Las defensas de cinco de los seis acusados por el crimen de la niña Candela Rodríguez apelaron las prisiones preventivas dispuestas la semana pasada por el juez de Garantías de Morón Alfredo Meade.
Sólo uno de los acusados, el carpintero Néstor Altamirano, no apeló la decisión judicial, ya que su abogado resolvió priorizar un pedido de morigeración de la prisión preventiva para que su asistido cumpla el arresto de manera domiciliaria y con salidas laborales.
Las presentaciones, que en los próximos días el juez deberá resolver si son admisibles o no para elevarlas a la Cámara de Apelaciones y Garantías de Morón, fueron realizadas entre ayer y esta mañana.
La defensa de Hugo Bermúdez, sindicado autor material del crimen de Candela, apeló ayer a la mañana el procesamiento de su asistido dictado por el juez Meade a pedido del fiscal de la causa, Marcelo Tavolaro.
El abogado de Bermúdez, José Luis Ferrari, explicó que su apelación se basó en el cuestionamiento de los testigos de identidad reservada incorporados a la causa, que involucraron a su asistido en el crimen de la niña, hallada asesinada en Hurlingham el 31 de agosto pasado. Ferrari dijo que también cuestionó los dichos de una ex pareja de Bermúdez y la madre de ésta, quienes declararon ante el fiscal que el acusado es un «psicópata sexual».
También apeló las prisiones preventivas dictadas por el juez Meade la defensa de Fabián Gómez y Guillermo López, señalados como quienes habrían integrado la logística del secuestro de Candela y tendrían vinculación con Leonardo Jara, el prófugo que habría seducido a la nena y que habría sido el ardid para que ella fuera con ellos sin resistencia. El abogado de ambos, Gustavo González, dijo que esta mañana realizó la presentación en favor de sus asistidos, que aguardarán entre rejas la resolución judicial.
El abogado Alberto Domínguez y el defensor oficial Luis Carpaneto, representantes de Alberto Espínola y Gladys Cabrera, respectivamente, también apelaron los procesamientos dispuestos por la Justicia el lunes de la semana pasada. Domínguez dijo que su argumento fue desestimar el «único» testigo de identidad reservada que vincula a su asistido con el hecho.
Por su parte Carpaneto dijo que también cuestionó los elementos de prueba que llevaron al procesamiento de Cabrera, dueña de la casa de Kiernan 922, de Villa Tesei, donde la niña de 11 años estuvo cautiva.
El único que no apeló la prisión preventiva fue el defensor del carpintero Altamirano, quien dijo que prefirió reclamar la morigeración de esa medida para que su cliente pueda cumplirla bajo arresto domiciliario y con salidas laborales.
Según Matías Morla, Altamirano «no aguantaría» tres meses más detenido hasta que la Cámara de Morón resuelva el planteo y además necesita estar en su casa porque su esposa, Nélida Pistán, padece un cáncer que está muy avanzado, que sumado a una depresión, la mantiene en cama y necesita cuidados. Al respecto, dijo el abogado, presentó informes médicos que acreditan el estado de salud de la mujer.
Finalmente, Morla adelantó que una vez resuelto el pedido de arresto domiciliario con salidas laborales de Altamirano entre esta semana y la próxima, él tiene la facultad de acogerse al «derecho de adhesión», que le permite sumarse a la apelación presentada por otra defensa.