Como periodistas y críticos teatrales que asistimos al Festival de Teatro de Rafaela (FTR), en algunos casos desde sus comienzos, queremos hacer llegar nuestro punto de vista en relación con los acontecimientos de público conocimiento sucedidos durante la semana del festival, especialmente tras la función de la obra Dios, del director Lisandro Rodríguez.
En primer lugar, destacamos este circuito como el mejor de su tipo en el país. Entre la enorme calidad de su programación que conjuga tradición, experimentación y una saludable cuota de riesgo, sumada al interés demostrado por ustedes a través del fenómeno de entradas agotadas y salas siempre llenas, que se repite año tras año, consideramos que el FTR es un verdadero y necesario faro teatral que alumbra a todo el país. Es especialmente destacable, además, porque ganó ese lugar desafiando a la lógica centralista de Buenos Aires. Por este motivo es que en estos momentos, en los que vemos peligrar su continuidad, es que nos expresamos en alerta.
Consideramos que la búsqueda y el recorrido que el circuito viene ofreciendo, a partir de la selección de su programación, desde los tiempos de Marcelo Allasino hasta los actuales de Gustavo Mondino como director artístico, son incuestionables y de altísimo valor cultural.
En ese contexto es que avalamos la presencia de obras como Dios -y de cualquier otra que busque expresarse libremente- y lamentamos profundamente que se sostenga que el espectáculo “pasó un límite”, como si fuera posible imponerle límites a un acontecimiento artístico.
Por esta razón, evaluamos como peligrosos y temerarios los mensajes públicos pidiendo “cabezas” y poniendo en duda la capacidad y la experiencia en la gestión de Mondino, de su equipo y del área de Cultura del municipio, que nos consta han buscado el diálogo. Sin dudas, siempre han encontrado eco en un amplísimo sector de la sociedad rafaelina, que año tras año disfruta de la valiosa diversidad estética de su festival.
Como profesionales en el campo de la cultura en general, y del teatro en particular, alertamos sobre estos hechos de censura que promueven un arte adocenado, revisado, controlado, prolijo, inocuo, alejado de la realidad, obsecuente, cómodo y tranquilo. Creemos que sin riesgo y sin novedad, no se promueve el arte, sino que por lo contrario, se gestiona su certificado de defunción.
Roberto Schneider
DNI 8106363
Diario El Litoral / Cable y Diario / LT10 Radio Universidad Nacional del Litoral
Miguel Passarini
DNI 18.200.213
Diario El Ciudadano / Radio Nacional Rosario
Gabriela Witencamps
DNI 32533152
Radio Universidad de La Plata
Monica Borgogno
DNI 21600274
Guillermo Meresman
DNI 18521665
Revista la Otra Butaca
Julieta Zeta
DNI 30555868
Farsa Mag
Gisella Ferraro
DNI 32633090
Los Inrockuptibles
Daniel Cholakian
DNI 14433829
Nodal Cultura – Infobae – FM La Tribu
Mónica Berman
DNI 20206239