Para las autoridades provinciales, hay una relación directa entre el nivel de instrucción y la comisión de delitos. “Si hacemos un panorama de todos los detenidos y lo relacionamos con su nivel educativo, los hechos delictivos que nos preocupan y que son motivo de queja de nuestra sociedad, ocurren en su inmensa mayoría por individuos que no han tenido la posibilidad de completar la educación primaria o secundaria”, aseguró ayer el gobernador Hermes Binner. Según el mandatario, esa relación demuestra “la necesidad de la educación” para el bien de toda la sociedad. “Esta es una cuestión que debe ser abarcada globalmente; hay que pensar en la educación como una de las fortalezas para la inclusión social, como lo es también, obviamente, el trabajo. Si la sociedad no se ocupó antes, probablemente se tendrá que ocupar después”, razonó el gobernador.
Las declaraciones de Binner fueron en un acto realizado en Casa de Gobierno, en el cual la provincia –a través del Ministerio de Seguridad– firmó un convenio con la Universidad Nacional del Litoral (UNL) para fortalecer el programa de Educación Universitaria en Prisiones, mediante el sistema a distancia que permite a los internos poder cursar carreras de grado desde las unidades penitenciarias.
Binner se entusiasmó con la idea de “recuperar a los ciudadanos para la vida en convivencia, tal como lo expresa la Constitución”. Y añadió: “Esta etapa que se abre con la UNL es fundamental para lograr la recuperación de los individuos que hoy están privados de su libertad. Para todos aquellos que tengan la inquietud de formarse, esta es una gran oportunidad. Para nosotros es trascendente recuperar a todos lo individuos que tienen conflictos con la ley penal y esto se expresa fundamentalmente en la idea de democratización de la educación”.
El titular de la cartera de Seguridad, Álvaro Gaviola, coincidió con el diagnóstico del gobernador: “Si hacemos un análisis de todas las personas que se encuentran detenidas, vemos que muchas de ellas no pueden acceder a la educación, por lo cual le estamos dando esa posibilidad”. Para el ministro, la relación –inversamente proporcional– entre delito y educación es un “hecho objetivo”. “Sin duda que la inclusión, el estudio, el trabajo, hacen que una persona tenga un objetivo distinto y se aleje de la comisión de un delito”, argumentó Gaviola.
El ministro de Seguridad definió al programa de Educación Universitaria en Prisiones como una herramienta que le permite a las autoridades del Servicio Penitenciario “brindarles (a los internos) los elementos necesarios para que efectivamente se haga realidad el mandato constitucional” de que las cárceles sean instituciones para la reinserción social y no sólo un lugar de castigo.
Mariano Bufarini, director del Servicio Penitenciario, señaló que no hay estadísticas formales sobre la materia pero agregó que el sistema de educación universitaria en las cárceles de la provincia arrancó en 2004 y “recién tenemos al primer graduado”: un interno que se recibió de técnico en Higiene y Seguridad Alimentaria. “Vamos a poder hacer estadísticas cuando tengamos más graduados y de esa forma poder demostrar que la posibilidad de estudiar una carrera universitaria puede tener alguna influencia en la comisión de delitos futuros”, explicó Bufarini.
El funcionario indicó que el modelo adoptado por la provincia es el que se lleva adelante en la cárcel de Devoto –ciudad de Buenos Aires– desde 1985. “Ellos han manejado una cierta cantidad de estadísticas de internos que han completado sus estudios y el nivel de reincidencia es bajísimo”, afirmó el funcionario. “Sin lugar a dudas que otorgar herramientas cognitivas como puede ser el egreso de una carrera secundaria o universitaria, lógicamente que prepara de una forma a la persona que sale de prisión y tiene menores posibilidades de reincidir en el delito”, agregó.
El rector de la UNL, Albor Cantard, sostuvo que “la función esencial que tiene la universidad pública es llevar la educación a todos lo rincones. Es un derecho de todos los ciudadanos y es un derecho que, quienes se encuentran privados de la libertad, no lo han perdido; todo lo contrario”. Unos 70 alumnos ya estudian carreras universitarias a distancia en las tres aulas virtuales de la UNL: la de la cárcel de Coronda y las que funcionan en las unidades penitenciarias de Santa Fe, la cárcel de mujeres y la cárcel de Las Flores.
La semana pasada se inauguraron en la Unidad Penitenciaria N° 4 (de mujeres) dos nuevos espacios educativos: un anexo de la escuela de enseñanza media para adultos Nº 1151 y el aula de educación a distancia de la UNL. Además, el Ministerio de Seguridad está trabajando con la UNL y con la Universidad Nacional de Rosario “para que en un futuro los agentes del Isep (Instituto de Seguridad Pública de la provincia de Santa Fe) puedan seguir estudiando una tecnicatura posterior”, adelantó el ministro Gaviola.