La Sala Tres de la Cámara Penal de Morón anuló hoy la causa penal por el crimen de la niña Candela Sol Rodríguez, de 11 años, y ordenó la libertad de todos los detenidos, confirmaron los abogados defensores. Así, Hugo Bermúdez, supuesto autor material del homicidio, así como el presunto autor intelectual y supuesto informante policial, Héctor «El Topo» Moreyra, dejarían sus respectivos lugares de detención en las próximas horas.
Bermúdez estaba procesado por el estrangulamiento de la nena mientras que Moreyra era sindicado como el instigador del secuestro y homicidio de la niña, cuyo cuerpo apareció el 31 de agosto en Villa Tesei, partido de Hurlingham. Para Matías Morla, el abogado de Néstor Altamirano, la resolución de la Sala Tres demuestra que el homicidio «está pésimamente investigado» por el fiscal Marcelo Tavolaro y el juez de garantías Alfredo Meade.
«Este (proceso) es un escándalo: se juntó prueba se juntó gente inocente», protestó. Alberto Domínguez, otro defensor, consideró que la investigación fue «un mamarracho» y señaló que «se ordenó la libertad de todos los encausados merced a la desprolija investigación que se armó».
Por su parte, José Luis Ferrari, abogado de Bermúdez, aseguró que en este caso «se tejió una historia construida mediáticamente para defender a los verdaderos asesinos» que, dijo «nos miraron a todos por televisión». Candela «había sido abusada (sexualmente) con anterioridad y en el seno de su familia», insistió el letrado al comentar las acusaciones de supuesta violación que se levantaban contra Bermúdez.
«Será difícil que hoy podamos dar una respuesta a la madre de la niña, que quiere saber quién la mató, por todo el tiempo que ha transcurrido» desde el hecho. Candela desapareció el 22 de agosto pasado y su cadáver fue encontrado a la vera de la Autopista del Oeste, en jurisdicción de Hurlingham, la tarde del 31 de agosto.
Si bien la niña estuvo bien cuidada durante gran parte de su cautiverio, se sabe que fue asfixiada en la noche del 29 de agosto, y la autopsia determinó que poco antes había sido abusada sexualmente. Según la hipótesis del fiscal Marcelo Tavolaro el hecho se produjo como una «venganza poco convencional» contra el padre de Candela Rodríguez, preso por piratería del asfalto.
La hipótesis de la Fiscalía planteaba que Moreira fue el cerebro del secuestro y que se valió de algunos delincuentes de la zona para poder cumplir el operativo: en esa lista aparecen Héctor Bermúdez, presunto autor material; Leo Jara, quien se habría acercado a la niña para engañarla, y Alberto Espíndola, Fabián Gómez y Guillermo López, quienes habrían prestado colaboración durante el cautiverio. También fueron procesados la depiladora Gladys Cabrera, dueña de la casa donde habría estado la niña, y el carpintero Néstor Altamirano, en cuya vivienda también se sospecha que la menor habría permanecido cautiva. Pero a partir del fallo de la Sala Tres de la Cámara de Morón toda ese andamiaje judicial se ha derrumbado y los abogados no adelantaron por dónde prevén que podría re armarse la investigación.