El excomisario general Angel Casafus aseguró hoy que Horacio García Belsunce, acusado de encubrir el crimen de su hermana María Marta, le pidió que le «sacara a la Policía de encima» para que no entrara al country Carmel el día de la muerte y consideró que hay indicios de una «actitud mafiosa» por parte de la familia de la víctima.
Al declarar como testigo ante el Tribunal Oral Criminal 1 de San Isidro, el exjefe de la División Antisecuestros de la Policía bonaerense recordó que recibió el llamado de Horacio para que no enviara a la Policía el 28 de octubre de 2002, a la mañana siguiente del crimen.
«Casi llorando me llamó y me dijo `mi hermanita falleció en un accidente casero, tuvo un accidente en la bañera. Mi familia tiene mucho dolor, por favor sacame a la Policía de encima`», afirmó el jefe policial retirado en 2003.
«Yo pensé que era una muerte dudosa y que la Policía tenía que intervenir», sostuvo el testigo, quien relató que de inmediato llamó al entonces jefe de la DDI San Isidro, Aníbal Degastaldi, para comentarle lo ocurrido y ese comisario le dijo que se iba a ocupar.
Según Casafus, cerca del mediodía García Belsunce volvió a comunicarse, pero esa vez, le pasó con el fiscal ante la Cámara de Casación Penal, Juan Martín Romero Victorica, quien le dijo: «Acá estoy en la casa de Horacio, hay algo que no me cierra, llamá a un forense».
«A Romero Victorica algo no le convencía de lo que estaba presentando la familia, que era una escena. Tiempo después, tanto él como yo nos dimos cuenta de que estábamos involucrados en algo en lo que no teníamos nada que ver», subrayó.
El exjefe de Antisecuestros dijo que ya había puesto al tanto a Degastaldi y que se desentendió, por lo cual la fiscal Laura Syseskind le cuestionó: «¿Usted no le preguntó qué pasaba con treinta años de policía»?.
Casafus dijo que esa no era su jurisdicción, que él no frenó a la Policía sino que la envió, y que se dio cuenta de lo que había ocurrido mucho tiempo después, tras su retiro de la Policía, el cual, aclaró, no fue debido a su intervención en este caso.
«Hay una sumatoria de indicios que me hacen pensar en una actitud mafiosa de alguien que quiere ocultar la verdad o la comisión de un delito», agregó.
Al respecto, recordó que luego de conocerse el 3 de diciembre de 2002 el resultado de la autopsia que determinó que María Marta había sido asesinada, Horacio volvió a llamarlo para decirle que se había reunido con el fiscal del caso, Diego Molina Pico.
«Metí la pata, le dije que te había llamado para que me sacaras la Policía de encima», recordó Casafus que le dijo el hermano de la víctima y él le contestó: «Quédese tranquilo que yo le mandé a Degastaldi», tras lo cual se presentó ante Molina Pico.
Sobre esa reunión, dijo que él advirtió que estaba «metido en el barro», pero afirmó que pese a que el sistema de entrecruzamiento de llamadas VAIC dependía de su división, jamás vio el resultado que daba su teléfono.
Remarcó en varios tramos de su declaración que siempre tuvo la impresión de que Horacio buscaba hacerse su amigo, algo que había intentado desde varios meses antes desde su actividad como periodista y le dedicó un rosario de epítetos que causaron gracia en la sala de audiencias.
A pedido de la fiscal, se convocó a declarar, pese a que no había sido anunciado, al comisario retirado Degastaldi para comparar sus dichos con los de Casafus, pero ambos coincidieron en la mayor parte del relato.
Degastaldi confirmó el llamado de Casafus, pero dijo que éste le contó que había muerto la hermana de «un amigo», algo que el ex jefe de Antisecuestros se encargó de remarcar que Horacio no era.
Relató que tras llamar a Molina Pico e informarle de lo ocurrido fueron a la casa del country Carmel de Pilar, donde fueron recibidos por Romero Victorica mientras se realizaba el velatorio.
Degastaldi comentó que ambos fiscales se reunieron a solas y luego hubo una reunión en el lavadero de la casa entre ellos tres con Horacio, Carlos Carrascosa y Guillermo Bártoli, quienes dijeron que «la víctima era muy torpe y se había golpeado en el baño con una ventana porque estaba mal diseñado».
«Nadie me dejó entrever que hubiese sido un hecho distinto del accidente. Nadie me habló de sacar la Policía, ni del pituto, sólo de una mujer torpe que tuvo un accidente», remarcó el ex jefe policial ante las insistentes preguntas de los defensores.
Pero ante una consulta concreta del abogado Alejandro Novak, defensor de Bártoli, dijo que de haber estado solo, hubiera dispuesto la realización de una autopsia al término del velatorio.