Una bolsa de trabajo armada por comerciantes del centro de Rosario puso al desnudo otro costado de la crisis: clase media, jubilados, amas de casa y cuentapropistas que aún no perdieron sus ingresos familiares pero ya no llegan a fin de mes. Empujados a cambiar de empleo, sumar otro o ingresar tardíamente al mercado laboral, son víctimas mudas del declive económico sin representaciones gremiales o voces colectivas que hablen por ellas. Una carta abierta al presidente Mauricio Macri los presenta.
La Asociación Casco Histórico de Rosario (ACHR) invitó a que se presenten los que buscan trabajo y las empresas que necesitan empleados para armar una base de datos útil a las dos puntas de la relación laboral. No sospechaban una disparidad entre oferta y demanda tan pronunciada. Apenas 20 firmas se acercaron interesadas en los más de 5.500 curriculums entregados en los primeros 6 días. Un segundo dato para el asombro es que buena parte de los que acercaron sus perfiles no son desocupados de larga data ni pobres estructurales. Integran ese espacio conocido como clase media. Hay jubilados y amas de casa que aunque mantienen ingresos regulares ya no llegan a fin de mes. También, cuentapropistas en oficios que la crisis puso en el congelador y que buscan mudar a una relación de dependencia menos errática. Favio Acosta, presidente de la ACHR, tradujo los números en preocupación y le escribió una carta abierta al presidente Macri con el cuadro de situación.
“Nuestra organización lanzó una bolsa de trabajo a solicitud de los socios comerciales, hace menos de una semana, con el objetivo de concentrar los cv que estaban recibiendo, sumar otros y reunirlos con la oferta de una forma ordenada y centralizada, en ese sentido, pensamos en generar esta herramienta totalmente gratuita abierta a la comunidad que busca trabajar en el centro de rosario”, arranca el texto con destinatario Casa Rosada. Y siguen las cifras: “Transcurridos seis días hábiles, y a esta hora, siendo las 11.30 del lunes 16, llegamos a 5.543 CV recibidos y sólo 20 entre comerciantes y empresas se acercaron a buscar perfiles”.
Los comerciantes céntricos agregan en la carta más indicios sobre el declive económico: “Vemos con preocupación el aumento de solicitudes de empleo con el agravante de que se acercan jubilados que nos dicen que no llegan a fin de mes con sus haberes y amas de casa que intentan reforzar sus ingresos familiares. En su gran mayoría, pertenecientes a la otrora fuerte clase media rosarina, lo que está causando una distorsión en el mercado laboral local, ya que el ingreso o reingreso de estos sectores, según el caso, competirá con los jóvenes que están buscando su primer empleo, se quedaron sin él o intentan cambiarlo, sobrecargando la oferta”.
Otro dato que se desprende de los perfiles y figura en la misiva: “Muchos de los CV pertenecen a personas que estaban sosteniendo sus familias trabajando en distintas profesiones en el mercado cuentapropista, como pintores, albañiles, herreros o electricistas, y que ya no tienen más trabajo y desean incorporarse al mercado bajo relación de dependencia”.
Con las firmas de Acosta y Hernán Viola, la misiva concluye con la intención de “poner en evidencia que otros sectores, además de los que se difunden mediáticamente por estar organizados u representados gremialmente, están teniendo problemas”. Y con “el temor de que muchos de ellos se terminen sumando al creciente número de vendedores callejeros, especialmente manteros y personas en situación de calle, que estamos viendo crecer en el centro de Rosario y que desde el Municipio se intenta contener”.
