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Casi 20 tiros, un herido: otro mensaje a la comunidad gitana

Se trata de un hombre de 60 años baleado en Oroño al 4700: recibió un tiro en la pierna que le provocó una fractura expuesta. El ataque fue obra, este viernes por la noche, de dos motociclistas. Hallaron 19 vainas servidas en el lugar. Hurgan en recientes episodios para intentar desentrañar el móvil

 

Un hombre de 60 años que pertenece a la comunidad gitana recibió un balazo en la pierna este viernes por la noche cuando dos hombres en moto se presentaron en su vivienda en bulevar Oroño al 4700 y abrieron fuego. Personal de la PDI recolectó 19 vainas servidas. Algunas fuentes cercanas a la comunidad indicaron que los disparos bien pueden estar relacionados con los ataques que sufrieron en enero otras familias de la colectividad a las que les exigían dinero por protección. También a principios de mes, el dueño de una concesionaria sufrió un secuestro extorsivo y fue liberado horas después, aunque no quedó claro si hubo pago del rescate. Sin embargo, otros voceros desestimaron la hipótesis del vínculo por las características de la balacera.

Dos desconocidos en moto se presentaron minutos después de las 22 de este viernes en una vivienda de bulevar Oroño al 4700 y abrieron fuego. Producto de la balacera, el dueño de casa, Lilo Traico, de 60 años y miembro de la comunidad gitana, terminó herido en la pierna derecha. El impacto le provocó una fractura expuesta y quedó internado en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).

El hombre dijo desconocer tanto el motivo de la agresión como a sus atacantes.

Un fiscal de la Unidad Especial de Flagrancia quedó a cargo del caso y ordenó la intervención del personal de la Policía de Investigaciones (PDI), que recolectó 19 vainas servidas en el lugar, aunque no trascendió el calibre de los proyectiles.

 

La hipótesis

Con respecto al móvil, fuentes cercanas a la comunidad deslizaron que los ataques pueden estar relacionados con las amenazas y ataques que sufrió otra familia en Oroño al 4000 el verano pasado, cuando desconocidos le exigían el pago de un monto de dinero a cambio de protección. La denuncia por este hecho se presentó el 20 de enero último, cuando una familia de la comunidad gitana sufrió al menos dos balaceras en 18 días contra el frente de su vivienda, ubicada en Oroño y Chuquisaca de barrio Matheu, jurisdicción de la seccional 15ª. En esa oportunidad, las víctimas no se explicaron el porqué de la agresión y pidieron a las autoridades que apresaran a los autores porque dijeron temer por sus vidas y las de sus allegados. En la presentación indicaron que sospechaban que se trataba de una especie de llamada de atención de una banda que «cobra por protección”. La idea no surgió de la nada: algunos vecinos comentaron que hubo familias de la comunidad que en las semanas anteriores habían pasado por lo mismo y que una de las víctimas entregó 100 mil pesos para que terminaran los ataques.

Sin embargo, los allegados a la colectividad que hablaron con este diario indicaron que por las características de la balacera de este viernes descreían que este nuevo ataque tuviera como móvil la extorsión, debido a que un hombre terminó herido. “En enero a la familia la amedrentaban para que pagara y siempre aprovecharon cuando no estaban en su vivienda para no herir a nadie. En este ataque le dispararon a una persona”, resaltaron.

Los investigadores del caso no descartaron esta hipótesis y describieron que podrían ser otros los motivos de la agresión. “Estamos en plenas medidas para determinar el móvil”, dijeron, y no descartaron que en realidad los tiradores hayan dejado este sangriento mensaje por otra razón.

 

Antecedentes

En menos de un año se produjeron otros dos casos que pueden vincularse con la agresión de este viernes por la noche. El más antiguo está relacionado con un allanamiento que sufrió la casa de la ahora víctima en el marco de una investigación por secuestros virtuales. En ese operativo de diciembre pasado, un joven de 18 años y familiar Traico quedó detenido y fue imputado por conformar una banda dedicada a este tipo de delito.

El otro, más reciente, ocurrió hace dos semanas, cuando el dueño de la concesionaria, Collan Miguel, de 76 años y perteneciente a la comunidad, fue raptado por una banda en Crespo y Arijón. Tras cuatro horas, el hombre fue liberado. Sus allegados indicaron que no se pagó rescate, pero los pesquisas deslizaron que la familia entregó una suma que rondaba el millón de pesos y que ese no era el primero de los casos. Algunos de los captores fueron identificados, dijeron desde la pesquisa, aunque no se informó si hubo personas detenidas por este caso que quedó a cargo de la fiscal federal Adriana Saccone.

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