El Hogar del Huérfano de Rosario nació hace 150 años con una lógica de caridad de las familias adineradas hacia los humildes. Albergó a niños que por motivos diversos fueron dejados por sus familias y desde entonces la institución, siempre en Laprida 2129, atravesó muchos cambios. Hoy es “El Hogar” y allí funciona un jardín maternal, un preescolar y una escuela primaria junto a un centro educativo asistencial. Este jueves a las 19 abrirá sus puertas para un recorrido por las instalaciones que, además, lo será por la historia de quienes pasaron por ellas. “Señales” es el nombre elegido para la selección de más de 5 mil cartas y otros objetos que permiten bucear sobre las vidas de los chicos y sus familias, las situaciones que atravesaron, los motivos que llevaron a esas separaciones de las que El Hogar fue un protagonista.
Este miércoles 11 de diciembre se cumplen 150 años de la fundación del Hospicio de Huérfanos y Expósitos, como se denominó en un principio. La visita guiada “Huellas del deseo y la esperanza 1869-1940” programada para el jueves es el festejo. “Comenzamos a trabajar hace más de un año con Aurora San Román y Raquel Ylla, museólogas, que son las curadoras de la muestra”, explicó Laura Borghi, presidenta de la comisión directiva de El Hogar en diálogo con El Ciudadano. El recorrido estará a cargo de la arquitecta Guillermina Sivack.
“La muestra es una relación con los inicios de la ciudad. Era cómo se vivía en Rosario hace 150 años, con cambios vertiginosos, con inmigrantes que no tenían una red social de contención y no podían integrarse al mercado laboral por el idioma o la cultura, por ejemplo”, relató Laura sobre el desarraigo y las dificultades para mantener unidas a esas familias. “Había muchos huérfanos porque había epidemias como el tifus, la fiebre amarilla, el cólera. También, muchas familias que no podían mantener económicamente a sus hijos y no sabían qué hacer”, siguió.
Ante ese cuadro, María de los Ángeles Rodríguez de Rosas y su hermana Justina, junto a Felisa Juárez de Zevallos y Blanca Musch de Villegas, decidieron fundar la Sociedad de Damas de Caridad con el fin de dar un asilo a los pequeños sin padres o con padres muy humildes. “Nunca se imaginaron la trascendencia de sus actos, la institución tenía capacidad para albergar a 500 chicos. El primer censo municipal, realizado en octubre de 1900, arroja que el 31 de enero de ese año había en el Hogar 323 niños”.
“Las «señales» son verdaderos documentos de identidad de aquellos niños, el registro de su familia”, explicó la presidenta de El Hogar, que trabaja hace más de 10 años en el lugar.
Cartas guardadas en latitas
Son más de 5000 pedazos de historias guardadas en antiguas cajitas de lata de las galletitas Bagley las que se podrán ver en la muestra a realizarse el jueves 12 a las 19.
Algunas están escritas en pedazos de banderas italianas. Otras, en boletos de barco. Hay actas de bautismo. En todas ellas están reflejadas las razones esgrimidas por los padres para dejar a los niños –en su mayoría bebés– al cuidado del Hogar, con la promesa de volver a buscarlos cuando pudieran resolver los problemas.
“Las «damas» tenían por un tiempo a los chicos. Les daban cobijo, pagaban a nodrizas y así se aseguraban que los bebés estuvieran bien alimentados y se recuperaran si estaban enfermos”, dijo Borghi. “Generalmente, eran bebés, y dejaban escrito el nombre. Hay historias muy fuertes, que deben pensarse en aquel contexto. Muchos de esos niños eran buscados después por sus padres o por otros familiares, por eso dejaban aquellas señales con las indicaciones”, aclaró. La institución tenía la autoridad de iniciar los procesos de adopción a aquellos niños que no eran reclamados y brindarles un futuro en un entorno familiar.
La congregación de las Hermanas del Huerto ayudó y atendió a los niños del por entonces Hospicio de Huérfanos y Expósitos (ex Hogar del Huérfano) hasta 1994. “Desde que dejaron de estar las monjas, la institución sufrió muchos cambios, había que adaptarse a las necesidades de la sociedad. En 2012 no había más niños viviendo allí, y la institución se comenzó a llamar El Hogar”, relató la mujer. “Había que adaptarse al siglo XXI”, aclaró.
El Hogar hoy
En la institución continúa funcionando, tal cual hacía desde 1886, un jardín maternal. Con los años se agregó un preescolar y desde este 2019, el primer grado de la escuela Nº 1005 María de los Ángeles Rodríguez de Rosas. “El año que viene se abrirá segundo grado y así los años siguientes”, recalcó la presidenta de la comisión directiva.
Desde hace unos cinco años funciona un centro educativo asistencial que se formó en conjunto con el Instituto Universitario Italiano de Rosario (IUNIR). Allí se atienden a niños sin obra social derivados de centros de salud y hospitales y se les brinda asistencia psicológica, psicopedagógica, estimulación temprana y de fonoaudiología, entre otros.