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Caso Bocacha: tres condenas y una absolución motivaron fuerte repudio de familia de la víctima

El tribunal condenó por crimen de Carlos Orellano por homicidio preterintencional y abandono de persona al policía Nicolossi a 12 años, mientras la también uniformada Gómez recibió 9 años; el patovica López, penado con 6 años y resultó absuelto Maidana, acusado de homicidio simple con dolo eventual

En medio de momentos de tensión el tribunal dio a conocer el fallo por el asesinato de Carlos «Bocacha» Orellano, el chico que fue a bailar a la estación Fluvial y terminó sin vida. El tribunal absolvió, por unanimidad, a un patovica que estaba acusado por homicidio simple con dolo eventual, y definió tres condenas, que fueron evaluadas por familiares y allegados a la víctima como una muestra de impunidad. Un policía recibió 12 años de cárcel, una uniformada 9, y el restante empleado de seguridad privada 6.

«La justicia defiende a narcotraficantes, por eso matan a dos o tres personas por día y después vienen acá», dijo el padre de Bocacha. «Cómo entre cuatro tipos van a matar a un pibe y le van a dar seis años», se preguntó, indignado Edgardo Orellano, para definir: «Rosario es la capital de la injusticia».

Foto: Juan José García

El patovica Emiliano Oscar López fue condenado por homicidio preterintencional en concurso ideal con abandono de persona seguido de muerte a 6 años de prisión.

La policía Karina Laura Gomez fue penada por el mismo delito y falsedad ideológica de instrumento público agravado a 9 años de cárcel.

El también policía Gabriel Julio Nicolossi fue sentenciado por homicidio preterintencional y abandono de persona seguido de muerte y falsedad ideológica de instrumento público agravada a 12 años de prisión.

En tanto, el asimismo empleado de seguridad privada Claudio Fabián Maidana fue absuelto por beneficio de la duda en cuanto a la acusación por homicidio simple con dolo eventual.

Por otra parte, Gomez y Nicolossi fueron absueltos por incumplimiento de deberes de funcionario público por falta de acreditación, mientras que el tribunal definió mantener respecto de Gómez el cumplimiento domiciliario con vigilancia electrónica.

Foto: Juan José García
Tres años de lucha por Justicia 

Bocacha tenía 23 años. La última vez que se supo de él fue la madrugada del lunes 24 de febrero de 2020, feriado de carnaval, cuando fue expulsado del sector VIP del boliche Ming River House que funcionaba en el complejo La Fluvial. A los dos días, su cuerpo fue encontrado sumergido en el río, en dirección al muelle 3 que está debajo del boliche.

Comenzó el juicio a los dos policías y dos patovicas acusados por la muerte de Bocacha Orellano

El fiscal Patricio Saldutti quedó a cargo de la investigación donde acusó a los empleados de seguridad Emiliano César López y Claudio Fabián Maidana, de 32 y 56 años, y la pareja de policías que esa noche hacía adicionales Karina Laura Gómez y Gabriel Julio Nicolossi, de 43 y 40.

La Fiscalía expuso que Bocacha fue sacado del boliche por la parte trasera del local y luego acorralado y agredido sobre la baranda que da al río Paraná en una situación de superioridad numérica que determinó su caída al agua.

Foto: Juan José García

A su vez, la acusación indicó que la mujer policía Gómez dio aviso de la caída de Orellano a la Prefectura “pero omitió informar la verdad del hecho”. Lo que declaró fue que observaron “lo que parecía ser una persona acostada sobre el suelo y que en un momento desapareció, como si hubiese caído al agua”. Y después, siempre según el trabajo acusatorio, los acusados se retiraron del lugar colaborar con las tareas de rescate. Otro dato: Orellano cayó al río cerca de las 4.30, y los llamados al 911 y a Prefectura fueron recién una hora más tarde.

A raíz de esta situación, el Ministerio Público de la Acusación abrió una investigación paralela por una posible red de complicidades de encubrimiento policial. Como primera medida, secuestraron el libro de guardia de la comisaría 2ª y dieron intervención a la Agencia de Control (ex Asuntos Internos).

Foto: Juan José García

La familia a través del abogado Salvador Vera por la querella apuntó no sólo al accionar de la pareja de policías sino también denunció “graves irregularidades” en la investigación, sosteniendo que hubo demoras intencionales tras el pedido por averiguación de paradero.

El 12 de abril comenzó el juicio oral donde los dos patovicas y la pareja de policías llegaron acusados por el delito de coautores de homicidio simple con dolo eventual. A los uniformados se le sumó el incumplimiento de su deber como funcionarios públicos.

En ese marco, el fiscal Saldutti solicitó penas de entre 19 y 17 años mientras que los abogados defensores Jorge Bedouret (por parte de los empleados de seguridad)y la penalista Antonela Travesaro, por los policías, solicitaron la absolución.

En tanto, la querella solicitó para Nicolossi y Gómez pidió 23 años de prisión efectiva mientras que para los patovicas Maidana y López solicitó 20 años de cárcel.

Pasaron más de tres años y este miércoles a las 14 el tribunal –integrado por los jueces  Mariano Aliau, Aldo Bilbao Benítez y José Luis Suárez– dieron a conocer su veredicto, que tomaron en forma unánime.

“Nosotros planteamos que este hecho encuadra en los supuestos de homicidio simple con dolo eventual, no podemos aventurar una potencial apelación porque eso depende de los argumentos del veredicto, que se van a conocer en 20 días”, dijo por su parte el fiscal Patricio Saldutti luego de la lectura de la sentencia.

El fiscal consideró que “el veredicto dio por probado el hecho por el que acuso la fiscalía”, aunque con otra calificación penal.

Los familiares de Orellano manifestaron su disconformidad con la sentencia, al asegurar que los acusados «se tienen que pudrir en la cárcel» y que «los jueces no tienen vergüenza».

«Seis años le dieron, seis años vale la vida hermano», gritó la hermana de «Bocacha», quien también señaló respecto de la condenada Gómez que «le permiten que ella disfrute de sus hijos».

Foto: Juan José García
Adelanto de los fundamentos

“La muerte de Carlos Orellano en fecha 24/02/2020 no fue un accidente, tampoco fallece por estar alcoholizado, ni es asesinado brutalmente a golpes para luego ser descartado en las aguas del Río Paraná. Porque no toda muerte significa la existencia de Homicidio o Accidente únicamente, en el medio se pueden dar variantes y situaciones que es la función de los magistrados dirimir mediante la realización de un juicio. Y es lo que sucedió aquí; 28 jornadas de debate y más de 140 horas de juicio determinan la convicción del presente Tribunal respecto a su decisorio basado en prueba testimonial, técnico- científica, pericial, médica y de concepto. Cada parte arribó al juicio con su teoría y prueba, y todo fue expuesto y analizado por estos tres jueces y por el público en general que tuvo acceso también a todo lo que se ventiló. Sin que sea óbice a un mayor detalle pormenorizado el que se expresará en los fundamentos de sentencia, hoy otorgamos por escrito un adelanto de los mismos”, dice un parte de prensa de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe.

“Se ha podido establecer que Carlos Orellano concurre esa noche al Boliche Ming para divertirse con amigos, en el mismo tuvo un altercado dentro del Boliche lo que determina que sea retirado por personal femenino de seguridad, lo retiran desde el interior del Vip hasta la puerta, un corto trayecto de no más de 10 metros y esta acción se realiza a las 04 A.M. aproximadamente. Hasta aquí no hay controversias. Luego a través de testimoniales, filmaciones y prueba científica, este Tribunal ha podido recrear y analizar acabadamente lo que sería el desenlace, es decir lo que ocurrió en el Muelle 3 y proximidades, que es donde las teorías defensistas y acusadoras se encuentran en posiciones opuestas”, añade.

“Sin dilucidar acabadamente el motivo, entre Orellano y los tres imputados (LOPEZ, NICOLOSSI Y GÓMEZ) comienza un espiral de violencia ascendente contra la persona de Orellano, lo cual se advierte en una trifulca inicial, gritos, golpes y tomas de neutralización contra Orellano, para luego un escape por parte de éste último y su búsqueda en el predio de la Fluvial, captura y nuevamente sujeciones con tomas de neutralización sobre su cuerpo sin descartar golpes, finalizando en el último escape de Orellano y la toma de decisión propia para arrojarse a las aguas del Río Paraná (“se zafó, cruzó la baranda y se tiró”), haciendo una valoración de preferencia por encima de la opción de quedarse en tierra afrontando al grupo agresor compuesto por, al menos, LOPEZ, NICOLOSSI Y GOMEZ”, sigue el comunicado.

Foto: gentileza de La Garganta Poderosa

“Caído al agua, no muere inmediatamente Orellano, existe una chance de sobrevida no definida pero existente aún por los propios dichos de los encartados, GOMEZ más específicamente. Carlos Orellano fallece por asfixia por sumersión, se ahoga. Ocurrido este desenlace fatal no previsto por ninguno de los encartados ni tampoco mínimamente representándoselo como hipotética consecuencia, los mismos actúan con desidia no sólo ante la urgencia para solicitar rescate a las autoridades correspondientes sino para luego afrontar sus consecuencias de forma directa tratando de ocultar lo sucedido”, evalúa.

“El cuerpo de Carlos Orellano habló a través de las pericias científicas las que determinan la existencia de 6 (seis) infiltraciones hemáticas producidas en vida, de escasa maduración, ya que su evolución vital fue detenida por el fallecimiento de la víctima, es decir son golpes que no han logrado madurar para su exteriorización dérmica porque para ello se necesita vida y la misma se truncó por el ahogamiento”, sostiene.

“Pero a su vez también se determina científicamente que son golpes que no fueron letales ni produjeron escoriaciones en la dermis (piel), esto es congruente con las declaraciones de testigos que vieron tomas de sujeción y forcejeos específicamente lo cual explicaría lo anterior, como golpes en la pierna de Orellano, recordando que la víctima era de contextura física pequeña y mucho más a comparación de LOPEZ o NICOLOSSI, y a ellos se les agrega como mínimo Gomez, es eso justamente lo que determina a Orellano a tirarse al Río. Se ahoga, luego los encartados se van, lo dejan a su suerte, no actúan, tardan más de 30 minutos en comunicar la caída al agua de una persona al 911, no llaman al 106, ocultan, pergeñan y falsifican ideológicamente documentos públicos, aquí no ha pasado nada más que un accidente sostendrán, nadie nos vió. La estructura de los tipos penales sentenciados a cada uno de los encartados como los fundamentos en general se encontrarán en la sentencia que se entregara en el plazo de ley”, cierra.

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