Casi 40 mil hinchas argentinos coparon el Mineirao para ver a la Selección frente a Irán. La simpatizantes se acercaron muy temprano hasta el estadio y a partir de las 10, hora que se abrieron las puertas, comenzaron a llenar las tribunas.
Todo se desarrolló en paz menos unos incidentes menores con un grupo de hinchas brasileños que comenzaron a provocar. Cuando la cuestión parecía pasar a mayores, la policía actuó rápidamente.
Lo que hubo fuera del estadio, además de mucho color, fue la reventa: por una entrada para el partido pedían $ 4400, cifra que fue disminuyendo a medida que se acercaba la hora del juego.