El tiempo y los kilómetros no apaciguan el fuego de los recuerdos. Es más, los sentimientos se magnifican. Por eso en medio de los festejos por la obtención de la Liga Femenina de Ecuador, el entrenador Carlos Gorosito se acuerda de su familia, pero también se sus inicios en la Rosarina. Por eso mientras levanta el trofeo en Guayaquil, charla con El Hincha y relata sus sensaciones tras el campeonato histórico para el Audaz de Machala.
“Siento una felicidad incompleta, porque estoy lejos de los míos. Por eso se lo dedico a mi familia, a mi papá a quien amo profundamente aunque no esté entre nosotros, a mi mamá que me dio la vida, a mis hijas que a pesar de la distancia y de dejarlas solas tanto tiempo siempre me apoyan y son mi fuente de inspiración para crecer día a día”, dice el Negro, quien explica por qué creo que Audaz Octubrino ganó la final 2 a 0 ante Victoria Cogarol después de varias etapas de competencia y con polémica incluida tras la suspensión de la semana pasada: “Ganamos porque la resiliencia nos cabe justo. Superamos muchísimos obstáculos pero nos enfocamos en lo que queríamos, dejamos muchas cosas de lado, a tal punto que pasamos navidad y año nuevo como familia”.
“Maduré mucho en el manejo de grupos. No es sencillo comandar un equipo femenino, pero de mi cuarta Liga Femenina llegué a tres finales y pude ganar dos”, añadió.
Y recordó sus inicios: “No quiero olvidarme de Servando Bayo, club al que espero devolver algo en algún momento de todo lo que me dio. Me acuerdo de mi tío Hugo Moreno que me llevó a jugar, recuerdo a quien me metió a dirigir cuando yo era un flaco tartamudo. Recuerdo a Libertad, donde creo que hice mi mejor trabajo en la ciudad. Se me vienen tantas cosas y personas de la Rosarina que sería interminable”.