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Caso Araceli Fulles: «La muerte del femicida no es justicia»

Darío Alejandro Badaracco, el principal acusado y único detenido por el crimen de Araceli Fulles, fue atacado en el penal de Sierra Chica por otros dos presos que lo golpearon y lo quemaron con agua hirviendo. Murió horas después. “Yo quería tenerlo frente a frente, dijo Mónica, la mamá de la joven

Por Cosecha Roja

Mónica Ferreyra estaba pescando con su hijo. Alrededor de las cuatro y media de la tarde sonó el celular y atendió. Era su ahijada.

—¿Viste lo que pasó, madrina?

Mónica no estaba prestando atención a los mensajes ni a las redes sociales. Unos días después de la marcha por el aniversario del asesinato de su hija Aracelli Fulles y tras la muerte de su hermana había decidido irse un tiempo de Buenos Aires.

—Entrá a Facebook — le dijo la ahijada.

En cuotas, Mónica se fue enterando: el martes Darío Alejandro Badaracco, el principal acusado y único detenido por el crimen de su hija, fue atacado en el penal de Sierra Chica por otros dos presos que lo golpearon y lo quemaron con agua hirviendo. El supuesto femicida sufrió quemaduras en el 60 por ciento del cuerpo, fue derivado al Hospital Municipal Héctor M. Cura de Olavarría, donde murió este sábado.

La causa ya había sido elevada a juicio y faltaba poco para que Badaracco estuviera sentado en el banquillo, junto a otros ocho acusados, por el femicidio de Araceli. “Yo quería tenerlo frente a frente, verle la cara y que la justicia lo condene”, dijo hoy a Cosecha Roja Mónica.

Mónica cree que detrás del crimen del presunto femicida podría estar Carlos Damián Alberto Cassalz, jefe de Badaracco y acusado de encubrir el crimen. “Hay que preguntarse a quién le convenía callarlo, él era una piedra en el zapato para su patrón”, dijo la mujer.

Cassalz es el dueño del corralón donde estuvo Araceli la madrugada del 2 de abril de 2017, cuando desapareció. Su prontuario aporta otro detalle: entre 2012 y 2002 fue miembro de una superbanda de secuestradores que se hizo famosa tras mantener cautivo al empresario textil Abraham Awada, padre de la primera dama Juliana Awada, y al hermano del futbolista Juan Román Riquelme. Estuvo preso hasta 2005, cuando fue liberado.

Cassalz volvió a la cárcel unos días después del hallazgo del cuerpo de Araceli acusado de “homicidio agravado por la pluralidad de autores y femicidio”. Al poco tiempo quedó libre aunque siguió imputado en la causa como encubridor. Cassalz volvió a caer tras amenazar de muerte con un arma a una vecina, cuyo hijo supuestamente no había colaborado en el encubrimiento del femicidio.

A Araceli Fulles la buscaron durante 27 días. La última persona que la había visto con vida era Darío Badaracco. La fiscal Graciela López Pereyra lo interrogó tres veces como testigo cuando la causa estaba caratulada como “averiguación de paradero”. En esas declaraciones contó que había mantenido relaciones sexuales con la chica en un vehículo del corralón de José León Suárez donde se encontró ADN de ella.

No era la primera vez que Badaracco visitaba los tribunales provinciales de San Martín. Antes había estado involucrado en tres causas: dos por robo y otra por encubrimiento. También tenía una denuncia por abuso sexual contra su hijastra y por lesiones a su hijastro en el Departamento Judicial Moreno-General Rodríguez.

Los perros encontraron el cuerpo en el fondo de la casa de Badaracco, en el barrio Lanzone de José León Suárez. Él ya no estaba ahí.

Badaracco estuvo prófugo hasta el viernes 28 de abril de 2017, cuando un grupo de mujeres lo reconoció en la calle. Llamaron a Gendarmería pero no les hicieron caso. Lo persiguieron varias cuadras y volvieron a avisarle a Gendarmería. Finalmente lo detuvieron y confirmaron la identidad del prófugo.

El crimen de Araceli fue un femicidio colectivo. Además de Badaracco, otros ocho varones fueron procesados y enviados a juicio por intentar borrar los rastros y garantizar la impunidad. Tres policías fueron separados de su cargo por entorpecer la búsqueda de la joven durante casi un mes.

Tras la muerte de Badaracco ya no hay detenidos por el femicidio de Araceli. La causa ya fue elevada a juicio aunque todavía no tiene fecha de inicio. En el banquillo de los acusados junto a Cassalz estarán el hermano de Darío, Hernán Badaracco, los hermanos Jonathan y Emanuel Avalos, Marcelo Escobedo, Hugo Cabañas, Daniel Alanis y Marcos Ibarra.

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