 43 por ciento del total de los depósitos en moneda extranjera de las entidades privadas, es decir, 6.400 millones de dólares.
“El karma de la estrategia represiva con que el gobierno pretende combatir la escasez de divisas es, precisamente, que obturó varias vías de salida de dólares, pero sólo para propiciar la apertura de otros tantos nuevos canales por los que se escurren los dólares con alarmante fluidez”, concluyó FM&A.
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