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Caso Armas: postergan declaración del sospechoso del crimen

Un hombre señalado por la familia del ex diputado asesinado en 1986 como el matador tenía que presentarse en Tribunales, pero pidió hacerlo el jueves que viene. El 8 de febrero se cumplirán 31 años del crimen sin imputados.

Este jueves la Justicia suspendió la declaración informativa a un hombre que debía responder preguntas sobre el asesinato de Mario Armas, diputado provincial del Partido Demócrata Progresista (PDP) que murió hace casi 31 años durante los cuales la investigación no sumó ningún imputado. El hombre, que fue procesado y absuelto en el juicio por el secuestro y asesinato de los militantes Adolfo Cambiaso y Eduardo Pereyra Rossi, pidió postergar la cita al jueves próximo. El fiscal NN, nombre que le da el sistema a los casos con autores ignorados, adelantó a El Ciudadano que espera un informe de los registros nacional y provincial para saber si el hombre tenía permiso para usar armas de fuego en la década del 80.

La espera

Tal como publicó este medio la semana pasada la causa sumó nuevas páginas en el expediente a mediados de 2017 cuando Mario Lisandro, hijo de Armas recibió un llamado del diputado del PDP Carlos Del Frade y le contó que sabía quién había disparado los dos tiros, uno desde 6 metros que le entró en la panza y otro a la cabeza de Armas, hecho desde muy cerca el 8 de febrero de 1986 al mediodía en el edificio de cocheras de Paraguay 842. La Policía desestimó un intento de robo porque el reloj, la billetera y el Ford Falcon vino tinto de Armas estaban en la escena del crimen. Mario Lisandro, que el año que viene llegará a tener la edad de su padre cuando lo mataron, investigó y recuperó el expediente, donde ató dos declaraciones, una de él mismo y otra de una persona que subió el ascensor de la cochera minutos antes de los disparos, y pidió al fiscal Marcelo Vienna reactivar la causa. A mitad de año llamó al testigo, un hombre también pisando los 70 años que ratificó lo que había dicho hace 30 años. Describió a un hombre parecido a Armas subir al ascensor. Cuando el ascensor bajó, subió junto a una persona que para sorpresa del fiscal se le parecía: entre 1,70 y 1,80, contextura mediana y bigote caoba.

Mario Lisandro encontró que desde 2011 el nombre que le había dado Del Frade, lo repitió en declaraciones en radio y después en la Justicia el ex personal de civil de Inteligencia del Ejército, Eduardo “Tucu” Constanzo. Dijo que esa persona había hecho de campana en la vereda con una pistola en la mano mientras un grupo de ex militares, incluido el arquero de Rosario Central, Edgardo “El Gato” Andrada secuestraron a los militantes Cambiaso y Pereyra Rossi.  “Es un hombre que era del estudio de Cerruti”, deslizó Constanzo en el programa radial Trascendental. Cerruti era abogado, se llamaba Héctor y en ámbitos judiciales lo conocían como el Padrino. Murió en 2011 cuando Constanzo salió a declarar contra sus ex compañeros. Los rumores sobre Cerruti eran que ponía y sacaba jueces en la Justicia santafesina. También que había apoyado la candidatura de José María Vernet, el primer gobernador santafesino en el regreso democrático de 1983. Vernet era el contador del estudio Cerruti.

Mario Lisandro avanzó en la idea de que fue un asesinato político porque Armas molestaba en la designación de jueces al participar de la comisión de Acuerdos de la Legislatura. El diputado del PDP y ex colaborador de Armas, Gabriel Real avaló la hipótesis y dijo a El Ciudadano: “No sé si lo amenazaron antes. Sé que él no iba a tolerar los actos de corrupción que luego conocimos del gobierno de Vernet”. Por las sospechadas vinculaciones con el gobierno provincial la flaca esperanza de Mario Lisandro es que la causa gire al fuero federal como de lesa humanidad por la participación del Estado.

Un nacido en Romang que vivió entre el republicalismo y su amor por Newell’s Old Boys

Armas nació en la localidad de Romang, era hijo de un comerciante inmigrante de las Islas Canarias. Se unió al PDP en su adolescencia siguiendo de cerca a Lisandro De la Torre. Fue senador cuando el último golpe de Estado lo mandó de vuelta a trabajar como abogado de la cooperativa de tamberos de Cotar. Durante la dictadura mantuvo su práctica y también presentó habeas corpus de personas detenidas. Estaba a un año de cumplir el mandato que 133.975 votos le dieron en 1983, cuando lo mataron. Compartía bancada y críticas al gobierno justicialista con Carlos Cavallero Martín, Roberto Meyer y Pablo Benetti Ambrosio.

En 1986 los legisladores del PDP eran conocidos como los Tres Mosqueteros. Hasta el último día Armas sufrió por sus dos pasiones: el tiro en el corazón de Lisandro de la Torre, líder del PDP al que se afilió de joven, y cada partido de Newell´s Old Boys, que seguía desde la visera.

Armas fue el segundo legislador asesinado en tiempos de democracia. El primero fue Enzo Bordabehere, también del PDP. El 23 de julio de 1934, el santafesino recibió un tiro que buscaba a Lisandro de la Torre durante una pelea en el Congreso. Un ex comisario disparó para callar la denuncia del partido sobre fraude y evasión impositiva de un frigorífico que manchaba al gobierno de Justo. De la Torre encontró pruebas contra los ministros Federico Pinedo y Luis Duhau. El ex comisario que mató a Bordabehere era un hombre de confianza de los funcionarios y fue condenado.

A 31 años reabren la causa por el asesinato del diputado Mario Armas

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