Un hombre de 32 años, acusado de tener “responsabilidad primaria” en el secuestro y asesinato del joven Matías Berardi, fue detenido en las últimas horas por la Policía en la localidad bonaerense de Talar de Pacheco, en el partido de Tigre.
Se trata de Hernán Gonzalo Álvarez, quien estaba intensamente buscado y acusado de ser uno de los integrantes de la banda que secuestró y ejecutó al joven de 16 años a fines del pasado septiembre en un descampado en Campana.
El implicado, que “no se resistió” al arresto, fue detenido en una vivienda ubicada en Venezuela al 10, de esa localidad del partido de Tigre, según informaron fuentes policiales.
“Álvarez estaba acompañado por una mujer y no se resistió ya que lo detuvimos utilizando el factor sorpresa”, precisó el titular de la Delegación Departamental Zárate-Campana, comisario mayor Rubén Lobo, en declaraciones un canal de noticias.
El comisario explicó que el detenido “es un partícipe necesario y lleva las principales responsabilidades” en el hecho, aunque aclaró que “las pruebas están en manos de la Justicia”.
Ayer, María Inés de Berardi, madre del joven pidió que los asesinos estén “presos de por vida”. “La Justicia se tiene que ocupar de que se haga justicia. Ellos le vieron la cara a Matías y lo mataron igual”, señaló. En declaraciones a la prensa, la mujer aseguró: “La fiscalía me dijo que ni arrepentimiento sienten los asesinos. Es algo muy doloroso”.
Hasta el momento son ocho los detenidos en su mayoría miembros de una familia, acusados de participar del secuestro y asesinato del joven Berardi.
Matías Berardi fue secuestrado el 27 de septiembre pasado cuando regresaba a su casa de Ingeniero Maschwitz, luego de haber ido a una fiesta de egresados en el boliche Pachá, en la Capital Federal.
El joven -según reconstruyó luego la fiscalía federal de Campana- fue capturado en el cruce de Ruta 26 y Panamericana ramal Pilar. Matías estuvo cautivo en un galpón en la localidad de Benavídez, donde funcionaba una herrería, y en un momento de descuido de sus captores logró escapar, pidió ayuda en el barrio y los vecinos, atemorizados, optaron por cerrarle las puertas, hasta que fue recapturado y fusilado por los secuestradores.
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