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Casi 800 personas al día eligen tomar un taxi con una mujer al volante

La app She Taxi nació en Rosario a fines de 2016 con dos conductoras. Hoy suma 182 taxistas y 90 mil usuarias en la ciudad. Es la primera del país y desembarcó en Santa Fe y Córdoba. La escasez de licencias para mujeres le juega en contra.

Cada vez que una persona pide un She Taxi con el celular recibe un audio en el que la conductora la saluda y le avisa a cuántas cuadras está y en cuánto llega. En ese trato personalizado está una de las explicaciones del éxito de la app rosarina para pedir un taxi con una mujer al volante.

“La app se difundió mucho porque llegó para responder a un problema que tenemos las mujeres: volver seguras a casa, sobre todo de noche. En tiempos en que todos los servicios funcionan con robots con contestadores automáticos, que una persona te conteste el teléfono genera aún más confianza”, explicó María Eva Juncos, creadora de She Taxi.

She Taxi empezó a funcionar en Rosario a fines de 2016 con dos conductoras. A tres años del lanzamiento tiene un plantel de 182 choferas que hacen un promedio de 763 viajes por día. El 85 por ciento de quienes la usan son mujeres y la mayoría tiene entre 15 y 40 años. El pico de viajes es la noche y la madrugada.

La plataforma rosarina es inédita en la Argentina y en el último año logró desembarcar en la ciudad de Santa Fe y en Córdoba. En Rosario, triplicó la cantidad de usuarias y de viajes en un año. Si en 2018 la habían descargado 31 mil personas, un año después fueron 90 mil. Por día, las conductoras de She Taxi pasaron de hacer 250 viajes, a casi 800. En todo el año sumaron 278.782 viajes realizados, tres veces más que en 2018, cuando fueron 90 mil.

La app llegó para dejar contentas a todas: a las pasajeras que salen de noche, a las madres de ellas y a las taxistas que trabajan de noche. Genera confianza porque garantiza volver seguras y brinda un trato personalizado sostenido en la sororidad. Forma parte de la red de cuidados que las mujeres y disidencias autogestionan todos los días. Lo que hace la conductora de She Taxi es lo que hace la amiga. Te avisa en cuanto llega, te banca si estás borracha, no te hace comentarios sobre tu ropa y te espera a que entres.

“La aplicación nace de un descontento de las pasajeras. Con el crecimiento de las aplicaciones empecé a averiguar cómo se podía desarrollar una que sirviera para pedir un taxi con conductoras mujeres como una forma de resolver el problema. Para las taxistas también fue una solución porque tenemos mucho trabajo. Las madres de las adolescentes están agradecidas porque se quedan tranquilas cuando salen sus hijas”, explicó Juncos.

Para la creadora de She Taxi las mujeres la eligen por precaución: “No es que todas las pasajeras hayan tenido problemas, es por las dudas. Por comodidad, para salir a la noche tranquila, para evitar acoso, para no estar sola con el conductor. Estar seguras es algo importante para las mujeres, más en un lugar en el que habitualmente están sola con el conductor”.

También contó que han tenido problemas con pasajeras que no confían en conductoras con una apariencia masculinizada: “Muchas veces las usuarias les cancelan el viaje en la puerta solo por apariencia. Ese miedo a veces es contraproducente, porque los datos de la conductora están en la aplicación. Ha pasado que la taxista ha tenido que bajar y mostrar el DNI. Eso es terrible, hay que romper con algunos prejuicios”.

Según explicó Juncos, la demanda de conductoras supera la oferta. Es que el problema que encuentran las mujeres que quieren ser taxistas es la limitación en las licencias. En Rosario entre 300 y 400 mujeres están habilitadas para ser taxistas. Representan el 10 por ciento de 4.000 conductores que dan el servicio público en la ciudad. A fines de 2018, la aplicación sumó a las remiseras habilitadas para atender la cantidad de viajes.

“A nivel tecnológico la app funciona muy bien. Hay un ida y vuelta muy fuerte con la gente, que la recibe muy bien porque hay una necesidad de ser escuchados y eso garantiza She. Si no podemos atender más demanda es porque somos pocas por el cupo municipal”, dijo Juncos.

Organización

La aplicación no sirvió sólo como herramienta de trabajo. Para las taxistas fue una forma de organizarse, estar en contacto y conocer los problemas que pasan en la jornada laboral. Derivó en un grupo de WhatsApp entre las conductoras que sirve para ayudarse ante cualquier problema. Por ejemplo, el 2 de mayo de 2018 una taxista lo usó para avisar que un grupo de colegas la estaba amenazando en la Terminal de Ómnibus Mariano Moreno porque una pasajera quería subir con ella. En minutos llegaron otras compañeras a respaldar la decisión de la pasajera y el derecho de la chofer a trabajar.

No fue la única situación. Desde que salió la aplicación las taxistas salieron en los medios de comunicación y fueron a la Justicia para demostrar que no las dejaban trabajar en una de las zonas con más demanda de la ciudad y que suelen ser hostigadas por colegas varones. “Tenemos mucha adversidad con micro sucesos diarios. Lamentablemente para nosotras ya son normales las situaciones desagradables”, agregó Juncos.

Hacia otras latitudes

Desde su lanzamiento She Taxi intentó desembarcar en otras ciudades del país pero se chocó con el problema del cupo de mujeres habilitadas para ser taxistas. Este año logró sumar 18 conductoras en la ciudad de Santa Fe con 6 mil viajes y otras 74 en Córdoba, que hicieron casi 16 mil viajes.

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